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¿Última vez con deducción? La banca ya lanza la campaña de planes de pensiones
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ESCRIVÁ ABOGA POR REVISAR EL INCENTIVO

¿Última vez con deducción? La banca ya lanza la campaña de planes de pensiones

Bankinter y CaixaBank ofrecen abonos de hasta el 4% sobre los traspasos. En BBVA, optan por una oferta de hasta el 3%. Estas campañas tienen letra pequeña

Foto: Los ministros María Jesús Montero y José Luis Escrivá. (EFE)
Los ministros María Jesús Montero y José Luis Escrivá. (EFE)

Los bancos ya han lanzado la ofensiva comercial de final de año para captar patrimonio en sus planes de pensiones aprovechando el reclamo de las deducciones fiscales, que el Gobierno quiere recortar. El ministro José Luis Escrivá ya ha mostrado su preferencia por otras formas de ahorro privado frente a los planes individuales clásicos. El Gobierno tiene previsto el recorte de la deducción, pero la banca aprovechará hasta el último momento para incorporar el incentivo fiscal a su oferta.

Los planes de pensiones cuentan con una deducción al ahorro aportado a planes con un máximo de 8.000 euros en el año o el 30% de la base imponible en la declaración de la renta. Esta es la gran ventaja frente a otras instituciones de inversión colectiva (IIC) como los fondos de inversión, que son más líquidos. Se trata de un incentivo que cuesta 1.643 millones anuales al Estado y que es regresivo, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), al ser usado en mayor medida por rentas altas.

Con este argumento, el Gobierno planea un recorte que podría incluirse ya en los Presupuestos Generales del Estado de 2021, según reconoció María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo. El ‘tijeretazo’ podría reducir la cifra máxima desde 8.000 hasta 2.000 euros. No es el primer golpe que se llevan los planes de pensiones en su historia, pero desde luego en la industria se da por hecho que supondría un efecto expulsión del producto frente a otros como los fondos de inversión.

Foto: Hucha rota. (© Dan Brownsword/Corbis)

Pero por ahora siguen en vigor, y los bancos quieren aprovecharlo. Las entidades ya están compitiendo por llevarse un mordisco importante de la tradicional aportación a planes de pensiones de finales de año, con los cantos de sirena de la deducción fiscal, aunque este año llega con la incertidumbre provocada por la crisis económica que ha desatado el covid y por el futuro de estos incentivos, aunque la banca da por hecho que los cambios siempre serán de cara a las aportaciones futuras.

CaixaBank, Bankinter y BBVA han sido los adelantados entre los grandes bancos. Los dos primeros, con abonos en efectivo de hasta el 4% de los traspasos, mientras que BBVA alcanza el 3%. Bankinter inició su oferta esta semana con continuidad hasta el 31 de enero, del 3% para aportaciones superiores a 30.000 euros y un 2% si la cantidad es inferior, con un 1% adicional si se contrata una aportación periódica mensual igual o superior a 100 euros y se mantiene al menos 24 meses.

Estas ofertas siempre tienen letra pequeña. Por ejemplo, en el caso de Bankinter, las bonificaciones exigen una permanencia mínima de seis años, además de que el importe máximo bonificado es de 5.000 euros. En CaixaBank, la bonificación es del 1% por traspasar dinero desde otra entidad, un 2% si se hace una aportación periódica de 100 euros durante 24 meses o con una aportación única de al menos 3.000 euros, y un 1% adicional si el traspaso supera los 30.000 euros. La permanencia exigida es de cinco años si la bonificación total es del 1% y de ocho años si alcanza el 4%.

Foto: Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco.

En BBVA, la oferta es similar, y en vigor hasta el 31 de diciembre. Con una permanencia mínima de cinco años, la bonificación es de un 1% por traspasos de hasta 8.000 euros, de un 2% por traspasos de hasta 25.000 euros, y del 3% en adelante. Así, las bonificaciones suelen premiar en mayor medida los traspasos que las aportaciones, y si se rescata el dinero antes del fin de la permanencia, el cliente tiene que devolver parte al banco.

Esta campaña llegará en plena retirada, al menos parcialmente, de los incentivos fiscales si el Gobierno consigue sacar adelante los Presupuestos del próximo ejercicio. Se empeorará la fiscalidad en la aportación, pero no se ha hablado de tocar el golpe de Hacienda en el rescate. El tratamiento es mucho peor que otros productos de inversión o ahorro, aunque ello no ha entrado en el análisis de la AIReF o en el argumentario del Gobierno.

En concreto, los planes de pensiones tributan como parte de la renta gravada con el IRPF, tanto las aportaciones como la rentabilidad generada, si la ha habido. Mientras que con otras inversiones en acciones, bonos, sicavs o seguros, solo se tributa por la plusvalía y como rentas del capital, en tipos que van desde el 19% al 23%, aunque también podrían subir en la reforma fiscal que planea el Ejecutivo.

Foto: istock economía

Desde el sector financiero, siempre se ha defendido que el beneficio generado debería tributar como capital y no IRPF. Inverco y diferentes gestoras suelen realizar cálculos que apuntan a que el diferimiento fiscal merece la pena para el ahorrador si reinvierte el beneficio fiscal. Es decir, si aporta de forma periódica, algo que no hacen dos de cada tres ahorradores en planes de pensiones (hay cerca de ocho millones de partícipes, aunque un ahorrador es partícipe en cada plan de pensiones en el que está).

El informe que publicó en verano la AIReF, incluyendo una conclusión crítica con los planes de pensiones y la intención de recortar el incentivo fiscal por parte del Gobierno, ha resucitado el ‘lobby’ financiero. La patronal Inverco asegura que uno de cada cuatro aportantes a planes de pensiones gana menos de 18.000 euros, y el 72% menos de 42.000 euros anuales. Solo el 9,2% ingresa más de 72.000 euros, según estos datos.

La industria también recuerda que los incentivos fiscales al ahorro de cara a la jubilación son inferiores a los de países de nuestro entorno, y que también el ahorro acumulado en fondos de pensiones privados está a la cola. Un estudio publicado por el Banco de España (BdE), y elaborado por los economistas Miguel Almunia, profesor de Cunef, y David López-Rodríguez, del BdE, demuestra que las deducciones a los planes de pensiones privados tienen una elasticidad superior a 1. Esto quiere decir que un cambio en el incentivo genera a su vez una respuesta mayor en la decisión de los ahorradores. Es decir, reducir la deducción supondría una caída más importante en el ahorro complementario para la jubilación. Y al contrario, impulsarla aumentaría en mayor medida este ahorro.

Los bancos ya han lanzado la ofensiva comercial de final de año para captar patrimonio en sus planes de pensiones aprovechando el reclamo de las deducciones fiscales, que el Gobierno quiere recortar. El ministro José Luis Escrivá ya ha mostrado su preferencia por otras formas de ahorro privado frente a los planes individuales clásicos. El Gobierno tiene previsto el recorte de la deducción, pero la banca aprovechará hasta el último momento para incorporar el incentivo fiscal a su oferta.

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