El giro del BCE llega tras desplegar 440.000M para evitar el colapso de la economía

La ayuda del Banco Central Europeo (BCE) ha sido tan voluminosa para la mayoría de estados de la eurozona que, ahora, llega el vértigo a dejar de recibirla. En el caso español, la asistencia financiera para evitar el colapso de la economía superó los 443.000 millones de euros en 28 meses. Esto es, más del 36% del PIB.

El rescate, en forma de oxígeno financiero, ha llegado a todos los países de la eurozona, aunque se ha hecho notar en mayor caso en la periferia. Como muestra, las primas de riesgo se dispararon en junio, cuando el BCE confirmó el fin de las compras netas y subidas de tipos en julio y septiembre. Días después, tuvo que convocar una reunión extraordinaria para anunciar un plan antifragmentación financiera y calmar a los mercados.

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Surtió efecto y puso freno al ‘rally’ de las primas de riesgo. También reiteró que habrá flexibilidad en plazos y geografías con la reinversión del programa especial de compras contra la pandemia (PEPP), con el que ha adquirido deuda por 1,69 billones (millones de millones). Una parte importante, que ya no llegará, ha ido a deuda española, pública y privada. Con ello, pese al incremento de la deuda pública, el bono español a 10 años empezó 2022 en el 0,5%, aunque en junio tocó el 3% y ahora está por encima del 2,3%.

El volumen de compras netas de deuda española ha alcanzado en el periodo de expansión monetaria contra los efectos del covid los 284.176 millones de euros, según los datos publicados este jueves por el Banco de España. De esta forma, la deuda española, pública y privada, en el balance del BCE, supera los 620.000 millones, tras un incremento desde febrero de 2020 del 85%.

El BCE sacó su artillería cuando empezaron los confinamientos contra la pandemia a lo largo de Europa para evitar el colapso de las economías. La deuda española adquirida de forma neta (los vencimientos se reinvierten) representa más del 23% del PIB. Pero no ha sido la única vía para dar extender liquidez a lo largo de los agentes económicos.

La otra medida tomada, además de mantener los tipos principales al 0%, ha sido la de prestar dinero a los bancos para asegurar que tengan liquidez con la que dar créditos a familias y empresas. Se trata de financiación a largo plazo con un tipo de hasta el -1% hasta el 23 de junio de este año, ya que la autoridad monetaria quería que los bancos acudieran en masa a estas subastas de liquidez.

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Los TLTRO han elevado la deuda de la banca con el BCE en 159.290 millones, situándose en junio en un nivel de 289.689 millones, lo que supone un 123% más que en febrero de 2020. Esta deuda permanece estable desde abril de 2021, ya que no ha habido nuevas rondas de TLTRO y los bancos han optado por mantener estos préstamos a vencimiento.

De hecho, la banca tiene liquidez de sobra. Las reservas mantenidas por las entidades españolas en el BCE alcanzan los 371.113 millones. Con la subida de tipos, los bancos anticipan beneficios con los LTRO, por eso los mantienen a vencimiento, ya que el tipo pasa a ser positivo por cómo se contabiliza el coste del crédito a partir del 23 de junio y la remuneración de la liquidez cuando suba el tipo de facilidad de depósito, que sigue en el -0,5%, pero se espera que haya varias alzas en 2022.

Este arbitraje se conoce como beneficios caídos del cielo, y reportará en torno a 1.000 millones en 2022 a los grandes bancos españoles, según estimaciones de Morgan Stanley. No obstante, el BCE estaría estudiando limitar o borrar este beneficio, según publicó el ‘FT’. El Gobierno de Pedro Sánchez ha hablado también de beneficios caídos del cielo para justificar un impuesto a la banca, aunque en este caso hizo referencia al aumento de ingresos que supone el incremento del euríbor.