Los diez errores más comunes a evitar a la hora de gestionar legalmente un divorcio

"¡No aguanto más, me voy de la casa y nos divorciamos!". Esa es una típica frase de película cuando se abarca el caso de un divorcio, pero que, posiblemente, no esté lejos de la realidad. Pasar por un proceso como este, por mucho que ambas partes estén de acuerdo en algunos casos, siempre será complicado. Las emociones, la situación familiar, los hijos, y la incertidumbre pueden jugar en contra en las decisiones que se tomen, y eso puede llegar a provocar errores en el camino, complicando aún más la situación.

En España, las demandas de disoluciones matrimoniales presentadas durante 2023 bajaron un 3% respecto al año anterior, según datos entregados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), registrando así, 52.803 divorcios consensuados, un 4,2% menos que en el año anterior. En cuanto a las separaciones consensuadas, hubo 2.369 casos, un 8,2% menos que en 2022, mientras que las no consensuadas cayeron un 11,5%, hasta 1.039 casos.

Para entender esta situación, y para evitar cometer errores en el proceso, letrados especializados en conciliación de divorcios y en Derecho de Familia, han conversado con El Confidencial con el fin de comentar cuáles son los errores que más se cometen en estas situaciones y cuáles son los métodos para evitar cometerlos y llevar un divorcio de la mejor forma posible.

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Entre los errores más comunes están:

• No contar con un abogado. Este proceso, por más que las parejas quieran que dure lo menos posible, sin la ayuda de un profesional, será siempre más difícil. En este sentido, la letrada Carmen Pacheco Ramos, socia de Conciliamos, despacho de abogados especializado en derecho de familia, asegura que aunque "pueda parecer algo comercial", contar con un abogado especializado en Derecho de Familia es fundamental para que "comprendan los compromisos y obligaciones que se asumen".
• Contratar a un mismo abogado. Por mucho que la decisión sea tomada por ambas partes, uno de los errores más comunes que aprecian los letrados es la contratación de un mismo profesional para la resolución del caso. "Si las partes no tienen claros los puntos fundamentales, y presentan posturas aparentemente opuestas, aconsejamos que cada uno elija a su abogado de confianza, quien defenderá sus intereses", comenta la socia fundadora de Vestalia Asociados, Delia Rodríguez.

"Un consejo es que ninguno deje de vivir en el hogar hasta que no se haya alcanzado un acuerdo o el juez haya dictado las medidas oportunas"

• Abandonar el domicilio. Para Pacheco Ramos, una de las equivocaciones que se repiten es cuando alguno de los cónyuges abandona la vivienda familiar. "Una recomendación importante es que ninguno deje de vivir en este hogar hasta que no se haya alcanzado un acuerdo o bien el juez haya dictado las medidas oportunas", dice. Sin embargo, aclara un punto clave al respecto: no hay que mantener la convivencia a cualquier precio, y siempre se debe velar por el bienestar de cada uno de los involucrados. Además, hay que evitar conflictos sobre esto porque la vivienda se puede atribuir al cónyuge e hijo/s, si se le atribuye la custodia exclusiva a uno de ellos. "Y en este caso se puede fijar ese uso y disfrute hasta que los hijos tengan independencia, o bien hasta la liquidación de los gananciales en su caso, o acordar la venta de la misma", dice Ana Prieto Hermoso, directora del bufete de abogados que lleva su mismo nombre. En caso de tomar la decisión de abandono, se podría alterar esta situación.
• Meter a los hijos en el conflicto. "Es imprescindible intentar mantener a los hijos al margen del conflicto de los progenitores", apunta la socia de Conciliamos. Opinión que coincide con la de la CEO de Vestalia Asociados, quien dice que se debe alejar a los menores de estas situaciones: "Que [los padres] hablen conjuntamente con ellos llegado el momento, para explicarles la nueva situación familiar, pues los niños se dan cuenta de todo y no hay nada peor para ellos que la incertidumbre", añade.

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• No buscar conciliación previa. Según explican las expertas, este también es unas de las faltas que comenten las parejas a la hora de decidir embarcarse en un divorcio. Aunque cada situación debe analizarse de forma particular, Rodríguez sentencia que la principal recomendación en este caso es que se sienten a hablar con sinceridad antes de acudir a un tercero para buscar soluciones, "que nadie mejor que ellos conocen para su situación familiar". "Muchas personas se saltan este paso, que es imprescindible para poder comenzar un proceso de negociación con un ambiente sereno entre las partes implicadas, donde ya de por sí tienen los sentimientos a flor de piel", zanja. Prieto Hermoso se suma a estas palabras y comenta que su consejo es "intentar que el divorcio sea de mutuo acuerdo, que el divorcio sea consensuado, siempre en un acuerdo cada parte tiene que ceder para que llegue a buen puerto".
• Tomar decisiones precipitadas. "¡Que no voy a pagar más las cuentas!". Llegar a estos puntos es más común de lo normal, por solo dar un ejemplo. Sin embargo, no es lo más recomendable tomar cualquier tipo de decisión sin un asesoramiento previo y accionar de forma precipitada. Hay casos en los que una persona decide cambiar la nómina a una cuenta particular, otros dejan de pagar recibos, entre otros. "Todas estas reacciones, muchas veces propias del estrés y la angustia por la situación, pueden pasar factura", expresa la socia fundadora de Vestalia Asociados.

Lo mejor es mantener la calma con el fin de evitar que el conflicto se agrande y por protección propia

• Alterarse en conversaciones. Aunque dependiendo de la situación sea difícil, en estos casos lo mejor es mantener la calma con el fin de evitar que el conflicto se agrande y por protección propia. Rodríguez declara que cuando la relación se encuentra muy enturbiada, hay que tener mucho cuidado con las conversaciones, "puesto que muchas personas buscan las discusiones y el enfrentamiento para poder grabarlo".
• Compararse. Todos los casos son diferentes. En esta línea, las profesionales comentan que hay muchas parejas que se comparan con situaciones que conocen o han escuchado, pensando en que, si funcionó en aquellos casos, podrá funcionar nuevamente. Sin embargo, Pacheco Ramos, aconseja evitar estas comparaciones a toda costa.

Opinión

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• No compartir la hipoteca en un hogar común. Otro de los errores más comunes es que una de las partes pague el 100% de la hipoteca, y la otra se ocupe del pago de otras cuestiones familiares, pudiendo acarrear problemas en el caso de que estés casado en separación de bienes, explica Rodríguez.
• No asesorarse previo al matrimonio. Este se ha convertido en uno de los dilemas más recurrentes porque las parejas evitan pensar en una posible separación. En este marco, las expertas dicen que el asesoramiento preventivo es clave, especialmente cuando se trata de cuestiones económicas. Por lo mismo, se recomienda también cerrar acuerdos prematrimoniales.

Por otro lado, las expertas han comentado a este medio cuáles, a su criterio, son los conflictos más comunes que surgen al momento de divorciarse. Entre los que más se repiten son el reparto del tiempo con los hijos cuando son menores de edad, es decir, la custodia de los hijos. "Esto es especialmente común en los procedimientos en los que la ruptura sentimental ha sido conflictiva, y los progenitores entremezclan sus sentimientos con los intereses de sus hijos", indica la socia de Vestalia.

La directora del despacho Ana Prieto Hermoso, también pone énfasis en que, en caso de existir hijos mayores de edad, aunque ya no se decidirá propiamente sobre la custodia, si hay que determinar con quién desean convivir. Por lo que esto lleva a generar una situación de decisión. "La pensión que se fije a favor de los hijos se mantendrán hasta que estos alcancen plena independencia económica", zanja.

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En segundo lugar: la vivienda. Este también es uno de los mayores problemas que nacen a la hora de gestionar un divorcio. Según explican, se convierte en una "batalla por el uso de esta vivienda familiar" que, en muchos casos, acaban convirtiéndose en contenciosos, cuando realmente podrían haberse solventado de forma amistosa. Pachecho Ramos también añade otra problemática relacionada: la forma en que se va a hacer frente a las cargas y necesidades de todos los miembros de la familia tras la ruptura, "teniendo en cuenta que los gastos se multiplican al tener que residir cada excónyuge en una vivienda".

Así como, también, la pensión de alimentos y el resto de cuestiones económicas que se derivan de una ruptura afectiva, sobre todo cuando hay hijos implicados. "No cabe duda de que el divorcio o la separación conllevan, en muchas familias medias, un claro detrimento de su nivel de vida, y esto no siempre es fácil de asumir para los implicados", denota Rodríguez. "Desgraciadamente, la mayoría de los problemas en un divorcio son de carácter económico", finaliza Prieto Hermoso.