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'Spoiler': no te tocará el Gordo. Esto es lo que pasaría si inviertes lo que te gastas en lotería
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INTERÉS COMPUESTO VS. AZAR

'Spoiler': no te tocará el Gordo. Esto es lo que pasaría si inviertes lo que te gastas en lotería

La probabilidad de ganar dinero con la lotería es ínfima, mientras que el interés compuesto suele rentabilizar la inversión con paciencia

Foto: Cola para comprar lotería en Doña Manolita. (EFE/Aitor Martín)
Cola para comprar lotería en Doña Manolita. (EFE/Aitor Martín)

Cuando llega la lotería de Navidad, los asesores financieros chocan contra la pared tratando de difundir el mensaje de invertir a largo plazo el dinero extra que tienen las familias, en vez de gastarlo en juegos de azar. Aunque seguramente lo hagan con algún décimo en el bolsillo, por elementos no económicos como el miedo de que toque alrededor. Pero lo cierto es que comprar lotería es una mala inversión, todo lo contrario que aprovechar el interés compuesto.

De hecho, casi siempre comprar décimos o participaciones de lotería supone pagar un extra de impuestos, ya que Loterías y Apuestas del Estado es una mina de oro para sumar ingresos públicos. La empresa pública tuvo el año pasado un beneficio de 2.657 millones. El Estado también recupera parte de los premios, ya que el Gordo son 400.000 euros, de los que 72.000 van para Hacienda.

La cita que siempre se usa para explicar esto se atribuye al matemático Robert L. Jones, quien dijo hace décadas que "la lotería es el impuesto para los que no saben de matemáticas". Básicamente, lo que se hace es desembolsar un dinero con el que, casi siempre, no hay retorno y es un beneficio para el Estado, complementario a los impuestos.

La probabilidad de ganar el Gordo con un décimo es del 0,001%, mientras que rascar algo, aunque en la mayoría de los casos sea lo jugado, es del 15%. El año pasado, cada español gastó 69,36 euros de media en comprar décimos o participaciones para el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, según la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae).

La probabilidad de ganar el Gordo de la lotería de Navidad con un décimo es del 0,001%, mientras que rascar algo es del 15%

La horquilla de gasto medio va desde los 109,62 euros estimados para Castilla y León a los 39,63 de Baleares. Pero hay más juegos de azar a los que juegan los españoles y que elevan el gasto promedio anual. Nadie se va a hacer rico por invertir el dinero jugado en lotería —en realidad, tampoco con un décimo premiado, aunque sí facilite el futuro—, pero sí se pueden conseguir retornos interesantes a largo plazo con el interés compuesto, multiplicando la inversión, y asegurando que sea un gasto rentable.

El interés compuesto es una fórmula matemática que explica que los intereses o revalorizaciones que se consiguen con una inversión mantenida en el tiempo se aplican sobre una cantidad creciente, con lo que hay un efecto multiplicador. Según la encuesta de competencias financieras del Banco de España, más de la mitad de los españoles no entiende el interés compuesto.

Aun así, los asesores financieros insisten en esta idea para fomentar la inversión a largo plazo, ya sea para mantener poder adquisitivo ante los vaivenes de la inflación o incrementarlo, buscando rentabilidades más elevadas.

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El año pasado, el Ibex 35 español cayó un 5,5%, mientras que en 2023 sube más del 20%, y es imposible saber qué hará en 2024 y más allá. Lo mismo con el resto de índices. Pero dado que el mundo tiende a crecer, y con ello el beneficio que generan las empresas, la rentabilidad a largo plazo es positiva. El retorno anualizado históricamente oscila en torno al 9% en Wall Street, aunque con volatilidad a corto plazo. Por eso, la paciencia es clave.

Los expertos aluden a la regla del 72 para explicar el poder del interés compuesto, que implica que las rentabilidades se dan sobre volúmenes que ya han tenido rentabilidades, engordando más la inversión. Esta regla del 72 es una curiosidad matemática por la que una inversión inicial se duplica en el número de años resultante de dividir 72 por una rentabilidad anual. Si es el 7% anual, en una década. No obstante, la recomendación habitual para invertir por parte de los asesores es hacerlo con aportaciones periódicas.

Esta regla del 72: una inversión inicial se duplica en el número de años resultante de dividir 72 por una rentabilidad anual

Suponiendo una inversión de 69,36 euros, creciente un 2% cada año, según el objetivo de inflación del Banco Central Europeo (BCE), y una rentabilidad anualizada del 9%, en 2031 se alcanzarían los 1.042 euros.

Parece una alternativa a tener en cuenta en vez de jugar a la lotería, donde la probabilidad de llegar al Gordo es del 0,001%, y hay un 85% de posibilidades de perderlo todo. A no ser que se juegue por ilusión o por ganas de realizar una aportación extra al volumen de ingresos del Estado. Los 10.000 euros se alcanzarían en 2049, y los 100.000 euros en 2074. Es verdad que falta mucho, pero también invertir 69 euros al año no es demasiado.

En caso de invertir 150,6 euros anuales, una rentabilidad anualizada del 9% permite alcanzar los 10.000 euros en 2042, los 100.000 euros en 2066 y una cantidad como el Gordo de Navidad en 2079. Pero habrá quien no quiera esperar tanto: existe la posibilidad de comprar lotería todos los años, confiando en ese 0,001% de probabilidad de ganar el Gordo con cada décimo, o elevar la inversión.

Otra forma de entender la importancia de invertir a largo plazo, frente a por ejemplo algunos juegos de azar —lotería de Navidad, primitiva, euromillones, juegos de azar, apuestas, etc.—, es hacer una simulación con una cantidad mayor. Por ejemplo, con la inversión diaria de 4,6 euros, cantidad equivalente al precio medio de una cajetilla de tabaco.

En este caso, supone una inversión anual de 1.656 euros. Con una rentabilidad anualizada del 9%, y habiendo empezado en 2023, los 10.000 euros se superarían en 2027, los 50.000 euros, en 2036, y los 100.000 euros, en 2042. A la cantidad equivalente al Gordo, de 320.000, se llegaría en 2053, mientras que en 2066 se sobrepasaría el millón de euros. Es verdad que hay que tener paciencia y constancia, pero es una apuesta mucho más segura que comprar décimos hasta entonces confiando en la probabilidad del 0,001%.

De hecho, el impacto de invertir periódicamente en realidad es mayor, ya que para esta simulación, por simplificar, se ha partido de una inversión anual, en vez de mensual, algo mucho más típico y efectivo para maximizar la potencia del interés compuesto. Es cierto que, aunque a largo plazo lo recomendable es tener un perfil agresivo, priorizando la renta variable, en muchas ocasiones se prefiere reducir la volatilidad para dormir mejor, aunque sea a costa de sacrificar rentabilidad.

En este ejercicio de invertir anualmente 1.656 euros, suponiendo una rentabilidad anualizada del 5% que, actualmente, ofrece cualquier fondo mixto conservador —con gran parte de renta fija y algo de bolsa—, en 2031 se alcanzaría un colchón de 20.000 euros, en 2039 de 50.000 euros, y en 2047 de 100.000 euros. Puestos a querer financiar al Estado, es más rentable hacerlo con la inversión en deuda pública que en lotería.

Cuando llega la lotería de Navidad, los asesores financieros chocan contra la pared tratando de difundir el mensaje de invertir a largo plazo el dinero extra que tienen las familias, en vez de gastarlo en juegos de azar. Aunque seguramente lo hagan con algún décimo en el bolsillo, por elementos no económicos como el miedo de que toque alrededor. Pero lo cierto es que comprar lotería es una mala inversión, todo lo contrario que aprovechar el interés compuesto.

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