Nordea: “Excluir de la cartera industrias que contaminan no ayudará a descarbonizar el planeta"

Nordea mantiene su apuesta por las inversiones ligadas a la sostenibilidad con su fondo Nordea 1 - Global Climate Engagement Fund, que acumula una rentabilidad del 5,37% (BI-USD a 30 de septiembre) desde su lanzamiento en abril de 2022, según los últimos datos presentados por la gestora nórdica.

Este fondo invierte en compañías que se han quedado rezagadas en materia climática “para destapar su potencial oculto”. Es lo que la firma denomina inversión climática 2.0, y trata de apoyar a aquellas que necesitan un empujón. En otras palabras: en lugar de invertir directamente en los ya reconocidos líderes climáticos, la estrategia busca empresas donde puedan comprometerse con los equipos de gestión para reducir los riesgos de transición y acelerar las oportunidades que surjan de un futuro bajo en carbono.

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La idea del fondo "surgió tras ser testigos del rápido crecimiento de las estrategias ESG (Enviromental, Social and Governance) en los últimos años y la fuga de capitales que se reflejó en ciertas partes del mercado consideradas menos buenas en términos ESG. Particularmente en las industrias de emisión pesada, donde el éxodo del inversor se ha producido en un claro esfuerzo por reducir la huella de emisiones de sus carteras", dice la gestora de cartera del Nordea 1 – Global Climate Engagement Fund, Alexandra Christiansen.

Con 63 millones de dólares de activos bajo gestión, entre sus principales participaciones se encuentran compañías activas en los sectores de materiales, industrial y de productos de primera necesidad, con una mayor exposición en Estados Unidos, Japón y Francia. Como aclara Alexandra Christiansen, algunas de estas industrias forman parte de nuestra vida cotidiana y, aunque “excluirlas de las carteras puede parecer bueno en la teoría”, probablemente no tendrá un impacto "en la descarbonización del mundo real”. Además, "esto brinda una oportunidad alentadora a los inversores, ya que hay muchas empresas que son percibidas ahora como rezagadas pero que tienen el potencial de seguir siendo relevantes en la futura economía verde”.

Cómo llevan a cabo el proceso

Antes de convertirse en accionistas, la firma determina la disposición de la empresa para colaborar y cooperar. Para ello, ha desarrollado un proceso sistemático y escalable con seis KPI aplicables a todas las industrias que sirve como una hoja de ruta para lograr los objetivos de compromiso. "Monitoreamos de cerca las interacciones con las empresas y evaluamos el progreso en materia de descarbonización. A partir de ahí decidimos iniciar, acelerar o intensificar el proceso de colaboración”, afirma la gestora de la cartera.

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Si la hoja de ruta de un grupo no logra avanzar hacia los objetivos establecidos, “escalaremos el asunto con cartas abiertas a la dirección para expresar nuestras opiniones públicamente, votando en contra de los directores relevantes o paquetes de compensación y buscando la colaboración con otros inversores para que la presión sea mayor en cumplir los objetivos”.

Con esta estrategia, Nordea continúa apoyando firmemente los objetivos del Acuerdo de París, que pretende aumentar la capacidad de adaptación de los países y fortalecer la resiliencia en un escenario en el que todos se enfrentan a un reto común: el cambio climático. Alexandra Christiansen asegura que "aunque las industrias del cemento, el acero y los productos químicos generan más del 75% de las emisiones nocivas para la atmósfera, no van a desaparecer porque las necesitamos, por eso deben readaptarse al nuevo modelo económico con menos emisiones de CO2. Todos avanzamos hacia un mismo objetivo y debemos ayudarlas".