Dolores, de 82 años, se debate entre la vida y la muerte. Los médicos han tenido que amputarle las dos piernas porque los desgarros y las heridas eran irrecuperables. Volvía de misa, le quedaban solo 30 metros para entrar a su casa cuando le atacaron dos dogos de burdeos. La arrastraron 30 metros por toda la cuesta y uno de los perros se ensañó tanto que le arrancó un pie en el acto. Se trataba de una raza peligrosa que el dueño no tenía ni identificados, ni registrados como tal, ni siquiera tenía un seguro de responsabilidad civil. Los dos animales ya están en la perrera y el propietario se enfrenta a un delito penal de lesiones.