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La caída de Wanda, la compañía que quería ‘devorar’ a Disney
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china FRENA LAS INVERSIONES EN EL EXTRANJERO

La caída de Wanda, la compañía que quería ‘devorar’ a Disney

Durante el verano, Pekín ha decidido poner freno a las generosas inversiones en el extranjero de grandes multinacionales chinas. Apuntando a Wanda, manda un claro mensaje

Foto: El propietario del Grupo Wanda, Wang Jianlin, durante la firma de un acuerdo con el Abbott World Marathon Majors, en Pekín. (Reuters)
El propietario del Grupo Wanda, Wang Jianlin, durante la firma de un acuerdo con el Abbott World Marathon Majors, en Pekín. (Reuters)

Un terremoto sacude el imprevisible mundo empresarial chino. Distintos medios de comunicación se hicieron eco de los rumores sobre la detención del presidente del conglomerado Wanda, Wang Jianlin, considerado hasta hace poco uno de los empresarios más poderosos de China. Aunque el arresto de Wang fue posteriormente desmentido y tildado de “rumor infundado” y de “difamación maliciosa” por Wanda, la historia fue difundida a toda velocidad por las redes sociales chinas, y causó el desplome de las acciones de una de las filiales de la compañía. La importancia que cobró el rumor en pocas horas pone de manifiesto la delicada situación actual de Wang, cuyo imperio empieza a ser cuestionado por el Partido Comunista de China (PCC).

Durante el verano, el Gobierno chino ha decidido poner freno a las generosas inversiones en el extranjero de Wanda, propietaria del 20% de las acciones del Atlético de Madrid, y de otras grandes multinacionales chinas. El hambre por invertir más allá de las fronteras del país se ha multiplicado durante los últimos años, y en 2016 las adquisiciones internacionales de empresas chinas llegaron a un nuevo récord histórico, al superar los 87.000 millones de euros, recogía 'Bloomberg'.

Apuntando a algunas de las grandes empresas más visibles, el Gobierno quiere mandar un claro mensaje a todas las demás

Pekín argumenta que la nueva campaña tiene como objetivo reducir la exposición de los bancos chinos a los riesgos de las operaciones internacionales de gigantes como Anbang, HNA o la propia Wanda. “Después de ver algunas inversiones de estas compañías en clubes de fútbol, estudios de Hollywood u otras decisiones dudosas, existe la sensación que han ido demasiado lejos y pueden estar pagando demasiado por algunos activos, o se han alejado de su área de especialización”, explica a El Confidencial Julian Evans-Pritchard, analista de la consultoría Capital Economics.

Por otra parte, el incremento de la supervisión también busca estabilizar la economía y disminuir la incontrolada inversión fuera del país, especialmente ante un encuentro clave del PCC el próximo otoño. “Apuntando a algunas de las grandes empresas más visibles, el Gobierno quiere mandar un claro mensaje a todas las demás”, explica un estudio reciente de la consultoría Gavekal Dragonomics. El análisis prevé que, a partir de ahora, aquellas compañías que demuestren su compromiso con “los objetivos económicos y estratégicos nacionales”, como las inversiones en tecnología, tengan prioridad a la hora de aventurarse en el extranjero.

La “manada de lobos” para devorar a Disney

De momento, las nuevas restricciones han provocado que los acreedores chinos se nieguen a financiar hasta seis adquisiciones de Wanda en el extranjero, según distintos medios. Como consecuencia, el grupo tuvo que dar un brusco cambio de rumbo en su estrategia de negocio el julio pasado: la firma se vio obligada a vender a toda prisa distintas 'ciudades Wanda', complejos turísticos con parques de atracciones incluidos, algunos de los cuales se acababan de inaugurar, para poder reducir su deuda. Se trata de un duro golpe para una compañía que, tal y como manifestaba el propio Wang, consideraba estos resorts una “manada de lobos” lista para devorar a su principal rival en el sector turístico, Disney.

Las nuevas restricciones del Gobierno suponen un duro revés para Wang Jianlin, que aspira a convertir Wanda en un jugador clave de la industria del entretenimiento internacional, extendiendo sus tentáculos al mundo del deporte, el cine y el turismo. “Compañías como Wanda o HNA han sido muy ambiciosas en el pasado, pero esta nueva campaña les forzará a ser más realistas y reconsiderar sus ambiciones en el extranjero”, explica Evans-Pritchard.

Para Wang, la clave del éxito es sencilla: “Mantente próximo al Gobierno, pero aléjate de la política”

Según recogía 'Bloomberg', la compañía ha anunciado acuerdos por valor de más de 16.500 millones de euros desde principios de 2016. Además de su participación en el Atlético de Madrid, el grupo Wanda ha adquirido la productora norteamericana Legendary Entertainment (responsable de películas como 'Kong: Skull Island') o la cadena de cines AMC. Más allá de su interés por el fútbol, la firma de Wang Jianlin también posee la organizadora de la competición Ironman, World Triathlon, y es un importante patrocinador de la FIFA.

Las ambiciones de Wang van más allá de la rentabilidad económica, y no ha escondido nunca su deseo de promocionar la cultura china a través de sus inversiones, especialmente en el mundo cinematográfico. Wanda ha intentado, sin éxito, comprar alguno de los grandes estudios cinematográficos norteamericanos en el pasado. Por otra parte, entre los activos vendidos recientemente figura un estudio de cine (un ‘Hollywood chino’) construido en la ciudad costera de Qingdao, a cuya inauguración acudieron estrellas como John Travolta, Leonardo DiCaprio o Nicole Kidman. “China está destinada a convertirse en el mayor mercado cinematográfico, y si queréis ganar dinero aquí, deberéis entender la audiencia china. (...) Seducidla, ganaros sus corazones”, advertía Wang a los principales jugadores de Hollywood, recogía 'Nikkei Asia Review'.

placeholder Wang Jianlin, propietario de Wanda, habla ante los medios en Hong Kong. (Reuters)
Wang Jianlin, propietario de Wanda, habla ante los medios en Hong Kong. (Reuters)

"Tener dinero es mejor que no tenerlo"

Pese a los actuales problemas con el Gobierno chino, una de las claves del triunfo empresarial de Wang ha sido su estrecha relación con el PCC. Wang es hijo de uno de los soldados que atravesaron China junto a Mao durante la Larga Marcha, huyendo de la persecución de los nacionalistas y los invasores japoneses durante los años treinta. Wang siguió en un principio los pasos de su padre, y se alistó en el ejército cuando tenía tan solo 15 años. Él mismo relata que, durante sus años de servicio, sufrió “dificultades inimaginables”.

Años más tarde, preguntado por la contradicción de haberse convertido en multimillonario pese al pasado comunista familiar, Wang habló de los lujos que había podido ofrecer a sus padres durante la vejez, y de cómo finalmente habían aprendido que “tener dinero es mejor que no tenerlo”, recogía 'The Telegraph'.

Wang supo ganarse el apoyo de los gobernantes ofreciéndoles finalizar la construcción de sus centros de ocio en menos de 18 meses

Wang siguió su carrera como funcionario en la ciudad de Dalian, en el norte de China, hasta que en 1992 se hizo con el control de una compañía en bancarrota. El empresario la transformó, le cambió el nombre a Dalian Wanda, y consiguió convertirla en una promotora immobiliaria de prestigio durante los años del despegue económico de China. Su modelo de centros comerciales, los Wanda Plaza, que se pueden encontrar en más de 70 ciudades del país, ofrecen restaurantes, tiendas de ropa internacionales y karaokes a la incipiente clase media nacional.

En un principio, Wang supo ganarse el apoyo de los gobernantes de las metrópolis del país ofreciéndoles finalizar la construcción de sus centros de ocio en menos de 18 meses. De este modo, la carrera de los políticos conseguía beneficiarse del éxito del proyecto antes de que fueran trasladados a otra ciudad. La estrategia sirvió para que Wanda consiguiera acceso a importantes solares para sus proyectos, en un país donde todo el suelo sigue siendo de propiedad estatal.

Wang ha resumido la clave de su éxito con una sencilla frase: “Mantente próximo al Gobierno, pero aléjate de la política”. Estas palabras cobraron un nuevo significado cuando 'The New York Times' reveló en 2015 que distintos familiares de dirigentes chinos, incluida la hermana del actual presidente, Xi Jinping, invirtieron importantes cantidades de dinero en Wanda poco antes de que la compañía despegara con fuerza. Poco después de estas adquisiciones, la firma consiguió los derechos de construcción de varias parcelas propiedad del Estado por precios muy inferiores a los del mercado, según el artículo.

Su éxito ha catapultado a Wang Jianlin a la primera posición entre las personas más ricas de China en distintas ocasiones, y la revista 'Forbes' le situaba el año pasado entre las 100 personas más poderosas del planeta. Sin embargo, sus buenas relaciones con los líderes chinos y su cautela no han conseguido salvar a Wanda de la actual campaña contra las inversiones extranjeras. Las ambiciones internacionales de Wang, que soñaba con crear un auténtico imperio del ocio internacional, han terminado por enfrentarle al poderoso Gobierno chino.

Un terremoto sacude el imprevisible mundo empresarial chino. Distintos medios de comunicación se hicieron eco de los rumores sobre la detención del presidente del conglomerado Wanda, Wang Jianlin, considerado hasta hace poco uno de los empresarios más poderosos de China. Aunque el arresto de Wang fue posteriormente desmentido y tildado de “rumor infundado” y de “difamación maliciosa” por Wanda, la historia fue difundida a toda velocidad por las redes sociales chinas, y causó el desplome de las acciones de una de las filiales de la compañía. La importancia que cobró el rumor en pocas horas pone de manifiesto la delicada situación actual de Wang, cuyo imperio empieza a ser cuestionado por el Partido Comunista de China (PCC).

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