Todo el sector de alta tecnología depende de materiales con suministros limitados y concentrados en pocos países. Las grandes potencias (EE UU, China y la Unión Europea) compiten en una carrera global para conseguir una seguridad mineral. Quien tiene acceso a la explotación de minas de litio, cobre, titanio, cobalto o platino tendrá una ventaja en industrias claves como la defensa o las energías renovables. Generará empleos y sus empresas tendrán beneficios. La Unión Europea ha aprobado una lista de 30 materias primas críticas que considera vitales para la tecnología de alto nivel.

Muchos de estos minerales son ampliamente disponibles y el suministro procede de países que tienen buenas relaciones comerciales y políticas con la UE. El punto débil de esta estrategia es la importante dependencia de las llamadas tierras raras. China es el principal proveedor de 20 de las 30 materias primas críticas de esta lista de materiales imprescindibles. A través del reciclaje, Europa puede recuperar estos materiales y ponerlos de nuevo en circulación en su economía. Actualmente Europa no recupera el litio y ni ninguna tierras raras. Se estima que, a través del reciclaje, se podría obtener entre el 40 y el 75 % de las necesidades de metal limpio de Europa en 2050.

Para competir, la Unión Europea ha anunciado un proyecto de infraestructura de 300 mil millones de euros llamado Global Gateway. En cambio de la construcción de infraestructuras en África y América del Sur, la UE punta a obtener concesiones para la explotación de la minería. El problema es que para desarrollar un proyecto minero se necesitan entre 5 y 10 años. Así, alcanzar la ventaja de China en el control de las cadenas de suministro del mundo será una tarea difícil.