El 2022 ha sido un año malo para las ‘big five’, las cinco compañía tecnológicas más grandes. Para algunos, como Facebook, Twitter o Amazon, ha ido peor que a otros, como Apple, Google o Microsoft, que se han mantenido sin acusar grandes pérdidas. Aun así, todas se enfrentan a su primera gran crisis.

Después de meses de duros ajustes, 2023 será, para las grandes compañías tecnológicas, el año del 'gran reset' después de casi dos décadas de crecimiento imparable. Un crecimiento que parecí infinito y que se infló aún más durante los meses de confinamiento de 2020. Una burbuja que, sin bien no ha llegado a explotar como en la caída de las 'puntocom' de 2001, ha empezado a deshincarse. Eso sí, más rápidamente de lo esperado. La vuelta a la normalidad no solo ha recortado el tiempo que los usuarios dedican a los contenidos digitales, sino que se ha sumado a una inflación nunca vista en décadas, una fuerte subida de los tipos de interés y al temor de una recesión para 2023.

En este vídeo explicativo, con la ayuda de Michael McLoughlin, periodista de Teknautas, también se hablará del otro punto débil en el sistema de las grandes tecnológicas. Las participaciones “especiales” que mantienen algunos de los fundadores de estas compañías, como el caso de Mark Zuckerberg en Meta o de Larry Page y Sergey Brin en Alphabet. Con paquetes de minorías de apenas el 10% de las acciones, mantienen derechos especiales de voto que les garantizan la mayoría en los consejos de administración. Un privilegio que les convierte en dueños y señores sin algún tipo de supervisión vinculante por parte de la mayoría de los accionistas. En el caso de Meta, la matriz de Facebook, la solitaria apuesta de Zuckerberg en el metaverso, se ha comido todas las ganancias bursátiles de los últimos cuatro años, devolviendo el precio de las acciones a niveles de 2018.