El pueblo ruso ya se enfrenta a las consecuencias de las sanciones occidentales

Viktoriya y Yevgeny Vinnikov habían planificado cuidadosamente un viaje a Bulgaria para este mes, llegando incluso a viajar cientos de kilómetros para conseguir una vacuna contra el covid-19 que les permitiera entrar en la Unión Europea. Habían comprado billetes en Wizzair, la aerolínea húngara de bajo coste, y tenían reservas en un acogedor hotel de la capital, Sofía, y en la histórica ciudad de Plovdiv, en el sur del país.

Pero entonces llegaron las sanciones. Como respuesta ante el cierre del espacio aéreo de varios países occidentales, incluidos los europeos, Rusia prohibió los vuelos de aerolíneas de 36 países, incluidos los de Hungría. Como resultado, los Vinnikov tuvieron que cancelar sus vacaciones. El matrimonio no sabe cuándo podrá volver a viajar al extranjero.

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EFE

"Solíamos hacer viajes así al menos dos veces al año", expresó la Sra. Vinnikov, una agente inmobiliaria de 56 años, y añadió que el viaje cancelado era un regalo de su marido por el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.

Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, Estados Unidos y Europa han desplegado una serie de sanciones punitivas contra la economía rusa, que incluyen restricciones al banco central de Rusia y del acceso de otros grandes bancos rusos al dólar y otras monedas de reserva. También se está planeando excluir a algunos prestamistas rusos del sistema de mensajería de pagos globales SWIFT.

Su impacto ya se ha empezado a sentir. En los bancos se han formado largas colas de ciudadanos rusos que se apresuran a retirar divisas fuertes, mientras el rublo sigue cayendo. Las salas de cine se han visto obligadas a cancelar la proyección de películas estadounidenses debido a que los estudios estadounidenses Disney, Warner y Sony decidieron suspender el estreno de películas en Rusia.

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Los clientes de Netflix en Rusia no pudieron pagar sus suscripciones con tarjetas de crédito emitidas por algunos bancos rusos, entre ellos Sberbank, el mayor banco de Rusia y objetivo de las sanciones estadounidenses. Netflix ha indicado que el problema se resolvió con rapidez.

Algunos rusos archivaron sus planes de comprar una nueva vivienda al ver que los tipos de interés de las hipotecas se duplicaron hasta alcanzar un 20%. Mientras tanto, el pueblo ruso ha empezado a abastecerse de productos como medicamentos extranjeros por temor a que escaseen o se agoten por completo en las próximas semanas o meses. Alrededor del 55% de los medicamentos rusos son importados, según los datos de 2021 del Grupo DSM, una agencia de marketing con sede en Moscú especializada en la investigación del mercado farmacéutico.

Olga Sazonova, de 60 años, entrenadora y psicóloga que reside en San Petersburgo y ofrece lo que ella describe como "viajes de 'mindfulness' corporal" a Europa y otros lugares, tenía previsto llevar a un grupo de 12 personas a las Maldivas en abril. El viaje ha quedado aplazado y está a la espera de que el hotel le devuelva el anticipo.

El portavoz del Kremlin declaró el miércoles que "la economía rusa ha sufrido un duro revés", pero insistió en que "seguimos en pie"

La agente inmobiliaria Tatyana Johnson se lamenta de que el aumento de los tipos de interés de las hipotecas haya paralizado los planes de varios de sus clientes que tenían previsto contratar una hipoteca. Al menos dos clientes, que estaban a punto de adquirir segundas residencias al tipo de interés previo a las sanciones (11%), abandonaron sus planes.

"Desde luego, se ha vuelto insoportable", se quejó. La Sra. Johnson también iba a volar a Serbia el 26 de febrero, dos días después de la imposición de la primera serie de sanciones. Pero las prohibiciones de vuelo echaron por tierra sus planes. Aunque pudo recuperar el importe del billete de avión, perdió el anticipo de su hotel.

Opina que "las sanciones no están justificadas" porque perjudican a la gente corriente. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró el miércoles ante la prensa que "la economía rusa ha sufrido un duro revés", pero insistió en que "seguimos en pie".

El Kremlin ha tomado represalias contra las sanciones occidentales, como la prohibición de que los residentes rusos concedan préstamos a extranjeros y la orden de que los exportadores vendan el 80% de las ganancias en divisas extranjeras procedentes de las exportaciones. El gobierno también ha declarado que gastará un billón de rublos, equivalente a unos 8.500 millones de euros, en comprar acciones de empresas rusas.

No obstante, "la situación actual es muy difícil", como indica Stepan Goncharov, analista del Levada Center, un encuestador ruso independiente. "Tendrá consecuencias a largo plazo. No solo afectará a la clase media, sino también a la clase baja, que es más numerosa. Ellos también sentirán este cambio en su día a día".

Según Goncharov, las sanciones podrían tener consecuencias internas de gran alcance debido a que los rusos más pobres, que cargarán con el grueso de las sanciones, constituyen la base política principal del presidente ruso Vladímir Putin. Los jóvenes rusos de mayor conocimiento tecnológico, que están más conectados globalmente y se oponen en gran medida a la campaña militar del Kremlin, también se verán afectados, explica Goncharov, y añade que los efectos se extenderán por gran parte de la población en los próximos meses.

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"Creo que [la gente] culpará a los países europeos y a Estados Unidos por las sanciones", explica Goncharov. "Pero, por supuesto, habrá un descenso del nivel de vida, y se verá al gobierno como responsable de ello, porque no pudo hacer que la economía fuera autosuficiente ni fue capaz de defender a la gente corriente, y, por supuesto, parte de esta culpa recaerá también en el presidente".

Miles de rusos salieron a las calles de varias ciudades la semana pasada para protestar contra la guerra. Las autoridades utilizaron la fuerza para dispersarlos y desde entonces han detenido a casi 6.900 personas por participar en manifestaciones no sancionadas, según indica OVD-Info, un grupo de activistas que realiza un seguimiento de las detenciones policiales. Desde entonces, las autoridades rusas han reprimido rápidamente otras manifestaciones espontáneas.

El miércoles, el líder de la oposición encarcelado, Alexei Navalny, instó a los rusos de todo el mundo a través de una publicación en Twitter a salir a la calle a protestar contra los intentos de las autoridades de sofocar la oposición a la agresión del Kremlin en Ucrania. "Debemos, apretando los dientes y superando el miedo, salir y exigir el fin de la guerra. Cada persona detenida debe ser sustituida por dos personas más", reza el tuit.

*Contenido con licencia de 'The Wall Street Journal'