Ya es normal, Presidente Obama: un tiroteo con víctimas al día en EEUU
El de San Bernardino es el incidente número 353 de este tipo que se produce en 2015. Pero los datos no consiguen convencer a los partidarios del libre acceso a las armas
El tiroteo en la ciudad californiana de San Bernardino, en el que al menos dos atacantes provocaron 14 muertos y 17 heridos graves en un centro de apoyo a discapacitados (el Centro Regional Inland), ha eclipsado otro suceso ocurrido apenas unas horas antes en el otro extremo del país: otro individuo disparó contra cuatro personas en Savannah, Georgia, matando a una de ellas e hiriendo a las demás. Y a diferencia de San Bernardino, la policía no ha conseguido identificar al responsable. Tampoco ha recibido la misma cobertura: la web de una televisión local despachó el incidente en tres párrafos.
“No podemos dejar que esto se convierta en normal. Si realmente nos preocupa esto, si vamos a dedicar una vez más nuestros pensamientos y oraciones, por Dios sabe cuántas veces más, con la conciencia verdaderamente limpia, entonces tenemos que hacer algo sobre el fácil acceso a armas de guerra en nuestras calles para gente que no necesita llevarlas. Ya basta”, declaró el Presidente Barack Obama hace cinco días, después de que otro tiroteo en una clínica abortista en Colorado dejase otros tres muertos y nueve heridos.
Pero como señala hoy Christopher Ingraham en el diario “The Washington Post”, “los datos muestran que este tipo de incidentes ya son normales. Ya ha habido más tiroteos masivos que días del calendario este año”: en los 336 días transcurridos en 2015 se han producido 353 episodios de violencia con armas de fuego, según el portal Mass Shooting Tracker, que lleva un registro de estos incidentes a partir de noticias de prensa y fuentes abiertas. En 2013 se produjeron 363 tiroteos masivos, y en 2014, un total de 336, lo que, según la página, significa una media de alrededor de uno al día. Otras estadísticas hablan de un muerto por arma de fuego cada 16 minutos.
Después de cada uno de estos incidentes, especialmente en aquellos en los que se producen numerosas víctimas o estas son niños o adolescentes, en Estados Unidos se produce un debate sobre la conveniencia de revisar la Segunda Enmienda constitucional, la que establece el derecho de todo estadounidense a llevar armas, o al menos limitar el acceso al armamento de tipo militar. Pero no tarda en surgir el argumento contrario: “Si los atacados hubiesen llevado armas, habrían podido defenderse”. Y con el rechazo de la poderosa y conservadora Asociación Nacional del Rifle a cualquier restricción, toda iniciativa legal o política para regular la venta de armas no suele llegar mucho más lejos.
En una columna titulada "No deberíamos racionalizar la tragedia de San Bernardino, pero lo haremos de nuevo", el comentarista Jeb Lund, en el diario británico “The Guardian”, ha arremetido contra este tipo de argumentos: “Independientemente de sus políticas, oiremos que San Bernardino está en California, un estado cuyo liberalismo, sin duda, solo invita a este tipo de violencia”, escribe. “O tal vez oiremos que los dirigentes de la ciudad desincentivaron o no pudieron animar a la propiedad masiva de armas. Tal vez la policía carecía de fondos suficientes para patrullar las calles en blindados MRAP. Tal vez el 'efecto Ferguson' acabó con su deseo de proteger al público. Tal vez Obama los asustó o entristeció. O tal vez oiremos algo más específico sobre cómo la respuesta habría sido claramente que las víctimas tuviesen más armas, que el Centro Regional Inland tenía guardias pero no estaban armados, o que tenían guardias armados pero no los suficientes”. Incluso Geraldo Rivera, el ultraconservador presentador de noticias en la cadena FOX, tuiteó ayer: “¡La Segunda Enmienda es estúpida! No racionalicéis esto”, refiriéndose a la tragedia.
El propio Presidente Obama tratará ahora de impulsar una nueva ley que permita regular el acceso a las armas de gran potencia. “Todavía no conocemos los motivos de los tiradores, pero lo que sabemos es que hay pasos que podemos dar para hacer que los americanos estén más seguros. No deberíamos pensar que estoes simplemente algo que sucede de ordinario, porque no ocurre con la misma frecuencia en otros países”, declaró ayer en una entrevista con la cadena CBS. “El patrón de tiroteos en los EEUU no tiene paralelismos en ninguna parte del mundo”, afirmó, al tiempo que pedía una “ley de seguridad sobre armamento basada en el sentido común”. La iniciativa, desde luego, no irá exenta de polémica, como siempre ocurre en Estados Unidos.
El tiroteo en la ciudad californiana de San Bernardino, en el que al menos dos atacantes provocaron 14 muertos y 17 heridos graves en un centro de apoyo a discapacitados (el Centro Regional Inland), ha eclipsado otro suceso ocurrido apenas unas horas antes en el otro extremo del país: otro individuo disparó contra cuatro personas en Savannah, Georgia, matando a una de ellas e hiriendo a las demás. Y a diferencia de San Bernardino, la policía no ha conseguido identificar al responsable. Tampoco ha recibido la misma cobertura: la web de una televisión local despachó el incidente en tres párrafos.
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