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400 mercenarios para matar a Zelensky: el oscuro plan B de Rusia para descabezar Ucrania
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Varios intentos de asesinato

400 mercenarios para matar a Zelensky: el oscuro plan B de Rusia para descabezar Ucrania

Al menos cuatrocientos mercenarios y fuerzas especiales habrían sido desplegados en la capital ucraniana para intentar acabar con el presidente, según Ucrania

Foto: El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. (Ukrainian Presidential Press Service)
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. (Ukrainian Presidential Press Service)

“El enemigo me ha marcado como objetivo número 1, y mi familia es el objetivo número 2”. Habían pasado menos de 48 horas desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, y el presidente Volodímir Zelenski se dirigía a la nación con marcadas ojeras: “Quieren destruir Ucrania políticamente destruyendo al jefe de Estado”. En pocas palabras, estaba anunciando un plan B ruso para acabar con la resistencia y moral ucraniana, con su cabeza como peaje. Los encargados de llevar a cabo la ejecución, grupos de cientos de "mercenarios" o "saboteadores" —como los llamó Zelenski—, rusos que habrían logrado introducirse en la cercada Kiev. Entrando este viernes en el noveno día de la invasión, Zelenski habría sobrevivido ya al menos a tres intentos de asesinato, según han ido denunciando las autoridades ucranianas y fuentes cercanas a los operativos rusos confirman al diario 'The Times'.

Al menos 400 mercenarios y fuerzas especiales habrían sido desplegados en la capital ucraniana para intentar acabar con el presidente, según Ucrania. El británico 'The Times' apunta a dos grupos diferenciados: mercenarios del célebre Grupo Wagner, punta de lanza de las operaciones menos limpias del Kremlin, y fuerzas especiales chechenas, conocidas por su brutalidad. La presencia de estas últimas en Kiev ha sido demostrada con un puñado de imágenes y vídeos, y por el propio Ramzan Kadirov, 'emir' de la república rusa de Chechenia. Bellingcat, un reputado grupo de investigación de inteligencia, apunta también a la presencia de "un grupo de contratistas militares privados (mercenarios)", no necesariamente Wagner, desplegados con el objetivo declarado de acabar con el presidente ucraniano "entre otros".

Foto: Mapa del avance ruso en el sur (Laura Martín)

Ya a principios de semana, el director del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Oleksiy Danilov, aseguró que las fuerzas ucranianas habían logrado desbaratar el sábado a las afueras de Kiev un complot para asesinar a Zelenski, que iba a ser perpetrado por un grupo de fuerzas especiales de élite chechenas, conocidas como 'kadirovites' (soldados de Kadirov). El comando checheno, que utilizaba una ambulancia robada ucraniana para pasar más desapercibido, habría sido "eliminado", según Danilov. 'The Times', citando tanto a fuentes de inteligencia ucranianas como cercanas al grupo Wagner, cifra el total de los intentos de asesinato contra Zelenski en tres en una semana.

Juego de contrainteligencia

La operación no debería haber sido especialmente difícil para unas fuerzas entrenadas en guerras híbridas y escenarios complejos como los mercenarios Wagner (con experiencia en escenarios como Libia o Siria) o las fuerzas especiales chechenas, cuyo despliegue es considerado casi un golpe psicológico por su fama de brutalidad y salvajismo. Especialmente cuando hay "bonos considerables" ofrecidos como recompensa, según las informaciones de 'The Times', que detalla que los mercenarios Wagner fueron trasladados desde sus posiciones en África hace seis semanas y se introdujeron en Ucrania desde Bielorrusia en los primeros compases de la invasión. No habría coordinación entre ambos grupos, que actuarían cada uno por su cuenta y, según el rastro audiovisual que van dejando las tropas chechenas, los 'kadirovites' fueron desplegados unos días más tarde. Pero Zelenski, que continúa en Kiev pese a los bombardeos rusos y la ominosa cercanía de un convoy de vehículos militares rusos de más de 60 kilómetros, sobrevive y se alza como el "comandante en jefe" inesperado del país.

Según fuentes cercanas a 'The Times', es "espeluznante" lo bien informado que parece estar el equipo de seguridad de Zelenski sobre los planes del grupo mercenario para acabar con su vida. En el confuso juego de contrainteligencia, es difícil rastrear de dónde podría venir las filtraciones a los guardaespaldas de Zelenski, pero Danilov ha asegurado que la información partió de agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso, espías que se oponen a la invasión del Kremlin. "Puedo decir que hemos recibido información del FSB, que no quieren participar en esta guerra sangrienta", ha asegurado.

Foto: Civiles entrenan el lanzamiento de cócteles molotov en Zhytomyr, Ucrania. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)
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Nuevo intento este fin de semana

Los esfuerzos mercenarios continúan, según las fuentes de Wagner a 'The Times', y habrían elaborado planes para otro intento de asesinato antes del fin de semana que viene. El grupo estaría esperando a la cercanía de las fuerzas especiales rusas Spetsnaz, que les facilitará un corredor seguro para poder salir de Kiev una vez perpetrado el magnicidio. Para los mercenarios, apuntando al ingente comando de 400 efectivos solo en Kiev, es "cuestión de tiempo" que maten a Zelenski.

En una señal de que la inteligencia occidental sería consciente de estos intentos rusos, varios países, Francia y Estados Unidos, han asegurado en los últimos días haber ofrecido a Zelenski facilitar una evacuación a un lugar seguro. El ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, aseguró que la seguridad personal del presidente, "un elemento central en estos momentos", está "en cuestión", por lo que París estaba dispuesto a "tomar las medidas que se precisen" para preservar su integridad. "La lucha es aquí, necesito munición, no un traslado", habría respondido el presidente a la oferta norteamericana, según un comunicado de la Embajada ucraniana en Reino Unido. Una frase que muchos ucranianos hicieron suya y contribuyó a aumentar la figura del antiguo actor cómico.

placeholder Captura de uno de los vídeos que Zelenski ha publicado en los últimos días, en las calles de Kiev
Captura de uno de los vídeos que Zelenski ha publicado en los últimos días, en las calles de Kiev

Ya desde los primeros informes de la entrada de "saboteadores" rusos encubiertos con uniformes y vehículos ucranianos, las fuerzas de seguridad ucranianas organizaron intensas batidas en Kiev en medio de un estricto toque de queda para la población civil de 36 horas el fin de semana, y separar justos de pecadores. Las autoridades locales advirtieron a los civiles que, si burlaban el toque de queda, podrían ser considerados como agentes del Kremlin y ser "liquidados".

A rey muerto, rey puesto

El uso de "saboteadores" infiltrados como parte de la estrategia rusa ya había sido advertida en los meses anteriores. A mediados de enero, EEUU advirtió que Rusia estaba organizado comandos para introducirlos en Ucrania y crear una provocación o alimentar una revuelta interna que justificara una intervención rusa, unas sospechas compartidas de manera generalizada en Ucrania, según aseguraron funcionarios del Ministerio de Exteriores a El Confidencial el pasado diciembre.

Tampoco vienen de sorpresa los planes para acabar con Zelenski; dos semanas después, el 24 de enero, el Gobierno británico informó de que el Kremlin estaba desarrollando planes para colocar a un líder prorruso en Ucrania, según sus informes de inteligencia. Como miembro de la alianza de espionaje Five Eyes (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), Londres se encarga principalmente de la interceptación de las comunicaciones rusas, y ya tuvo un papel destacado en la publicación de los presuntos intentos rusos de interferencia en las elecciones de EEUU en 2016.

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Según la información obtenida, los rusos habrían considerado la opción de instalar a un exparlamentario de la Rada ucraniana (Parlamento), de tendencias prorrusas, como líder de un Gobierno títere en Kiev. La información detallaba incluso el nombre del presunto elegido: Yevgeniy Murayev, exmiembro del Partido de las Regiones (cercano a los intereses rusos) que, desde el Euromaidán y la huida del entonces presidente Viktor Yanukovich, ha desaparecido del escenario político. Murayev negó ser parte de semejante plan. No postea en su perfil de redes sociales desde el 25 de enero, cuando publicó un texto en el que aseguraba haber advertido de las consecuencias de no reconocer la anexión rusa de Crimea y la independencia de las autoproclamadas repúblicas del Donbás y sostenía que había que negociar el estatus neutral de Ucrania con Rusia para parar "la terrible máquina de convertir a Ucrania en ruinas".

En otro informe de enero, EEUU apuntó a Viktor Medvedchuk, uno de los más reconocidos aliados personales de Kremlin (Putin sería padrino de su hija) y a Oleg Tsaryov como otros posibles candidatos para un Gobierno títere prorruso. Medvedchuk, líder del partido opositor Por la Vida, escapó del arresto domiciliario que pesaba sobre él desde el año pasado en el tercer día de la invasión, según ha denunciado el Ministerio de Interior Ucraniano, y Tsaryov, del Partido de las Regiones, está buscado por la policía ucraniana desde 2014 por "promover el separatismo y violencia".

El imposible 'Gobierno títere'

La opción de colocar un "Gobierno títere" prorruso en una Ucrania muy debilitada —y alejada entonces de la OTAN— sería una de las primeras opciones de Rusia en su plan de invasión inicial. La muerte de Zelenski, convertido seguramente en mártir, puede descabezar el Gobierno ucraniano (entre los objetivos de Wagner habría otras 24 personalidades clave ucranianas, desde militares al propio alcalde de Kiev) y acelerar la caída militar del país con un Ejército descoordinado.

Sin embargo, la feroz resistencia ucraniana, así como el astro ascendente de Zelenski como líder en tiempos de guerra (una reciente encuesta, de entre el 26 y 27 de febrero, del Ratings Sociological Group ponía en más del 90% el apoyo al presidente) hacen difícil creer que un Gobierno títere pueda funcionar en el país —unido por la agresión rusa— sin enfrentarse a una continuada insurgencia.

“El enemigo me ha marcado como objetivo número 1, y mi familia es el objetivo número 2”. Habían pasado menos de 48 horas desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, y el presidente Volodímir Zelenski se dirigía a la nación con marcadas ojeras: “Quieren destruir Ucrania políticamente destruyendo al jefe de Estado”. En pocas palabras, estaba anunciando un plan B ruso para acabar con la resistencia y moral ucraniana, con su cabeza como peaje. Los encargados de llevar a cabo la ejecución, grupos de cientos de "mercenarios" o "saboteadores" —como los llamó Zelenski—, rusos que habrían logrado introducirse en la cercada Kiev. Entrando este viernes en el noveno día de la invasión, Zelenski habría sobrevivido ya al menos a tres intentos de asesinato, según han ido denunciando las autoridades ucranianas y fuentes cercanas a los operativos rusos confirman al diario 'The Times'.

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