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Telefónica celebra sus cuentas en bolsa: algo empieza a cambiar en España
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Ganancias superiores al 4%

Telefónica celebra sus cuentas en bolsa: algo empieza a cambiar en España

La operadora que dirige Álvarez-Pallete estira su buena marcha sobre el parqué tras superar con sus cuentas las expectativas de los analistas

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Las acciones de Telefónica son un indicador evidente de que algo ha cambiado en la manera en la que el mercado mira a la operadora española. Después de una larga travesía de sinsabores, la cotización de la compañía ha logrado protagonizar una prolongada remontada que le ha llevado a duplicar su valoración en el último año y medio.

Este jueves, la compañía que preside José María Álvarez-Pallete recibía un nuevo impulso en bolsa, con ganancias que superaban el 4% a media sesión, tras presentar sus resultados del primer trimestre. Aunque las ganancias del grupo se redujeron un 20% respecto al mismo periodo del año anterior (tras cambios en el perímetro del negocio), las cifras superaron con holgura las expectativas del consenso.

Analistas e inversores hace tiempo que vienen considerando una serie de factores que estarían jugando a favor de Telefónica. Tras un intenso proceso de redefinición estratégica, la operadora española ha logrado encauzar las perspectivas de sus distintas áreas de negocio, incluida Hispam, durante muchos años fuente de dificultades y actualmente uno de los motores del negocio, favorecida por la positiva evolución de las divisas latinoamericanas.

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Si Telefónica, como el conjunto del sector en Europa, ha tenido que lidiar durante los últimos años con un escenario competitivo muy dañino para la rentabilidad del negocio, recientemente han sido varios los acontecimientos que han comenzado a perfilar un entorno algo más amigable, tanto en forma de operaciones de fusión (siendo Telefónica parte activa o no) como en procesos de subasta (de espectro, de derechos de televisión…) que han evidenciado una actitud menos agresiva por parte de los distintos contendientes. Todo esto ha estado detrás de la notable mejora de la cotización de la compañía. Una escalada que, sin embargo, no ha permitido al grupo recuperar sus niveles previos a la pandemia y la mantiene como la peor de las grandes operadoras europeas en el último lustro.

Desde hace varios trimestres, en la imagen de Telefónica ante el mercado resalta un importante lunar, que dificulta una lectura más favorable de sus perspectivas: el negocio en España. Caracterizado por una competencia mucho más feroz que el resto de grandes mercados europeos, el español se ha mantenido como un lastre para los intentos del grupo de mejorar sus cifras y márgenes.

Sin embargo, en esta ocasión, Telefónica ha logrado exhibir una serie de desarrollos, como la primera mejora del ARPU (el promedio de ingresos por usuario) desde finales de 2019 y la menor tasa de abandono en los últimos cinco ejercicios, que invitan a observar la situación con algo menos de inquietud. “Esperamos que los resultados de España tranquilicen”, indican al respecto los analistas de Goldman Sachs.

Los ingresos medios por usuario subieron en España por primera vez en dos años

A Telefónica le queda mucho por andar para dar por resueltos sus problemas en un mercado que aún hoy representa más de un tercio de sus resultados. No en vano, la región aún registró una contracción del oibda del 5%. Pero algunas señales empiezan a invitar a una visión menos escéptica. "España ha dejado una serie de noticias mixtas, con una evolución favorable de algunos números, junto a otros más negativos. Pero creo que el mercado está empezando a descontar que muchos de los problemas en la región son temporales", apunta Juan Peña, analista de GVC Gaesco.

En este sentido, la compañía cuenta con argumentos para seguir ofreciendo notas positivas en los próximos trimestres. Por un lado, porque empezarán a plasmarse los ahorros de costes de los ajustes más recientes y, más importante, porque será en los próximos trimestres cuando previsiblemente se lleve a término la integración de MásMóvil y Orange España, que debería propiciar un entorno competitivo algo más benigno. A esto se suman los nuevos planes de precios lanzados por la compañía, con los que confía en propiciar un incremento de la factura media, sobre todo entre sus clientes del segmento intermedio.

Gestionar su elevada deuda, abordar posibles nuevas operaciones corporativas (la venta de una parte minoritaria de su red de fibra rural e, incluso, de Hispam) o desarrollar nuevas vías de crecimiento, como las que pueden ir surgiendo a través de su división de Tech (aún muy minoritaria en el conjunto del negocio) son tareas esenciales en las que la compañía deberá seguir avanzando para mantener el respaldo de los inversores a medida que sus valoraciones se vuelven menos atractivas. Pero esa es una tarea de largo plazo. Mientras tanto, consolidar una tendencia más favorable en el mercado español representa un argumento más que sólido para afianzar la remontada de los últimos meses.

Las acciones de Telefónica son un indicador evidente de que algo ha cambiado en la manera en la que el mercado mira a la operadora española. Después de una larga travesía de sinsabores, la cotización de la compañía ha logrado protagonizar una prolongada remontada que le ha llevado a duplicar su valoración en el último año y medio.

José María Álvarez Pallete Noticias de Telefónica
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