Hyundai i30, un compacto diferente, muy amplio, seguro y cargado de tecnología

Hyundai ya se ha convertido en un claro rival de los fabricantes europeos más emblemáticos, como Seat o Renault, e incluso la alemana Volkswagen. Y la mejor prueba es este nuevo i30, su modelo compacto, que ha sido completamente renovado hace solo unos meses y que ya cuenta en su gama también con una variante de tipo familiar.

El coche que hemos probado en esta ocasión, el i30 con el motor de gasolina de 140 caballos, supone una demostración palpable de la buena calidad que ofrecen todos los modelos de nueva generación del grupo coreano. Quizá lo más destacable de estos modelos es su buena terminación, el completo equipamiento que ofrecen todos sus vehículos y un estilo diferente a los de las marcas europeas.

En el caso concreto del i30, me ha gustado mucho cómo está resuelto todo el salpicadero, el cuadro de instrumentos, la consola central y la parte baja de dicha consola, con la palanca de cambios. Dispone de un cuadro de instrumentos muy funcional con una gran pantalla en el centro que aporta mucha información al conductor. En cuanto a la pantalla de dicha consola, en este modelo se ofrecen dos alternativas, la de cinco pulgadas para las versiones de acceso y la de ocho disponible como opción y que incluía nuestra unidad de pruebas. Esta última incorpora también el navegador con una suscripción gratuita al servicio Tom Tom Live.

Un aspecto que me ha sorprendido muy gratamente es que la cota de altura disponible tanto en las plazas delanteras como en las traseras es muy buena. Y eso transmite a los ocupantes la sensación de que el habitáculo es aún más grande de lo que realmente es. Por el contrario, su maletero, con los 395 litros que cubica, digamos que se mantiene en la media entre los vehículos compactos comparables.

Las suspensiones resultan algo blandas de tacto, pese a lo cual se mantiene un buen confort de marcha para los ocupantes y su estabilidad se sitúa a un buen nivel. En cualquier caso, no es un coche pensado para hacer carreras, sino que se trata más bien de un vehículo de enfoque familiar, muy racional, pensado para que sus ocupantes viajen tranquilos y seguros, con un consumo ajustado y sin excesos en ningún sentido.

El motor destaca por su gran elasticidad. Pese a su escasa cilindrada, de solo 1,4 litros, pero gracias a su turbocompresor, permite subir de vueltas con bastante alegría, incluso cuando circulamos a pocas vueltas. Eso sí, gracias al cambio 7 DCT de siete marchas que montaba nuestro coche de pruebas, la combinación motor/cambio resulta muy buena. Por ello, es muy sencillo de conducir y siempre está dispuesto a acelerar con mucha fuerza cuando sea necesario por una maniobra más apurada, como un adelantamiento.

Entre los sistemas de ayuda a la conducción, quizá los más destacables son el control de crucero adaptativo, que funciona con una precisión bastante buena, y el sistema de aviso de tráfico trasero, que nos puede salvar de un golpe cuando tratamos de salir marcha atrás en batería, por ejemplo de un aparcamiento. Y también el freno de emergencia en ciudad.

Hyundai, como su marca hermana Kia, se ha logrado posicionar como un claro rival de las marcas generalistas europeas, como Seat, Ford, Peugeot o Renault. Es más, ofrece las mismas calidades, los mismos equipamientos tecnológicos y también son coches, como este i30, fabricados en Europa y perfectamente adaptados a los gustos y necesidades de los conductores europeos.

Ficha técnica

• Motor: cuatro cilindros en línea.
• Potencia máxima: 140 CV a 6.000 rpm.
• Par máximo: 242 Nm desde 1.500 rpm.
• Cilindrada: 1.353 cc.
• Combustible: gasolina.
• Velocidad máxima: 205 km/h.
• Aceleración de cero a 100 km/h, 9,2 segundos.
• Tracción: delantera.
• Consumos homologados (urbano/ extraurbano/ mixto): 6,4/ 5,0/ 5,5 litros.
• Dimensiones (longitud/anchura/altura), 4,34 x 1,80 x 1,45.
• Capacidad maletero: 395 litros.
• Peso en vacío: 1.315 kg.
• Precio: 27.650 euros (versión Style).