El Papa y los 'hijos como conejos': "Para algunos católicos son palabras difíciles"

“Hay quien cree que para ser buenos católicos, perdonad la expresión, debemos ser como conejos. No. La respuesta es la paternidad responsable y yo conozco muchas vías lícitas que ayudan”. Las palabras del Papa Francisco en el vuelo de vuelta a Roma el lunes tras su viaje apostólico en Filipinas han causado perplejidad en muchos católicos. Sorprenden tanto por su estilo coloquial, en las antípodas del lenguaje elevado y alambicado con el que suele tratar la Iglesia esta cuestión, como por el aparente choque con la realidad de algunos movimientos laicales que han hecho del elevado número de hijos por familia uno de sus signos distintivos.

Entre estos grupos está el Camino Neocatecumenal, iniciado por el español Kiko Argüello y con un crecimiento numérico exponencial basado en parte en el rechazo de los anticonceptivos. Algunos de sus miembros no aceptan ni los llamados métodos “naturales”, permitidos por la doctrina católica. El Camino tiene hoy alrededor de un millón y medio de seguidores, buena parte de ellos hijos y nietos de aquellos primeros fieles que tomaron el itinerario de fe marcado por Argüello.

Para Massimo Faggioli, profesor de Historia del Cristianismo en la Universidad St. Thomas de Minneapolis (EEUU), “no hay duda” de que para algunos católicos las palabras de Francisco son “difíciles de aceptar”. “El Papa se mueve en una dirección, pero no pone en el objetivo aninguno en particular. Intenta buscar a quienes se habían alejado debido al modo en el que la Iglesia presenta la visión católica de la sexualidad. Si se es verdaderamente fiel a la Iglesia, y no a una cierta visión ideológica de ella, sus palabras no pueden ser motivo de escándalo”.

Francisco desmontó el falso mito de que los cristianos deben tener muchos hijos echando mano de la encíclica Humanae Vitae, el histórico documento en el que Pablo VI fijó la postura de la Iglesia frente a los métodos anticonceptivos. Para que se entendieran mejor sus palabras y el concepto de “paternidad responsable” que explica aquel documento, recurrió a una anécdota, la conversación que mantuvo en una parroquia hace unos meses con una mujer que estaba embarazada de su octavo hijo. Antes había tenido siete cesáreas. “¿Usted quiere dejar siete huérfanos?”, le dijo el Papa, para quien esa actitud suponía “tentar a Dios”. En la rueda de prensa que dio en el vuelo, recordó que “tres hijos por familia” es el número que los expertos aconsejan para garantizar que se puedan pagar las pensiones en las naciones europeas.

El cardenal Elio Sgreccia, experto en bioética y presidente emérito de la Academia Pontificia para la Vida, considera que las palabras del Papa sobre no tener hijos “como conejos” deben hacer reflexionar a las familias sobre el camino marcado por la Humanae Vitae, “donde se dice que la paternidad y la maternidad debe ser responsable con Dios, con los hijos y con la sociedad”. “La encíclica interpela a quien quiere tener pocos hijos por los posibles gastos que generan, invitándole a ser generoso con Dios. Pero también a quien sólo sigue sus instintos, pidiéndole que sea responsable y tenga en cuenta las condiciones de los hijos que ya están aquí”, explica el purpurado a El Confidencial. “Con esa frase coloquial el Santo Padre ha querido decir que en casos de superpoblación o de condiciones de miseria, hay que dominarse o recurrir a los métodos anticonceptivos naturales. No queramos hacer polémica con alguna de sus palabras”, pide Sgreccia.

Otra fuente de la Santa Sede que prefiere mantenerse en el anonimato asegura que “no hay ninguna discontinuidad” entre lo que dijo Francisco en el avión y la doctrina católica y considera que el desconcierto de algunos fieles ante sus palabras muestra la necesidad “de explicar mejor el concepto de paternidad responsable”. Sobre la anécdota de la mujer que había tenido ya siete cesáreas, esta fuente dice que “cualquier persona con sentido común le habría dicho lo mismo que el Papa”.

“No ha dicho que las familias no tengan hijos”

Las declaraciones de Francisco, en cualquier caso, no van en la misma línea de las que han hecho algunos cardenales como el alemán Joachim Meisner, arzobispo emérito de Colonia. En un encuentro hace un año con miembros del Camino Neocatecumenal, Meisner celebró el gran número de hijos que tenían y los consideró la mejor resistencia para la supuesta islamización que está sufriendo Europa. “Yo siempre digo que una sola de vuestras familias vale como tres familias musulmanas”, dijo, provocando las críticas de la comunidad turca germana. En España, un partido que trata de hacerse con el voto de las familias numerosas de ideología conservadora, VOX, ha llegado a proponer que los menores de edad tengan derecho al voto y sean sus padres quienes lo ejerzan en su nombre.

Destaca Faggioli que en Estados Unidos y otros países la cuestión del número de hijos se vive como un “criterio de vida” de la comunidad eclesiástica. A más retoños, mejor católico. “Pero, a veces, detrás de esas vidas ejemplares hay dramas muy serios. El Papa no ha dicho que las familias no tengan hijos, sino que los tengan dentro de un proyecto de vida humano. Es importante porque articula en un modo nuevo, al menos con este grado de claridad, la relación entre naturaleza y cultura. Hasta ahora el papel de la naturaleza prevalecía en el lenguaje oficial de la Iglesia. El Papa dice que el ser humano no es un animal dominado por la naturaleza”, sostiene el profesor de Historia del cristianismo en la Universidad St. Thomas.

En lo que Francisco no se detuvo apenas en su entrevista en el vuelo de vuelta desde Filipinas es en cómo poner en práctica la “paternidad responsable”. “¿Cómo se hace esto? Con el diálogo. Cada persona con su pastor debe tratar de ver cómo hacer”, indicó. Con sus palabras sobre cómo el cristiano no debe tener “hijos en serie”, Francisco muestra que “en ciertas cuestiones” hay una distancia cada vez mayor entre “la realidad concreta y el lenguaje oficial”, dice Faggioli. “En algunos casos hay una auténtica hipocresía”.