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La estanflación llega a Italia: su PIB tiene crecimiento cero y la inflación sube al 4,1%
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La estanflación llega a Italia: su PIB tiene crecimiento cero y la inflación sube al 4,1%

Los italianos llevan años acostumbrados a vivir con la sensación de que su país está en crisis: económica, social, institucional e incluso espiritual (según dicen los

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La estanflación llega a Italia: su PIB tiene crecimiento cero y la inflación sube al 4,1%

Los italianos llevan años acostumbrados a vivir con la sensación de que su país está en crisis: económica, social, institucional e incluso espiritual (según dicen los sectores católicos). No por ello les duelen menos las negras cifras que ha presentado estos días el Instituto italiano de Estadística (Istat), que certifican que el país sufre de “estanflación” (estancamiento del crecimiento más inflación), el cuadro clínico más temido por los economistas para un país en crisis.

El primer golpe llegó con la publicación de los datos del PIB, que este último trimestre tuvo un crecimiento cero respecto al mismo período del año pasado. La cifra supone un descenso de tres décimas en referencia a los tres primeros meses de 2008 y pulveriza las previsiones del Gobierno de Silvio Berlusconi, que hasta dos días antes de la llegada de las malas noticias del Istat apostaba por un aumento del PIB este año del 0,5%. Su disgusto se vio todavía más agravado cuando la patronal italiana (Confindustria) analizó los datos del Istat y pintó un escenario aún más negativo: el país está al borde de la recesión y lo peor está por llegar, ya que debido a la difícil coyuntura internacional “el segundo semestre de 2008 será aún más difícil que el primero”.

Según Confindustria, el decrecimiento viene de la excesiva fortaleza del euro frente al dólar, que lastra las exportaciones, y de los previsibles malos números de la economía de Estados Unidos, cuarto socio comercial de Italia. Tampoco ayuda el clima de debilidad general que afecta a las naciones de la UE, todavía más visible en el país transalpino por los eternos problemas estructurales de su economía, el exceso de burocracia, la legislación poco clara y la escasa seguridad política.

Buenos tiempos para la industria

El segundo golpe que ha convencido a los italianos de que la crisis es aún peor de cómo la imaginaban y que cierra el círculo de la “estanflación” ha llegado con los datos de la inflación: 4,1% en julio, una cifra tres décimas mayor que la del mes anterior y que iguala el máximo de los últimos años, alcanzado en 1996. Llama la atención que el aumento de precios se ha dado sobre todo en sectores estratégicos, en los que el Ejecutivo podía haber hecho más para aliviar la situación de las familias y las empresas: agua, electricidad, vivienda y transportes. El cuadro inflacionista se hace aún menos llevadero en los productos de consumo frecuente, donde la subida alcanza el 6,1% de media. La palma se la llevan alimentos imprescindibles para los italianos, como la pasta y el pan, cuyos precios han crecido un 25% y un 13%.

En medio de este escenario de “estanflación” hay un dato inverosímil que confirma lo paradójico de la economía italiana. Mientras el país y los consumidores sufren la crisis, la industria vive un momento dorado. Según un reciente estudio presentado por Mediobanca, las medianas y grandes empresas del país ganaron el año pasado un 10% más que el anterior, consiguiendo la cifra récord de beneficio de 29.000 millones de euros. Este dato se explica porque las grandes corporaciones exportan más de la mitad de su producción y cada día son más inmunes a la situación económica de Italia, beneficiándose en cambio de la creciente demanda de países como China, India o Rusia. Los incrementos de las exportaciones son continuos: un 12% en 2007 y un 8% en los primeros cinco meses de este año en comparación con el anterior.

Los italianos llevan años acostumbrados a vivir con la sensación de que su país está en crisis: económica, social, institucional e incluso espiritual (según dicen los sectores católicos). No por ello les duelen menos las negras cifras que ha presentado estos días el Instituto italiano de Estadística (Istat), que certifican que el país sufre de “estanflación” (estancamiento del crecimiento más inflación), el cuadro clínico más temido por los economistas para un país en crisis.

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