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Los tipos de la eurozona subirán rápido, pero menos de lo que esperan los halcones
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POLÍTICA MONETARIA

Los tipos de la eurozona subirán rápido, pero menos de lo que esperan los halcones

El fin de la política monetaria no convencional ya es un hecho. Esto no significa que los tipos vayan a subir tanto como piensan los inversores

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Que el Banco Central Europeo se comprometa a subir los tipos de interés dos veces en los próximos tres meses no es algo que se vea todos los días. Sin embargo, incluso después de conseguir una primera victoria, los halcones no deberían adelantarse demasiado a los acontecimientos.

El banco central de la eurozona anunció el jueves su intención de subir los tipos de interés 0,25 puntos porcentuales en julio, más otra subida en septiembre, cuyo porcentaje dependerá de si la inflación muestra señales de remisión. Es lo más rápido que puede actuar el BCE, dada su promesa de no subir los tipos antes de poner fin a sus programas de compra de bonos, lo que tendrá lugar el mes que viene. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, estableció que es por esta razón que se descartó un aumento mayor de los tipos en julio.

Es probable que los funcionarios se vieran empujados a actuar en vista de que, en mayo, la inflación de la eurozona alcanzó un máximo histórico del 8,1%. El BCE actualizó sus proyecciones el jueves para reflejar una inflación del 6,8% este año, frente al 5,1% que predijo en marzo.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Ronald Wittek)

El euro se revalorizó frente al dólar, los rendimientos alemanes a 10 años subieron y las acciones europeas cayeron. Los inversores ya han pasado gran parte del año cambiando sus posiciones para reflejar una política más estricta del BCE. Incluso antes de la decisión del jueves, los mercados de derivados sugerían que los costes de los préstamos en la eurozona serían positivos dentro de seis meses, y que tendrían una media del 2% en los próximos 10 años.

Pero es probable que aún sea pronto para suponer que la fase de endurecimiento del BCE podría ser duradera.

Para empezar, los funcionarios solo están sujetos a su compromiso de revertir el experimento con los tipos negativos que comenzó en 2015, lo que constituye una propuesta muy diferente a la de empujar los costes de los préstamos al alza una vez que ya son positivos. Los tipos negativos nunca estuvieron a la altura de su promesa, al tiempo que obligaban a los funcionarios a idear complicados programas para compensar el daño causado a los bancos, por lo que volver a una política monetaria más convencional tranquiliza a los halcones y no tiene un coste muy elevado.

Un gran obstáculo para el BCE es que cualquier esfuerzo de endurecimiento tendrá que equilibrarse con el mantenimiento de la estabilidad en el mercado de bonos soberanos, que en la eurozona incluye 19 naciones. Si los tipos suben demasiado, siempre existe el riesgo de una peligrosa liquidación que afecte a países más débiles como Italia, España o Grecia. Los directivos reiteraron el jueves que serán muy flexibles a la hora de reinvertir los ingresos de su programa de compra de bonos de la pandemia para canalizar el apoyo hacia donde más se necesite, pero las cantidades implicadas probablemente no serían suficientes si se extienden los temores de fragmentación.

Foto: Sede del BCE. (EFE)

De hecho, los diferenciales entre los bonos del sur de Europa y los alemanes ya han empezado a crecer poco a poco, incluso durante el mismo jueves.

Sin embargo, el principal obstáculo para la subida de tipos es el hecho de que la economía de la eurozona se encuentra en una situación difícil: al tiempo que mejoraba las previsiones de inflación, el BCE también redujo significativamente las previsiones de crecimiento para este año y el siguiente como consecuencia de la guerra en Ucrania. Con el deterioro de los indicadores de confianza y una posición de los hogares mucho más débil que en Estados Unidos, no se puede descartar una recesión. Incluso sin ella, la actividad podría ralentizarse justo en el momento en que la inflación alcanza su punto máximo.

De forma reveladora, Lagarde explicó el jueves que los responsables de la fijación de los tipos de interés evitaron deliberadamente las discusiones sobre cómo de altos deberían ser los tipos de interés para ajustarse al potencial de crecimiento a largo plazo de la eurozona. Cuando terminen de reaccionar a los problemas de la cadena de suministro, puede que vuelvan a decidir que la respuesta es "no muy altos".

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'.

Que el Banco Central Europeo se comprometa a subir los tipos de interés dos veces en los próximos tres meses no es algo que se vea todos los días. Sin embargo, incluso después de conseguir una primera victoria, los halcones no deberían adelantarse demasiado a los acontecimientos.

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