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El parón temporal de Iberdrola: cuando ser previsible deja de ser atractivo
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El parón temporal de Iberdrola: cuando ser previsible deja de ser atractivo

La compañía eléctrica ha presentado este miércoles unos resultados ajustados a las estimaciones, que difícilmente le servirán para desatascar a corto plazo su cotización

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Iberdrola puso este miércoles sobre la mesa una de esas presentaciones de resultados de las que resulta difícil extraer noticia, de tanto que se ajustan a las estimaciones. Los 2.814 millones de ebitda y 1.025 millones de beneficio neto declarados por la eléctrica española supusieron la confirmación de que el negocio avanza como cabría esperar, lo que ha permitido a la compañía reiterar los objetivos que se había fijado para el ejercicio.

Han pasado solo unos trimestres desde que la previsibilidad se convirtió en una de las características más demandadas por parte de los inversores, preocupados por el espeso manto de incertidumbre que la crisis del coronavirus desplegaba frente a las perspectivas de innumerables negocios. Una baza que Iberdrola no ha dejado de rentabilizar, con retornos próximos al 14% -frente a un revés equivalente en el caso del Ibex- desde el estallido de la pandemia sobre el parqué y principios del presente año, que permitieron a la eléctrica española afianzarse como uno de los pesos pesados de la bolsa española (e incluso disputar el primer puesto por capitalización a Inditex), con valoraciones que han llegado a rondar los 80.000 millones de euros.

Tras marcar máximos a inicios de año, Iberdrola se ha dejado casi un 9% de su valor

Pero resulta evidente que el mercado ha cambiado de fase hace ya varios meses y que en esta Iberdrola ha dejado de ser una de las opciones predilectas para los inversores en la bolsa española. Al fin y al cabo, una vez asumido que la pandemia está encarando su fase final gracias al despliegue de vacunas, los inversores han ido tomando posiciones en aquellos negocios que, por su sensibilidad al ciclo económico, tienen mayores perspectivas de beneficiarse del esperado repunte del crecimiento. Las ganancias en gran medida tasadas de los grupos eléctricos pierden atractivo en este escenario, en el que las mayores expectativas de inflación tampoco juegan a su favor.

Y para Iberdrola, en este escenario, ni siquiera está sirviendo como eximente la vertiente de crecimiento que también presenta su mix de negocio a través de una exposición a energías renovables que ya representa casi un tercio de su cuenta de resultados y que es previsible que siga ganando peso en la próxima década. La reevaluación del potencial de este negocio en que se encuentra inmerso el mercado, tras el optimismo desaforado que se desató el pasado año, no ha dejado de pesar en el marchamo bursátil de la compañía que dirige Ignacio Sánchez Galán, aunque, evidentemente, de un modo menos contundente que en los pequeños valores del sector, más expuestos a las dinámicas de desarrollo de potencia renovable.

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Con todo, parece fuera de toda lógica equiparar la situación del negocio de renovables de Iberdrola con el de la mayor parte de las firmas del sector. "Iberdrola es un caso distinto a estas últimas", subraya Ángel Pérez, analista de Renta 4, quien subraya que "la visibilidad sobre el crecimiento es muchísimo más alta que en cualquier empresa del sector". Una ventaja reforzada precisamente por el anuncio realizado este miércoles por la compañía de que la ejecución de su plan para el periodo 2020-2025 avanza "por delante de lo previsto" y que ya cuenta con en torno a un 75% de su nueva capacidad renovable en construcción o asegurada.

En un momento en que el mercado parece dudar sobre la capacidad de numerosos advenedizos en este terreno de sacar adelante sus proyectos, con una rentabilidad mínima y sin verse envueltos en turbulencias financieras, la posición de liderazgo de Iberdrola, su 'track record' y la solvencia de su balance le otorgan una posición ventajosa para seguir extrayendo valor del auge a largo plazo de las energías limpias.

Firmas como Morgan Stanley y Barclays le dan potenciales cercanos al 25%

"Creo que hay cierto valor, principalmente en el área de eólica 'offshore' (donde las perspectivas, el posicionamiento y la experiencia le sitúan como claro líder destacado en el área a nivel mundial) que no se está terminando de recoger en las valoraciones", considera Pérez. Se trata, en todo caso, de oportunidades de crecimiento a muy largo plazo, que no están hoy entre las características más ponderadas por los inversores, aunque sí le valen para mantener una visión mayoritariamente favorable por parte de las casas de análisis, con firmas como Morgan Stanley o Barclays otorgándole potenciales de revalorización próximos al 25%.

"La ejecución del plan de negocio avanza por delante de las expectativas y la perspectiva a largo plazo ha mejorado con el apoyo a la política verde acelerando y los precios de la energía más altos en el horizonte", resaltaban los analistas de Bernstein tras conocer las cifras publicadas por la compañía.

Con todo, después de unos cuatro meses de atasco bursátil, que la mantienen casi un 9% por debajo de sus cotas no hay razones para esperar que unos resultados tan ajustados a las estimaciones permitan a Iberdrola reactivar la escalada de años precedentes. Pero la combinación de predictibilidad y potencial de crecimiento a largo plazo que aún sigue mostrando compone un marco suficientemente atractivo como para que, tarde o temprano, los inversores vuelvan a situarla entre sus prioridades.

Iberdrola puso este miércoles sobre la mesa una de esas presentaciones de resultados de las que resulta difícil extraer noticia, de tanto que se ajustan a las estimaciones. Los 2.814 millones de ebitda y 1.025 millones de beneficio neto declarados por la eléctrica española supusieron la confirmación de que el negocio avanza como cabría esperar, lo que ha permitido a la compañía reiterar los objetivos que se había fijado para el ejercicio.

Ignacio Sánchez Galán Energía
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