Los consejos de la Guardia Civil para conducir con lluvia: ojo con los tramos inundados

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El 2024 comenzó con unas semanas cargadas de precipitaciones, nieve y fuertes rachas de viento en diversos puntos del país, y aunque el frío y el tiempo inestable concedió una tregua a finales de enero y comienzos de este mes, el invierno ha recuperado su perfil tradicional y un frente con viento, fuertes lluvias y nieve en cotas altas atraviesa estos días sobre la península Ibérica, llegando a causar inundaciones en algunos puntos del país.

A la hora de ponernos al volante, conviene estar al tanto del tiempo que va a hacer ese día, ya que fenómenos tan habituales como la lluvia, pueden convertirse en un verdadero peligro si no tomamos las medidas necesarias. De hecho, la Dirección General de Tráfico (DGT) avisa de que cuando llueve las posibilidades de sufrir un accidente aumentan hasta un 70%.

A través de su perfil de Twitter, la Guardia Civil ha publicado diferentes infografías sobre cómo conducir de forma segura bajo la lluvia. En ella podemos observar una serie de acciones técnicas que debemos realizar en el coche para evitar sufrir algún daño. Entre los principales riesgos que entraña la lluvia, se encuentra la reducción de la visibilidad o la baja adherencia de los neumáticos a la carretera.

Riesgo de aquaplaning

Para prevenir cualquier riesgo, las autoridades aconsejan que, antes de sentarnos a conducir, limpiemos los parabrisas, espejos y faros. Después, tocará encender las luces de carretera y los antiniebla traseros si la lluvia es muy intensa. Asimismo, otro detalle relevante es el de incrementar la distancia de seguridad con el resto de vehículos. Además, cuando el agua se mezcla con el polvo, la vía se vuelve muy deslizante y puede ser arriesgado ir a una velocidad alta.

Por otro lado, hay que evitar tramos inundados, ya que, aunque conozcamos bien la zona, el agua puede haber socavado el terreno o esconder obstáculos, como una piedra. Pero la lluvia es muy peligrosa incluso si solo ha creado una capa de agua de unos pocos centímetros sobre el asfalto, pues podría producirse lo que se conoce como aquaplaning. Este término se refiere a la pérdida de contacto del neumático con la calzada, y provoca que el vehículo deje de responder al volante. Esta falta de reacción, que se da con independencia del tipo de tracción del vehículo, puede ser la causa de un accidente.

Si esto sucede, la DGT recomienda mantener la calma y sujetar de manera firme el volante con las dos manos. A su vez, hay que evitar frenar o acelerar hasta que las ruedas vuelvan a agarrarse al asfalto, momento en el que lo mejor es corregir la trayectoria y reducir la velocidad considerablemente para evitar que nos vuelva a suceder.