¿Los faros de tu coche están amarillentos? Estos dos productos de cocina te ayudarán a limpiarlos

La mayoría de los conductores le da poca importancia al mantenimiento del coche. Tal vez por desconocimiento o por descuido, muchos fallos mecánicos se podrían evitar con las revisiones adecuadas. Y es que un correcto cuidado del vehículo puede alargar muchos años su vida útil.

Pero no todo es cuestión mecánica. Para tener un coche en buen estado de conservación, también hay que cuidarlo por dentro y por fuera, y la limpieza es parte fundamental para tenerlo siempre reluciente. Sacudir las alfombrillas, quitar el polvo del salpicadero y las manchas de la tapicería, así como los golpes de la carrocería o la suciedad de los faros son algunas de estas tareas.

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El Confidencial

Uno de los problemas más habituales a la hora de sacar brillo al coche es encontrar los faros con cierto color amarillento. Es un problema común, derivado del uso y del desgaste. Para eliminar esa coloración que vuelve opacos los cristales en carretera hay un truco sencillo y muy económico que devuelve a los faros su color transparente de siempre.

Vinagre blanco y bicarbonato de sodio

Basta con usar dos ingredientes de cocina y que, con casi toda probabilidad, tengas en casa. De no ser así, son muy fáciles de conseguir y son bastante baratos. Se trata del vinagre blanco y el bicarbonato de sodio, los dos productos clásicos para desinfectar todo tipo de superficies en casa, así como eliminar la suciedad y la grasa incrustadas, el óxido o el moho del baño. Además, gracias a su composición y a sus características fisicoquímicas permiten ofrecer un efecto blanqueador.

Pero ¿cómo se utilizan estos ingredientes de cocina para limpiar los faros del coche? Lo primero es limpiar la superficie de los faros con una esponja suave y agua jabonosa. Una vez aclarado y secado, se prepara la solución limpiadora. En un recipiente se añade una taza de vinagre blanco, un chorro de jabón y la cantidad necesaria de bicarbonato de sodio como para conseguir una pasta semilíquida que tenga la consistencia para adherirse a los faros.

La coloración amarillenta de los faros es un problema común, derivado del uso y del desgaste

Para ello, hay que realizar una mezcla homogénea cada vez que se añade bicarbonato de sodio hasta conseguir la consistencia indicada. Cuando la solución esté preparada, se coje una esponja suave y se coloca sobre la superficie de los faros, se deja actuar un par de horas y, transcurrido ese tiempo, se frota en círculos para luego enjuagar y secar. El cambio será más que evidente.