Probamos el Velca Calima S, un escúter eléctrico y urbano de corte clásico

Hace unos meses tuvimos la oportunidad de probar el Velca One, una clara opción de movilidad eléctrica con proyección interurbana, un scooter de corte moderno y dinámico. Ahora nos hemos subido al Velca Calima S, una propuesta diametralmente diferente del fabricante español, que nos ofrece un producto pensado enteramente para la ciudad y su área metropolitana.

El Calima S tiene una inspiración clásica en sus formas que, sin ser original, resulta atrayente. El color negro mate del modelo probado es muy sobrio, pero también está disponible en Gris Cranyon, que resulta muy elegante, o en blanco, que le da un aspecto más jovial y dinámico.

Dispone de un motor de 5 kW de potencia, que se aloja en el buje de la rueda trasera, alimentado por una batería de ión-litio de 72 V/52 Ah, que tiene una vida útil de 800 ciclos de carga, que para Velca suponen unos 45.000 kilómetros. El tiempo estimado de recarga de 0 a 100 % es de unas seis horas. La batería, que pesa 18 kilos, es extraíble, aunque no dispone de ruedas o de un carrito para desplazarla. Resulta muy práctico que puedas sacarla del scooter, pero hay que estar fuerte para acarrearla hasta el lugar de recarga, si es que no podemos disponer de un acceso directo a la red doméstica para enchufarla.

Es un scooter espartano pero cuenta con algunos detalles, como una guantera en la que caben pequeños objetos y donde encontramos una toma USB. Incluso bajo el asiento, donde se guarda el cargador, aún queda algo de sitio para llevar algún bulto no muy grande, aprovechando que el motor se ha desplazado a la rueda trasera. Tiene alarma y también encendido y apagado remoto, aunque para ponerla en marcha hay que emplear la llave.

El motor cuenta con tres modos de potencia, con una velocidad máxima limitada que es distinta en cada uno de ellos (50, 75 y 90 km/h, respectivamente), pero con idéntica respuesta al acelerar, y también marcha atrás para maniobrar. Las suspensiones son convencionales, una horquilla telescópica delante y dos amortiguadores detrás, sin reglajes, y los frenos son de disco, de 220 milímetros de diámetro en ambas ruedas y sistema CBS de frenada combinada. Monta neumáticos Michelin City Grip, sobre llantas de 12 pulgadas.

El PVP resulta muy competitivo habida cuenta sus prestaciones y dimensiones, ya que vale 4.900 euros, lo que le permite beneficiarse de las ayudas del Plan Moves III.

En marcha

Lo que nos llama la atención al primer vistazo es su amplitud, porque aunque se trata de un scooter netamente urbanita disfruta de un amplio asiento en el que se pueden acomodar dos ocupantes, mucho espacio para las piernas del piloto gracias a su plataforma plana. Además, dispone de una generosa parrilla trasera para llevar bultos y, si se requiere, se puede equipar con un baúl adicional.

La altura del asiento de sólo 680 milímetros y su escaso peso, de sólo 84 kilos, hacen del Calima S un scooter fácil de manejar por todo tipo de usuarios. Los acabados son básicos pero correctos, y el equipamiento es esencial, con una pantalla circular en donde nos indica modo accionado, velocímetro y odómetro, y nivel de carga de la batería, aunque hay que reconocer que este indicador no parece especialmente preciso y fluctúa durante el trayecto, lo que genera cierta incertidumbre. El indicador está escalado en varios colores, del verde al rojo, así que cuando el calibrado verde se va apagando y entramos en el rojo, hay que estar atentos.

En el modo 3, el que ofrece mayores prestaciones, la escala consume etapas con rapidez, pero en un uso combinado de los tres modos, que sería lo razonable dentro de un entorno urbano, el consumo de energía es mucho más contenido, aproximándose fielmente a la autonomía de 100 kilómetros que marca el fabricante.

Carece de freno de estacionamiento, pero como cuenta con caballete central además de pata de cabra, gracias a su escaso peso no resulta difícil subirlo al caballete y así nos aseguramos que no se moverá de su sitio si lo aparcamos en una pendiente.

En marcha, no apreciamos diferencia en la respuesta al acelerar en cualquiera de los tres modos, y su punta de velocidad, según el velocímetro, se sitúa ligeramente por encima de lo que anuncia el fabricante. Acelera con eficacia y enseguida se alcanza el tope de cada modo. Pero, como nos sucedió cuando probamos el Velca One, cuesta conseguir una conexión fluida entre el momento de darle al puño y la aceleración cuando nos movemos a tirones dentro de un atasco urbano, o cuando llegamos a una rotonda rodando deprisa: frenamos y volvemos a acelerar inmediatamente para salir lo más rápido posible. Es en ese punto donde hay una fracción de vacío hasta la entrada de la potencia, de golpe, una situación que resulta incómoda, especialmente si nos movemos entre tráfico.

La situación se alivia jugando con las inercias y la anticipación, pero eso se puede hacer cuando el tráfico es fluido, porque circulando a tirones entre los coches es mucho más incómodo y hay que estar especialmente atento al movimiento de los demás vehículos.

Por lo demás, el scooter de Velca cumple. Los frenos tienden a bloquear si nos empleamos con demasiada determinación, aunque es algo que no tendríamos que hacer con un vehículo de este tipo. La amplitud del scooter nos permite sentirnos cómodos en él, y disfrutamos de potencia de sobra para cualquier maniobra. En el modo 3 rozamos los 100 km/h de marcador, lo que nos permite aventurarnos en las áreas metropolitanas y salir del cogollo de la ciudad con mucha confianza.

Ficha técnica: Velca Calima S

Motor: Eléctrico, de ventilación forzada.

Potencia nominal: 5 kW (12 kW potencia máxima).

Capacidad de la batería: 72 V/52 Ah.

Distancia entre ejes: N.D.

Altura de asiento: 680 mm.

Peso: 84 kg.

Frenos: Sistema CBS, disco de 220 mm delante, disco de 220 mm detrás.

Neumáticos: 120/70-12 delante y 120/70-12 detrás.