Las bolsas mundiales sufren su peor sesión en meses en plena tensión inflacionista

La crisis de las materias primas no cesa y ha condicionado este martes la jornada en las bolsas. Con el gas —y, por tanto, la electricidad— por las nubes, el petróleo ha sido el siguiente en unirse a la fiesta y el barril de Brent, de referencia en Europa, ha llegado a superar los 80 dólares, su máximo desde el 17 de octubre de 2018. Las rentabilidades de los bonos han aumentado —lo que equivale a una caída de su precio— y las principales bolsas mundiales han sufrido su peor día en meses.

En España, solo Repsol, Naturgy y Aena han cerrado en verde en un Ibex que, al igual que el conjunto de las bolsas europeas, ha sufrido importantes caídas ante la tensión inflacionista.

La mala sesión de Wall Street —el S&P 500 se ha dejado un 2% en lo que ha sido su peor jornada desde mayo, y el tecnológico Nasdaq Composite, un 2,8%— no ha hecho más que agravar las pérdidas en una jornada que ya empezó mal y que ha acabado peor. El selectivo español se ha dejado un 2,59%, su peor sesión desde el 20 de abril, y ha salvado de milagro la barrera de los 9.000 puntos.

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Aunque el fabricante de piscinas Fluidra ha registrado las peores pérdidas (-8,58%), las caídas han sido generalizadas en el parqué madrileño. El día también ha sido intenso en el mercado de bonos, con las rentabilidades de la deuda en máximos de tres meses ante la previsión de una política monetaria menos acomodaticia para detener la espiral inflacionista.

Incluso los valores turísticos que ayer encabezaban la tabla se han teñido de rojo en la sesión de este martes. IAG ha perdido un 3,45%, Amadeus cerca de un 3% y Meliá algo más de un 1,6%. Similar ha sido la situación de la banca española, cuyas firmas han contribuido a la pérdida de ese 2,6% del selectivo español. Santander (3,83%), CaixaBank (3,67%) y Bankinter (2,55%) han sido las tres cotizadas del sector que más han perdido esta jornada.

Retrocesos que han llegado también a los mercados europeos. La Bolsa de París caía un 2,17% al cierre, la de Milán, un 2,14%, y la de Fráncfort se dejaba casi un 2,1%. Todas arrastradas por Wall Street y la preocupación de Powell en torno a la inflación y los crecientes problemas —globales— en la cadena de suministros.

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La rentabilidad del bono alemán a 10 años, considerado el más seguro de Europa, se ha disparado más del 11%, hasta un -0,2%, máximos desde finales de junio. En el caso de España, el bono de referencia sube al 0,44% (un 7,54% más), también su nivel más alto desde junio, y en Estados Unidos la rentabilidad de su deuda crece al 1,52% (máximos desde junio de 2021), un 3,25% más que el día anterior.

El euro, por su parte, se ha depreciado por debajo de 1,17 dólares, su valor mínimo desde hace cinco semanas, después de que subiera más la rentabilidad del Tesoro estadounidense, en un entorno de aversión al riesgo.

Entre los hitos del día que han justificado esta preocupación, están las declaraciones de Charles Evans, de la Fed de Chicago, afirmando que la economía de Estados Unidos está cerca de cumplir los requisitos para reducir las compras de bonos, y las del propio presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, que ha admitido que la inflación en Estados Unidos es más preocupante y estructural que a principios de este año, después de haber asegurado en los últimos meses que se trataba de algo "transitorio".

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Además, un informe del Bundesbank prevé que la inflación en Alemania se sitúe en tasas del 4% o el 5% hasta final de año y supere el 2% hasta mediados de 2022.

El petróleo, disparado

El responsable último de la mala jornada es el temor ante el encarecimiento de las materias primas, con máximos de 10 años para el algodón y de tres para el petróleo. El 'oro negro' de referencia en Europa podría sumar este martes su sexta sesión consecutiva al alza entre temores de los inversores a que pueda haber una escasez de oferta mientras aumenta la demanda en varias partes del mundo a medida que se levantan las restricciones impuestas por la pandemia del covid.

Todo ello en un contexto de crisis energética global, en que la oferta está ajustada, el invierno, a la vuelta de la esquina y la OPEP+ sigue encontrando dificultades para aumentar la producción.

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Pese a ello, según los últimos cálculos de la alianza OPEP+, se estima que el consumo mundial seguirá creciendo a medio plazo hasta los 104,4 millones de barriles diarios (mbd) en 2026. Previsiones sujetas a múltiples factores de incertidumbre, como la evolución de la pandemia del covid-19 y el avance de medidas contra el cambio climático.

Con respecto al incremento de la demanda petrolera estimada hasta 2026, se espera que casi el 80% "se materialice en los tres primeros años", afirma la organización en su informe anual.

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Los analistas del banco de inversión Goldman Sachs creen que el petróleo se mantendrá al alza en lo que queda de año y que incluso podría alcanzar los 90 dólares por barril.

Por su parte, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), que cerró la víspera con un alza del 2%, hasta los 75,45 dólares, máximos también en casi tres años, cotiza este martes con pequeñas bajadas.