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Vuelve el dividendo: por qué esta estrategia moribunda está a punto de resucitar
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Vuelve el dividendo: por qué esta estrategia moribunda está a punto de resucitar

En medio de la confusión entre narrativas sobre IA, análisis "cuantitativos" y fondos sostenibles, la estrategia de selección de acciones más antigua y simple, la inversión en dividendos, yace casi olvidada

Foto: Foto: Getty/Spencer Platt.
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En medio de la confusión entre narrativas sobre inteligencia artificial, análisis "cuantitativos" y fondos sostenibles, la estrategia de selección de acciones más antigua y simple, la inversión en dividendos, yace casi olvidada. Podría haber maneras de desempolvarla.

Desde la crisis financiera de 2008-09, a los inversores les ha disgustado recibir efectivo. Las acciones estadounidenses con rendimientos por dividendos por encima del 5% han retornado aproximadamente un 450% desde finales de 2008, por debajo del beneficio del 640% del más amplio S&P Composite 1500. Las compañías que no pagan dividendos han retornado casi un 1.200%. Sin embargo, uno de esos ganadores sin dividendos rompió filas este mes: Meta Platforms dijo que comenzará pagos trimestrales modestos de 50 centavos por acción. La matriz de Facebook, que había puesto a prueba la paciencia de los inversores con inversiones con retorno incierto como las del metaverso, intenta recuperar el favor.

Esto parece validar lo que el gestor de carteras de Federated Hermes y el historiador bursátil, Daniel Peris, argumentan en su nuevo libro, Ownership Dividend. Los autores afirman que los tipos de interés ultrabajos y el auge de las compañías digitales de alto crecimiento neutralizaron el poder de los dividendos, pero que esto es solo un factor temporal.

Datos bursátiles de EEUU del economista Robert Shiller muestran que la contribución de los dividendos a las rentabilidades de la inversión en bolsa promedió el 80% desde la década de 1870 hasta la de 1950, con el resto compuesto por ganancias de capital. La década pasada, fue del 30%. El rendimiento medio por dividendos ha estado por debajo del 2% durante la mayor parte de los últimos 25 años, comparado con un promedio histórico del 4,3%. "La noción de que las empresas grandes y exitosas no distribuyan efectivo a los propietarios de la empresa es anormal", dice Peris.

La contribución de los dividendos a las rentabilidades de la inversión en bolsa promedió el 80% desde 1870 hasta 1950

Desde el lanzamiento de la Bolsa de Ámsterdam en 1602 hasta mediados del siglo XX, comprar una acción en una compañía iba casi exclusivamente de cobrar un dividendo que los inversores podían esperar recibir. Un sector tecnológico más maduro, tipos de interés más altos y un escrutinio más intenso sobre la idoneidad de las recompras de acciones llevarán a los accionistas minoritarios a demandar dividendos de nuevo, argumenta Peris. Pero muchos de los inversores de hoy poseen participaciones en empresas a través de carteras de ahorro diversificadas y planes de pensiones. No está claro si les importan tanto los dividendos como a sus antepasados.

Por supuesto, las subidas de los precios que no van acompañadas por beneficios son especulativas y pueden revertirse fácilmente. Pero si los beneficios aumentan al mismo tiempo, a los propietarios de la empresa podría no importarles si el efectivo se distribuye o se mantiene en el balance (incluso sin tener en cuenta las consideraciones fiscales).

Quizás esto no era el caso en el siglo XVII, cuando vender acciones era más difícil. Pero en los mercados altamente líquidos de hoy, los precios de las acciones tienden a caer cuando se pagan dividendos, dejando a los accionistas en la misma situación que antes del pago. El economista financiero Fischer Black argumentó esto en su influyente trabajo de 1976, El enigma del dividendo.

Las acciones en Ford y General Motors han ofrecido un retorno total similar en la última década, pese a políticas de dividendos diferentes

Ilustrando ese argumento, las acciones en Ford Motor y General Motors han ofrecido un retorno total similar en la última década, a pesar de ejecutar políticas de dividendos muy diferentes. Pagar una renta todavía puede ser una manera útil para que los ejecutivos demuestren a sus accionistas que no malgastan su dinero en proyectos de vanidad. Sin embargo, para algunas empresas, lo contrario es cierto: reinvertir flujos de efectivo demuestra que confían en sus perspectivas de crecimiento.

Esta es la fuente de los recientes problemas de las acciones que pagan dividendos. El siglo XXI ha beneficiado a sectores de "crecimiento" como la tecnología y la salud. Los fabricantes, bancos y utilities, negocios maduros que todavía tienden a pagar dividendos, han quedado atrás. Desde 2020, la pandemia y ahora la locura por la IA han acelerado esta tendencia. En el último año, los inversores han retirado un neto de 21.000 millones de dólares de fondos de dividendos, incluso mientras añadían 12.000 millones a fondos de acciones, muestran datos de EPFR.

El punto de Peris sigue en pie: el péndulo podría volver a favor de los pagadores de dividendos. Pero eso no significa que los inversores deban simplemente buscar acciones con altos rendimientos por dividendos. Estas son a menudo compañías de baja calidad con pagos insostenibles. Una estrategia más inteligente es centrarse en compañías que pueden aumentar los dividendos de manera sostenible, a menudo denominadas "de dividendo creciente" o "aristócratas del dividendo".

Foto: Onur Genç, consejero delegado, y Carlos Torres, presidente, de BBVA. (EFE/JP Gandul)

Alternativamente, los inversores pueden elegir acciones de dividendos con baja volatilidad. Este enfoque ha funcionado de forma terrible últimamente, pero si lo ajustamos en función del riesgo, ha superado a otras grandes estrategias aproximadamente el 60% del tiempo desde 1998.

Para un inversor moderno, el punto a favor de las acciones que pagan una renta regularmente es que los retornos en efectivo tienen menos riesgo. El papel ideal para las estrategias de dividendos en las carteras no es superar a las compañías de crecimiento más atractivas, sino más bien ocupar un término medio entre ellas y los bonos de bajo riesgo que lo hacen mejor durante las recesiones. Deberían ser juzgados basándose en los beneficios ajustados por la volatilidad, la llamada ratio de Sharpe.

"Tenemos un grupo de inversores muy sofisticados que quieren que una parte de su inversión esté en algo que tenga una menor volatilidad", dice Peter Fisher, un gestor de cartera del Vanguard Dividend Growth Fund.

La industria de inversión quizá no esté haciendo favores a la inversión en dividendos

La industria de inversión quizá no esté haciendo favores a la inversión en dividendos. La mayoría de los fondos de dividendos lanzados en EEUU y Europa desde 2014, o no contienen ninguna referencia a una estrategia secundaria en sus nombres o abrazan el apodo de "alto rendimiento" [high income], sugieren datos de Morningstar. Las referencias a "calidad" y "baja volatilidad" son las menos comunes.

Un pequeño fondo estadounidense, Arch Indices, está intentando cambiar la tendencia. En octubre, introdujo su VOI Absolute Income ETF, un fondo rastreador de bajo costo que mezcla acciones de dividendos y bonos con un enfoque en baja volatilidad. Sus principales tenencias actuales incluyen obligaciones de préstamo colateralizadas, acciones de tabaco y el fabricante de Kleenex, Kimberly-Clark.

"Los inversores de renta no han dado mucha importancia a minimizar la volatilidad hasta hace poco, dado el ambiente de mercado relativamente tranquilo pos-2008", dice el director ejecutivo de Arch Indices, Yang Tang. "Esto está a punto de cambiar".

En medio de la confusión entre narrativas sobre inteligencia artificial, análisis "cuantitativos" y fondos sostenibles, la estrategia de selección de acciones más antigua y simple, la inversión en dividendos, yace casi olvidada. Podría haber maneras de desempolvarla.

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