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Lo que el fondo de Noruega muestra sobre el declive de la economía española
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Una apuesta menguante

Lo que el fondo de Noruega muestra sobre el declive de la economía española

A pesar de que en 2023 la inversión de Norges en España alcanzó cifras récord, el peso del país en la cartera del fondo ha ido declinando de forma persistente durante los últimos lustros

Foto: Foto: Europa Press/Fernando Sánchez.
Foto: Europa Press/Fernando Sánchez.
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El fondo soberano de Noruega elevó en 2023 sus inversiones en España a niveles récord, en el entorno de los 20.000 millones de euros (algo más de 220.000 millones de coronas noruegas). Esta fue una de las principales lecturas que se pudieron hacer cuando se conocieron sus cifras del pasado ejercicio, hace apenas un mes.

La revalorización de su cartera de bolsa española, en el que fue el mejor año para la bolsa nacional desde 2009, y una clara apuesta por la deuda del país, con especial foco en los bonos soberanos y financieros, fueron (amén de la depreciación de la corona noruega) los principales determinantes de un crecimiento del valor de sus inversiones en España del 33% en moneda local, que supuso poner fin a tres años consecutivos de retroceso en la apuesta por el mercado español de uno de los principales inversores internacionales.

Estas cifras contienen importantes lecturas para quienes tratan de interpretar la imagen de la economía española con un prisma internacional. Por un lado, el crecimiento de la inversión en deuda nacional representa una muestra más —como la estabilidad de la prima de riesgo y los buenos resultados de las subastas del Tesoro— de que, frente a anteriores episodios de tensión, los inversores no han visto nada en las cuentas de España (de hecho, en las de ningún país europeo) que les haya generado la menor preocupación por su solvencia, a pesar de las subidas de tipos y las incertidumbres que han afectado a la economía en los últimos trimestres.

Por otro lado, también puede deducirse que la inestabilidad política que afecta al país, así como las arbitrariedades legislativas que han caracterizado al Gobierno nacional en los últimos tiempos, no son percibidas fuera de las fronteras nacionales con la entidad suficiente como para hacer virar el rumbo a los grandes inversores internacionales.

Conviene no perder de vista, sin embargo, que, detrás del apreciable récord de inversión de Norges —el gesto del fondo—, en España, se esconde una imagen de largo plazo menos alentadora, que dibuja la realidad de una economía que pierde peso internacional de forma consistente. Los 227.000 millones coronas noruegas en que se valoraban las inversiones del superfondo al cierre de 2023 representaban apenas un 1,44% del total de su cartera. Hace una década, en 2013, el país atraía el 2,8% de las inversiones del vehículo que gestiona la riqueza de los pensionistas noruegos; hace dos, el 4,5%.

Para ser justos, el de España forma parte del declive de Europa como polo de inversiones. En este periodo, la región ha pasado de acaparar el 59,5% del valor de los fondos de Norges en 2003 al 45,6% 10 años después y, actualmente, apenas el 28,7%. Si en 2003, 7 de sus 10 mayores posiciones en bolsa por valor de mercado (incluyendo las cuatro mayores) correspondían a empresas europeas, hoy solo figuran tres (la sexta, la octava y la novena) en un ranking copado por las grandes tecnológicas estadounidenses. De hecho, hoy, casi uno de cada dos euros invertidos por el fondo noruego está expuesto a Estados Unidos.

Europa ha pasado de concentrar el 60% de su inversión en 2003 a menos del 30%

Pero, si el declive de Europa en las decisiones de inversión del fondo ha sido generalizado, puede señalarse que unos países han capeado mejor el repliegue que otros, y, ahí, España no sale precisamente bien parado. Si nuestro mercado llegó a representar hace dos décadas (en 2004, por ejemplo) el cuarto mayor de la región para Norges, actualmente ocupa la sexta posición, tras verse superado por Países Bajos y Suiza, y con Suecia pisándole los talones.

A la hora de analizar en qué se ha concretado el repliegue de Norges en el mercado español, una primera lectura parece apuntar a la renta fija. Al fin y al cabo, los bonos españoles (públicos y privados) llegaron a representar en 2003 un 3,8% de la cartera total del fondo, mientras que 20 años después apenas alcanzan el 0,5%. En cambio, la renta variable se ha mantenido algo más estable, con un retroceso desde el 1% a un 0,87% en la actualidad.

Sin embargo, no puede pasarse por alto el giro que en este periodo ha protagonizado el fondo de pensiones noruego, que ha pasado de estar mayoritariamente invertido en renta fija (en 2003, representaba el 57,3% de su cartera) a establecer un claro sesgo hacia la bolsa, que a día de hoy concentra el 70,9% de sus inversiones.

Foto: Interior del Palacio de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

Esto significa que, si España ha ido perdiendo relevancia entre las decisiones de inversión en renta fija de Norges, lo ha hecho de un modo igualmente significativo en el terreno bursátil. De hecho, si en 2023 el país ha recuperado algo de relevancia en la cartera del fondo noruego ha sido, en buena medida, por el incremento de la apuesta que este ha hecho por la deuda española, un movimiento que puede intuirse oportunista, ante el incremento de las rentabilidades motivado por la política del banco central.

Que esto acabe representando un cambio de rumbo en la postura del fondo hacia el mercado español solo podrá confirmarse con el paso de los ejercicios. Pero las dinámicas observadas en los últimos años y hasta ahora lo que demuestran es que ni la deuda española (ya sea pública o privada) ni las empresas del país se han mostrado lo suficientemente apetecibles para que uno de los principales actores de los mercados financieros internacionales destine una parte mayor de sus inversiones al país.

Y el problema es que, lejos de una tendencia, parece solo una muestra más de cómo ha ido encogiendo a lo largo de las últimas décadas el atractivo financiero de España a ojos de los inversores internacionales.

El fondo soberano de Noruega elevó en 2023 sus inversiones en España a niveles récord, en el entorno de los 20.000 millones de euros (algo más de 220.000 millones de coronas noruegas). Esta fue una de las principales lecturas que se pudieron hacer cuando se conocieron sus cifras del pasado ejercicio, hace apenas un mes.

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