Santander y BBVA compran deuda pública española y elevan la inversión en 21.000 M

El ciclo de subidas de tipos ha obligado a los bancos a afinar sus estrategias con la cartera de renta fija (ALCO), una de sus vías para obtener ingresos extra. Los tres grandes bancos españoles han seguido caminos dispares en 2023, según sus libros.

La subida abrupta de los bonos supone pérdidas latentes y, a la vez, da oportunidades de compra de títulos con cupones más elevados. Los bancos adquirieron bonos de forma masiva en 2020, aprovechando la caída del precio en el confinamiento y la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE). En 2021 redujeron la inversión, volvieron a comprar deuda en 2022 y han mantenido constante la tenencia en 2023.

Según los datos del Tesoro, las entidades de crédito empezaron el año pasado con 169.832 millones en deuda pública, y acabaron noviembre, último mes para el que hay datos agregados, con 170.471 millones.

Aun así, hay diferencias notables entre entidades. Los dos grandes bancos españoles han elevado su inversión en deuda pública local en 21.000 millones.

Banco Santander ha protagonizado el mayor aumento con su tenencia de bonos

Santander ha protagonizado el mayor aumento con su tenencia de bonos. El banco cántabro siempre ha dicho que usa la cartera ALCO como cobertura para reducir la volatilidad en el margen de intereses. En los dos últimos años ha incrementado su inversión, coincidiendo con la subida de tipos.

El año pasado, el banco presidido por Ana Botín cerró el ejercicio con 40.321 millones en títulos de deuda pública española, según su informe anual. Esta cifra aumentó en 13.445 millones respecto al año previo, cuando ya había aumentado otros 6.000 millones.

Santander elevó la tenencia de bonos privados de empresas españolas: multiplicó la inversión por 2,5 veces, hasta 2.525 millones

Por otro lado, Santander también elevó la tenencia de bonos privados de empresas españolas. De hecho, multiplicó la inversión por 2,5 veces, al pasar de 1.015 millones hasta 2.525 millones. El año anterior había reducido drásticamente la exposición, desde 3.773 millones.

La entidad aumentó, en general, su inversión en deuda pública. Así, el montante de bonos soberanos extranjeros se incrementó en más de 23.000 millones, pasando de 121.018 millones hasta 145.732 millones. Si se compara con la cifra de 2022, de 102.976 millones, antes del ciclo de subidas de tipos a lo largo de casi todo el mundo, el aumento es de más de 42.000 millones.

El otro gran banco español que ha aumentado su inversión en deuda pública española es BBVA, con un incremento de 7.400 millones. La entidad cerró 2023 con una exposición a bonos españoles del Tesoro de 26.000 millones, frente a los 18.600 millones del año anterior.

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Todo el incremento de deuda pública ha sido contabilizado a coste amortizado, lo que implica que los cupones se suman al margen de intereses porque se asume que los bonos se van a mantener hasta vencimiento. Sigue teniendo 6.000 millones a valor razonable o disponibles para la venta, en cuyo caso se generarían pérdidas o beneficios que se incluyen en el resultado de operaciones financieras (ROF).

CaixaBank, por su parte, ha realizado el camino contrario. Continúa siendo el banco con mayor tenencia de deuda pública española, pero ha reducido su inversión. En concreto, la entidad catalana disminuyó su exposición en 7.480 millones, al pasar de 64.880 millones a 57.400 millones.

Dentro de este montante está el volumen de bonos de Sareb, el banco malo, que se contabilizan como deuda pública. CaixaBank tiene una exposición de 16.800 millones al cierre de 2023. También hubo una reducción de deuda pública española en la cartera ALCO en el otro banco catalán, Sabadell, que redujo la exposición desde 16.700 millones a 15.700 millones.