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¿Trocear Indra? Un objetivo tan lógico como difícil... y con cameo potencial de Telefónica
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Apetito limitado por Minsait

¿Trocear Indra? Un objetivo tan lógico como difícil... y con cameo potencial de Telefónica

El accionista de Indra relanza una idea que lleva mucho tiempo sobre la mesa, pero para la que no será sencillo encontrar compradores interesados a las valoraciones planteadas

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2022 está siendo un año muy agitado para Indra, pero los movimientos más trascendentales aún podrían estar por venir. Una vez aparcada la tormenta desatada por las maniobras realizadas por la SEPI y una serie de fondos para tomar el control del grupo —bajo la sospecha de la concertación—, ahora ha sido uno de esos fondos, Amber Capital, el que ha vuelto a poner en el centro del debate el futuro del grupo.

Joseph Ourghoulian, a la sazón presidente del fondo y del Grupo Prisa, señalaba este lunes en una entrevista su deseo de que el grupo tecnológico que preside Marc Murtra se divida en dos compañías diferenciadas. Por un lado, la división de tecnología Minsait, y por otro, las actividades de defensa.

La propuesta de Ourghoulian, al que le valdría tanto una escisión como tal o la venta o fusión de Minsait, no supone ni mucho menos una idea novedosa. No en vano, en el mercado hace mucho tiempo que está sobre la mesa la perspectiva de una división de Indra, que tendría por objeto desbloquear el valor oculto que habría en estos negocios y permitir la creación de dos compañías diferenciadas mucho mejor enfocadas. Según explicó el presidente de Amber, con este movimiento, solo la división de tecnología podría alcanzar valoraciones en el mercado de entre 1.500 y 2.000 millones de euros, frente a una capitalización de Indra en bolsa que, al cierre del pasado viernes, rondaba los 1.650 millones de euros.

Foto: El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian. (EFE/Fernando Alvarado)

Aunque algunos analistas se han mostrado sorprendidos por la claridad con que Amber ha explicitado sus planes, en el mercado cunde la sensación de que este no es un mensaje lanzado a la ligera, sino que forma parte de una estrategia preestablecida. No en vano, recientemente fue el propio Murtra el que se expresó dispuesto a escuchar ofertas por Minsait, en un mensaje que contrasta con el que viene lanzando el consejero delegado de la compañía, Ignacio Mataix, más partidario de sentar las bases estratégicas de la compañía antes de abordar una operación de este tipo.

De hecho, algunas firmas de análisis sospechan que la SEPI (máximo accionista de Indra, con algo más del 25% de las acciones) podría estar tratando de acelerar sus planes ante el riesgo de que la evolución macroeconómica y el calendario político complicaran este movimiento más adelante.

En cualquier caso, lo cierto es que la idea de una división de Indra suena bien en el mercado, a juzgar por la positiva reacción de las acciones, que este martes han marcado un máximo por encima de los 10 euros, un nivel que no alcanzaban desde el pasado junio, y han cerrado la jornada al filo de esa cota, tras sumar un 6,5% en dos sesiones, hasta superar los 1.750 millones de valoración.

En dos sesiones, las acciones de Indra han acumulado un avance del 6,5%

En el mercado, abundan los casos en que las escisiones de un negocio han resultado en el afloramiento de un valor que permanecía oculto para los inversores. Ha sido, sin ir más lejos, el caso de Porsche, cuya valoración actual, en el entorno de los 100.000 millones de euros, supera con creces la de Volkswagen, a pesar de que el gigante de Wolfsburgo sigue controlando en torno a un 75% del fabricante de vehículos deportivos. Y en España, un ejemplo reciente lo ofrece Acciona, cuya participación en Acciona Energía tiene en el mercado un valor equivalente al del conjunto del grupo.

No es de extrañar, por tanto, que en el mercado se observe el movimiento propuesto por Ourghoulian como una oportunidad interesante de poner en valor el potencial de los distintos negocios de Indra, dado que, como indica Manuel Lorente, analista de Mirabaud, prácticamente no existen sinergias entre ambas patas de la compañía. E, incluso, sugiere Juan Peña, la combinación puede estar actuando como lastre para Minsait, ya que, sostiene el analista de GVC Gaesco, la presencia en su capital del Estado puede llegar a suponer una barrera para acceder a determinado tipo de clientes.

Mientras, el área de defensa, para la cual el Gobierno y otros accionistas como SAPA parecen tener importantes planes de desarrollo en medio de una coyuntura favorable para la inversión en el negocio, podría sentirse más liberada para ejecutar los movimientos pertinentes, entre los que podría incluirse la entrada en el capital de ITP.

Foto: Imagen de la sede de Indra en Madrid. (Indra)

Los analistas de Oddo estiman que la maniobra de división de Indra podría resultar en un potencial de revalorización del negocio de hasta el 70%, mientras que para Bestinver Securities —que ya cuenta con una valoración actual de ambos negocios de 2.500 millones, muy por encima de su capitalización actual— un movimiento que permitiera a ambos negocios cotizar en línea con la media de sus rivales arrojaría una valoración conjunta cercana a los 3.000 millones de euros.

Pero si, con tales números sobre la mesa, la operación sigue aplazándose, no resulta difícil deducir que el movimiento podría resultar más difícil en la práctica que sobre el papel. Así lo consideran Peña y Lorente, que ven muy difícil que pudieran alcanzarse por Minsait valoraciones de hasta 2.000 millones de euros, como sugirió el presidente de Amber.

Según el experto de Mirabaud, con la segregación ya dibujada en términos jurídicos y una vez que Indra ya ha conseguido estabilizar la rentabilidad de su negocio tecnológico, la pieza clave para ejecutar la venta sería encontrar un comprador. Pero esta no se presenta como una tarea sencilla.

Las características de Minsait la hacen poco apetecible para el capital riesgo

Minsait es una amalgama de productos de bajo valor añadido, muy diversificados y difícilmente escalables, por lo que no es sencillo extraer sinergias”, observa Lorente. El analista recuerda que se trata de un negocio muy expuesto al ciclo económico, que crece mucho cuando las cosas vienen bien dadas, pero que puede encontrarse problemas de una elevada masa salarial cuando cambia el viento de la economía, como ya ha quedado de relieve con los dos ERE que ha tenido que ejecutar Indra en los últimos años en esta área.

En su opinión, precisamente por esas condiciones, Minsait muy difícilmente puede despertar el interés de los private equities. “Por eso se lo tienes que vender a un socio industrial. Pero ese socio industrial sabe tus miserias, por lo que no es tan fácil que se lo vendas a un múltiplo muy elevado”, explica.

En esa tesitura, algunas voces apuntan hacia Telefónica como, quizá, la única gran compañía que podría ver en Minsait una ocasión de dar escala a su área de IT. Pero sin movimientos de ese lado, lo que quedan son unas intenciones muy claras por parte de Amber y, probablemente, de otros accionistas de Indra de trocear la compañía, pero escasas evidencias de que puedan hacerlo a los precios que se proponen.

2022 está siendo un año muy agitado para Indra, pero los movimientos más trascendentales aún podrían estar por venir. Una vez aparcada la tormenta desatada por las maniobras realizadas por la SEPI y una serie de fondos para tomar el control del grupo —bajo la sospecha de la concertación—, ahora ha sido uno de esos fondos, Amber Capital, el que ha vuelto a poner en el centro del debate el futuro del grupo.

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