Jordi Bordoy: "Las motos actuales ya están cumpliendo los objetivos marcados para 2030"

Desde julio del año pasado, Jordi Bordoy ocupa la presidencia de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor), la entidad que engloba el 95% de la industria motociclista y auxiliar del sector. La moto en España disfruta de un momento dulce, con datos muy positivos que han permitido que el mercado recupere los niveles previos a la pandemia, disfrutando de previsiones de lo más optimistas de cara al presente ejercicio. Es un buen momento para hablar con el presidente de Anesdor sobre la situación del sector de la moto en nuestro país.

Pregunta: Hace aproximadamente un mes Anesdor hacía públicas sus previsiones para el mercado de la moto en 2023, en el que esperaban crecer un 4,3%. ¿A mediados de febrero siguen pensando igual? ¿Qué tal ha arrancado el año?

Respuesta: Sí, hemos empezado con un crecimiento de dos dígitos, casi el 12%. Sigue habiendo dificultades en el abastecimiento, retrasos y problemas en producción, pero va llegando producto y se están cumpliendo los objetivos optimistas de crecimiento que teníamos. Seguimos con la misma idea que teníamos a principio de año.

P. En 2022, el mercado de motos nuevas en España creció un 4,6%, y el mercado de turismos nuevos cayó un 5,4%. ¿Hay relación entre la subida de unos y la caída de otros? Porque en 2018 las matriculaciones de motos suponían el 11% de la automoción española y en 2022 ya eran el 17,3%, y es fácil pensar que hay usuarios que se están pasando de las cuatro a las dos ruedas... ¿Qué encuentran los usuarios de los coches en las motos?

R. Pensamos que la moto y el coche cubren necesidades distintas, y son complementarios. Pero sí es verdad que en la nueva movilidad la moto está siendo favorecida porque nos aporta menos congestión en el tráfico; nos aporta un mejor aprovechamiento del espacio público, ocupa menos espacio; y responde muy bien a las inquietudes ecológicas con una reducción de emisiones. Esto, sumado al más económico valor de adquisición de una moto, hace que la moto esté siendo protagonista de la movilidad en estos momentos.

"La singularidad que nos diferencia es la de un vehículo muy útil para la movilidad actual, y ha de tener su espacio propio"

P. ¿Qué más se podría hacer desde el sector de la moto para consolidar esta posición, que ya de por sí es buena?

R. Se está jugando ahora una partida importante con las nuevas medidas para moverse en los núcleos de población de más de 50.000 habitantes, las zonas de bajas emisiones (ZBE). Destacar la singularidad de la moto sería importante. En estos momentos se habla de coches y de bicis, pero no de motos, y la moto es distinta a una bici o a un coche. Sencillamente, que nos tuvieran en cuenta sería muy importante. El objetivo de las ZBE es reducir las emisiones, y la moto es una vehículo poco contaminante. Las motos actuales, bajo la normativa Euro 5, ya están cumpliendo los objetivos marcados para 2030. ¿Por qué estamos equiparados al coche si el objetivo es reducción de emisiones? La moto ha de tener un papel singular en las ZBE. En este mismo sentido, otra cosa que estaría muy bien tiene que ver con las etiquetas medioambientales, que ahora equiparan a las actuales motos Euro 5 con las motos Euro 3, más antiguas, cuando las Euro 5 contaminan menos que un coche híbrido. Se ha planteado a la DGT contar con nuestras propias etiquetas de moto, y es una petición que hemos realizado, que se tenga en cuenta esa singularidad de la moto.

La singularidad de la moto

P. Particularmente, un problema que veo, aparte de la dimensión y la influencia de la industria automovilista en comparación con la industria motociclista, es que la moto desde hace décadas dejó de ser el vehículo principal, y es un vehículo secundario, de ocio, y queda siempre enmascarado tras el usuario del coche. ¿Habría que recuperar esa entidad propia de la moto para que se la valore de forma diferente, poniendo de manifiesto esa realidad no ya solo ante las administraciones, sino también ante la sociedad?

R. Totalmente. Para gran parte de la población ya es una realidad. El 50% del mercado ya son los scooters y las motos ligeras que sirven para el día a día de muchas personas, y es el instrumento principal para el sustento de muchas familias. Nuestro trabajo es una labor de largo recorrido, pero esa singularidad de la que hablamos, esa diferenciación del coche y de la bici, es la de un vehículo muy útil para la movilidad actual y ha de tener su espacio propio.

"Estamos alineados con las peticiones de Anfac y de la automoción en general, sobre todo a nivel fiscal"

P. Hace una semanas, Anfac presentó un plan de choque a tres años, en forma de ‘Hoja de Ruta 2023-2025’, con peticiones básicamente sobre mejora de las ayudas a la compra, cambios en la fiscalidad e inversión en infraestructura de recarga. ¿Los planteamientos de Anesdor a las autoridades irían en el mismo sentido? ¿Qué le piden al Gobierno?

R. Sí, estamos alineados con las peticiones de Anfac y de la automoción en general, sobre todo a nivel fiscal. Nuestras exigencias son las que ya hemos comentado: que las ZBE consideren a la moto como un vehículo distinto del coche, y que tengamos nuestro propio etiquetado, porque si el objetivo son las bajas emisiones, la moto tiene que tener sus propias etiquetas.

P. ¿La relación con las administraciones es fácil? ¿Dónde hay mayor receptividad: grandes capitales, la administración central, localidades con menor población…?

R. Se están cubriendo los distintos ámbitos. Siempre hay alguna particularidad en algún punto, pero creo que ellos agradecen nuestra labor de lobby de explicarles nuestro punto de vista. Ellos cuentan con diferentes puntos de vista, pero a veces no tienen el nuestro, el de la moto, y esto es importante. Lo que les pedimos fundamentalmente es que nos tengan en cuenta, que presten atención a la moto. Esta es nuestra principal petición.

"Se van a desarrollar proyectos no solo eléctricos, porque lo eléctrico no será seguramente el 100% de la movilidad en moto del futuro"

P. ¿Cree posible que la industria española de la moto vuelva a recuperar aquel brillo que tuvo hace décadas, por ejemplo en torno a la nueva movilidad? ¿O en el futuro nos limitaremos a comprar lo que llegue de fuera? ¿Puede volver a brotar esa industria?

R. Con la electromovilidad esto ya ha sucedido. Hay varias empresas con fuertes inversiones que están trabajando a nivel industrial en España. Pero, además, aparte de esto que ya es una realidad hoy, en España hay mucha cultura de moto y mucha profesionalidad, se sabe mucho de hacer motos, pero no es fácil porque estamos en un mercado global y tenemos que pelear con otros mercados; aunque hay muchas inquietudes para desarrollar proyectos no solo eléctricos, porque lo eléctrico no será seguramente el 100% de la movilidad en moto del futuro. Lo eléctrico, por el peso de las baterías y las dimensiones de la moto, que es un vehículo ligero, ágil y pequeño, no casa, y el desarrollo del mundo eléctrico se dirige hacia baterías más ligeras, aunque está yendo muy lento. En cambio, hay otros sistemas de propulsión, como pueden ser los vehículos con motores de combustión alimentados por e-fuel, o el hidrógeno, que empiezan a tener visos de ser posibles. De modo que en el futuro, además del eléctrico, va a haber otros sistemas de propulsión, y esto abre las puertas a que haya una industria que podría ser española.