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Siria, Ucrania y el mar de China: pesimismo ante los retos políticos del G20
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"no se prevé ningún acuerdo en la cumbre"

Siria, Ucrania y el mar de China: pesimismo ante los retos políticos del G20

Nada invita a pensar que los contactos entre Obama, Putin y Erdogan vayan a facilitar una salida a la enquistada crisis ucraniana o a acelerar el fin de la matanza en Siria

Foto: Foto de grupo con buena parte de los mandatarios que asisten al G20. (EFE)
Foto de grupo con buena parte de los mandatarios que asisten al G20. (EFE)

La guerra en SiriayUcrania ylas tensiones en el mar de China Meridional. Tres crisis que marcarán las reunionesentre los líderes internacionales que asisten a la cumbre del G20 en China, que levanta el telóneste domingo. El escenario elegido parece 'llamar a la paz': la ciudad de Hangzhou, una joya cultural y paisajísticafamosa por su sosegadoestilo de vida en torno al Xi Hu, el Lago del Oeste. Y, sin embargo, nada invita a pensar que los contactos entre Barack Obama, Vladimir Putin yel presidente turco Recep Tayyip Erdogan vayan a acelerar la salida alaenquistadacrisis ucraniana o a detener la matanza en Siria.

El tablero sirio, paradigma de una "proxy war" (una guerra en la que las potencias combaten a través de terceros actores), se ha complicadomás si cabe con la ofensiva de Turquía "contra organizaciones terroristas en Siria como el Estado Islámico y el PYD", en referencia al Partido de la Unión Democrática, la rama siria del PKK y estructura política de las milicias kurdosirias YPG, que reciben armamento y entrenamiento de Estados Unidos. A finales de agosto la artillería turca comenzó a atacarposiciones de los yihadistasen Yarábulus (norte de Siria), pero también amilicianos kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que lideran las Fuerzas Democráticas Sirias -apoyadas por EEUU- y han logrado sustanciosos avances contra el Estado Islámico. Desde entonces, la invasión del norte de Siria, bautizada comooperación 'Escudo del Éufrates', ha supuesto ataques contra el mejor aliado de Washington en la guerra. Erdogan defendió este viernes las operaciones militares turcas en Siria con una advertencia: Ankara no aceptará"un pasillo terrorista" en su frontera sur.

Mientras, Rusia y Turquía, enfrentados en el pasado por el derribo de un avión ruso en octubre de 2015 y 'enemigos'hasta ahora en el teatro de operaciones, podránseguir aproximando posturas, ahora queAnkara ya no exige la salida del líder sirio, Bashar al Asad, quetiene a Moscú entre sus aliados clave.

"La entrada de Turquía en Siria lo ha complicado todo más si cabe, básicamente porque ha puesto aEEUU en una contradicción táctica: tiene dos aliados que se odian entre sí. Por otro lado, ha permitido una retirada y reagrupación del ISISen torno a Raqqa('capital' del 'Califato' en Siria), lo que dificultaría cualquier avance de las SDF (Fuerzas Democráticas Sirias) hacia la ciudad. Otro elemento clave esAlepo. Fuentes internas auguran que septiembre y octubre serán horribles en Alepo, que es la última bala de los rebeldes. Si Asad les expulsa de la ciudadse acabará la guerra civil tal y como la hemos conocido. Solo Idlib resistirá bajo el dominio de los opositores", explica Gabriel Garroum, politólogo experto en elEstado Islámicoy doctorado en el Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.

"Pero la clave -continúa Garroum- es queErdogan ha rebajado su tono contrario a Asady el acercamiento de Turquía a Rusia, porque puede sacar al líder siriodel punto de mira -por ejemplo, que losgrupos armados financiados por Ankarase centren en otros objetivos-. Por otro lado, sabemos que el acercamiento entre Putin y Obama se ha dado en los últimos tiempos, en los que Asad ya parece un mal menor en muchos aspectos. Nos encontramos ante un cambioque beneficia mucho a Asad: acercamientos diplomáticos en torno ala necesidad deuna cierta permisividad ante el régimen.Por ello, (el G20) no provocará un cambio sobre el terreno de manera directa, pero sípuede permitir unaconsolidación de la tendencia diplomáticaque se viene fraguando en los últimos meses. Una victoria de Asad en Alepo es el elemento desbloqueador de esta guerra y parece que EEUU, Rusia y Turquía empiezan a barajar esta posibilidad".

En cuanto a Rusia, aunque no está en la agenda anunciada por el Kremlin (que incluye una reunión con Angela Merkel para tratarla guerra de Ucrania)se da por descontado que Putin hablará en algún momento con Obama para abordar el conflicto sirio. De nuevo, hay poco espacio para el optimismo. Al igual que sucede con Ucrania, cualquier inicitiava para poner fin a la guerra debe contar con el apoyo de Moscú. Y los expertos no prevén "ningún avance" en la cumbre del G20.

"Desde hace seis meses larelación entre Washington y Moscú se ha tensadomucho. Una victoria de Clinton (en las elecciones presidenciales de noviembre) es una opción muy mala desde el punto de vista de Putin,dado que esta siempre ha sido muy crítica con Rusia, la más dura de la Administración Obama. Por otra parte, EEUU ha incrementado su presencia militar en el Báltico y apoyaa los países de la región. En resumen: hay mucha tensión. Y todo apunta a quelas negociaciones sobre Siria van para largo", explica el profesor Alberto Priego, del Departamento de Relaciones Internacionales dela Universidad PontificiaComillas.

En la que será su última visita a Asia antes de abandonar la Casa Blanca, Obama ha aprovechadopara ratificar con el presidente chino, Xi Jinping, elpacto sobre el cambio climáticoalcanzado en la cumbre de París de 2015. El objetivo es consolidar la lucha contra el calentamiento global como una batalla compartida. Este será probablemente el único fruto positivo de sus conversaciones, que se verán obstruidas por las mutuasacusaciones de militarizacióndel mar de China Meridional,región en la que Pekín mantiene disputas territoriales con naciones vecinas. Esperado es también el triunvirato en Hangzhou entre Xi, lasurcoreanaPark Geun-hyey el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en medio de las viejastensiones entre China y Japón, centradas actualmente en unas islas del mar de China Oriental.

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Por otra parte, la cumbreservirá para evaluar el polémico acuerdo entre Ankara y la Unión Europea para deportar refugiados desde Europa a suelo turco, y que incluía una eventual entrada de Turquía al bloque comunitario. Diseñado para frenar el flujo de migrantes hacia el Viejo Continente -aunque las cifras de llegadas ponen en entredicho su efectividad- los líderes europeos deberán obrar milagros para mantener el pacto ante la deriva autoritaria de Turquía tras la fallida asonada militar de julio.

El presidente francés, François Hollande, cuyo país ha sido golpeado con dureza por el terrorismo yihadista, tendrá un interés particular en este último asunto, y por otro lado mantendrá una reunión trilateral con Merkel y Putin para tratar la renovada crisis entre Moscú y Kiev por la península de Crimea, anexionada por Rusia.

placeholder Mariano Rajoy y Barack Obama llegan a la apertura del G-20. (Reuters)
Mariano Rajoy y Barack Obama llegan a la apertura del G-20. (Reuters)

La guerra en SiriayUcrania ylas tensiones en el mar de China Meridional. Tres crisis que marcarán las reunionesentre los líderes internacionales que asisten a la cumbre del G20 en China, que levanta el telóneste domingo. El escenario elegido parece 'llamar a la paz': la ciudad de Hangzhou, una joya cultural y paisajísticafamosa por su sosegadoestilo de vida en torno al Xi Hu, el Lago del Oeste. Y, sin embargo, nada invita a pensar que los contactos entre Barack Obama, Vladimir Putin yel presidente turco Recep Tayyip Erdogan vayan a acelerar la salida alaenquistadacrisis ucraniana o a detener la matanza en Siria.

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