Probamos la Triumph Scrambler 1200 X, una renovada moto 'trail' de estilo clásico

Triumph fue pionera en incorporar motos de estilo clásico a su catálogo, y esa anticipación le ha permitido llevar siempre la iniciativa en este tipo de motos. La Scrambler, inspirada en un estilo de moto que correspondía con lo que se podía considerar la moto de campo de los años 50, lleva en el catálogo de la marca desde el principio. Este concepto es muy simple: en un tiempo en el que todavía no se habían desarrollado específicamente algunas especialidades off road, se partía de una moto de carretera para desarrollar una adaptación que permitiera salir con garantías fuera del asfalto.

Los scrambles fueron los antecesores del motocross, salidas a campo abierto, antes de que la especialidad se enmarcara en un circuito, al que se incorporaban los saltos y demás complicaciones del terreno. Se utilizaban motores potentes, de las poderosas bicilíndricas británicas de la época que capitalizaban el mercado antes de que la industria española apareciera en los años 60 del pasado siglo con sus ligeros y eficaces modelos con motor de dos tiempos.

Inspirada en ese concepto, la Triumph Scrambler ocupa un segmento de creciente implantación, las motos trail con aspiraciones camperas, pero en esta ocasión, al renovar el modelo, el fabricante británico lo ha desdoblado en dos versiones: la 1200 XE, que es claramente la más campera, y la 1200 X, que probamos hoy, y que no repudia la tierra, pero está claramente orientada al asfalto debido a sus características.

Crecimiento constante

Desde su primera versión, aparecida en 2005 sobre la base del motor Bonneville, que cubicaba 865 cc, la Scrambler ha ido evolucionando hasta alcanzar los 1.200 centímetros cúbicos en 2019 con dos versiones, XC y XE, e incluso se desarrolló un segundo modelo de la gama, la Street Scrambler 900. Ahora, las versiones de la 1200 han mutado a X, en lugar de XC, y a XE.

La Scrambler 1200 X tiene un motor bicilíndrico procedente de la Bonneville T120, que ofrece una potencia de 90 CV a 7.000 rpm, con un par motor de 110 Nm a 4.250 rpm. Es un motor adaptado a la normativa Euro 5. Se ha incorporado un único cuerpo de inyección que reduce la anchura del propulsor, permitiendo que los colectores del escape sobresalgan menos y generen menos calor. Además, ayudan a que la menor anchura del conjunto proporcione un mejor acceso hasta el suelo.

La Scrambler 1200 X se distingue también por la mayor accesibilidad que su hermana XE, ya que el asiento se sitúa a 820 mm de altura, lo que se traduce en mayor comodidad. La modificación realizada en los tubos de escape, que recorren el lateral derecho de la moto, permite ahora no tener una postura forzada con la pierna derecha, porque aunque siguen estando ahí, no son tan prominentes como en el pasado, y se mejora la ergonomía. Además, la nueva cobertura que se ha incorporado en el colector, con tratamiento térmico, reduce la temperatura a la que se expone la pierna del conductor.

Tecnológicamente, la Scrambler 1200 X no tiene nada que envidiar a cualquier moto de aspecto contemporáneo. Cuenta con una actualizada gestión electrónica, con una nueva IMU de seis ejes desarrollada por Continental, que gestiona control de tracción y ABS, que tiene funcionamiento en curva. La instrumentación es sencilla pero eficaz, con una pantalla digital redonda monocroma con la información precisa y legible, que puede adaptar diversas configuraciones, y se maneja fácilmente desde la piña izquierda. Los retrovisores están anclados en las puntas del manillar, pero también hay una instalación para colocarlos en el manillar, de forma más convencional, aunque habría que cambiar de modelo de espejo.

Para garantizar la comodidad de manejo si se sale del asfalto, dispone de llanta delantera de 21 pulgadas, manteniendo la trasera de 17. En la parte ciclo encontramos diferencias entre las X y la XE, porque el modelo que hemos probado, la 1200 X, cuenta con suspensiones Marzocchi sin ajustes, salvo precarga trasera, y frenos Nissin, frente al conjunto totalmente ajustable y frenos Brembo –y Nissin trasero– de la XE. Lógicamente, esta diferencia redunda en el precio, porque la Triumph Scrambler 1200 X cuesta 14.695 euros, 1.500 menos que la XE.

En marcha

Su indudable atractivo, con unos acabados de máxima calidad, hace de la Scrambler una moto muy agradable. Y una vez sobre ella, la posición es cómoda y relajada. El manillar es ancho, pero no excesivamente, y no se convierte en un problema en los atascos. La posición es cómoda, con los pies bastante abajo –a veces, sin buscarlo, rozaba la puntera de la bota en las inclinaciones de las rotondas–, y el amplio y confortable asiento permite desplazarse sobre él con facilidad, dejando mucho espacio al pasajero.

Lógicamente, fue mi obsesión al volver a subirme en una Scrambler comprobar si los colectores de escape seguían molestando. Se nota que están ahí, e instintivamente tiendes a abrir un poco la pierna derecha, pero es cierto que han reducido su volumen y no sobresalen tanto. La nueva cobertura térmica aísla bastante, aunque también debo reconocer que probar la moto en invierno es una cosa y usarla en pleno verano seguramente será diferente. Aunque, ¿qué moto no da calor en verano? Nos emplazaremos para entonces para probar la versión XE y salir de dudas.

Su peso de 228 kilos, dos menos que la XE, se nota en parado, al moverla, pero dinámicamente tiene un buen comportamiento. Aunque sus llantas nos habrían permitido adentrarnos por el campo, preferimos centrarnos en una prueba por carretera. Sus 90 CV dan mucho de sí. En un momento en el que muchas trail han iniciado una escalada de prestaciones muy por encima de los 100 CV de potencia, la Scrambler 1200 X tiene fuerza de sobra para mandar en el tráfico, y responde con un par poderoso, que te impulsa con energía en cualquier marcha y a cualquier régimen.

Es capaz de moverse en marchas largas a bajo régimen por la ciudad para pasar desapercibida, sin vibraciones más allá de un suave traqueteo. Y si quieres rodar deprisa siempre responde. El pequeño cupolino que incorporaba nuestra unidad de pruebas facilitaba la marcha por autopista, sin sufrir excesivamente el azote del viento cuando se ganaba velocidad. Pero su reino está en las carreteras secundarias –y en el día a día urbano, no lo olvidemos–, donde se mueve con soltura y suavidad. La caja de cambios, que carece de asistente, tiene un tacto suave y agradable. Las suspensiones son eficaces, al igual que los frenos, ofreciendo una sensación positiva en todo momento, Hacer kilómetros y enlazar curvas con esta moto es una delicia.

Ficha técnica. Triumph Scrambler 1200 X

Motor: Bicilíndrico en línea, SOHC, 4 válvulas, refrigeración líquida.

Cilindrada: 1.200 c.c.

Potencia máxima: 90 CV a 7.000 rpm.

Par máximo: 110 Nm a 4.250 rpm.

Distancia entre ejes: 1.525 mm.

Altura de asiento: 820 mm.

Peso: 228 kg.

Frenos: ABS de doble canal, doble disco de 310 mm delante, un disco de 255 mm detrás.

Neumáticos: 90/90-21 delante y 150/70-17 detrás.

Depósito de combustible: 15 litros.