El monarca acusa a los grupos políticos de apoyar a la guerrilla maoísta, que desea imponer una república en el país.

El rey Gyanendra de Nepal ha aceptado sentarse a dialogar con los partidos políticos, por primera vez desde que disolvió el Gobierno, se hizo con el poder absoluto y declaró el estado de emergencia, hace siete meses, informaron los medios locales. Gyanendra admitió que la distancia entre él y los partidos políticos ha aumentado y afirmó que está dispuesto a dialogar siempre que los distintos grupos políticos dejen clara su posición respecto a varios asuntos, entre ellos el terrorismo. "Nunca dije que no me encontraría con ellos, pero tiene que haber alguna base para ello", dijo el rey en una entrevista con los medios de comunicación estatales. "Para que haya diálogo los partidos políticos deben aclarar perfectamente su postura en cuatro asuntos: el terrorismo, el buen gobierno y la corrupción, la politización de la burocracia y la disciplina financiera", señaló el rey.

Gyanendra acusó también a los partidos políticos de buscar un diálogo o trabajar conjuntamente con la guerrilla maoísta que actúa en el país y recordó que el pueblo nepalí está aterrorizado y quiere la paz.

El monarca nepalí aprovechó la oportunidad para justificar su golpe de estado y dijo que "el principal objetivo de la proclamación del 1 de febrero fue vencer al terrorismo".

Admitió que algunas de las demandas de la guerrilla maoísta que actúa en el país están "justificadas" y dijo que "podemos encontrar una solución al problema si los que han sido confundidos hacen del nacionalismo un punto común".

El rey también hizo un llamamiento a los medios de información para que "cumplan su responsabilidad de una forma disciplinada".

Las declaraciones de Gyanendra tienen lugar después de que el principal partido político del país, el Congreso Nepalí, reforme su carta constitutiva para retirar las palabras "monarquía constitucional" de entre sus objetivos, al argumentar que se ha convertido en algo "irrelevante".

Aunque las presiones internacionales lograron que el monarca levantase el estado de emergencia el pasado mayo, en la actualidad controla el país con un Gabinete designado por él, mantiene una censura y tiene encarcelados a periodistas, activistas de derechos humanos y políticos.