La Fed, Trump e Italia 'se alían' para devolver al Ibex a las pérdidas anuales

El Ibex 35 ha borrado este miércoles todo el rebote conseguido en la víspera y que le permitió entrar en terreno positivo en el año. Una caída superior al 1% le llevan a dejarse un 0,5% desde enero con los inversores recogiendo beneficios a muy corto plazo. No en vano, se han juntado tres factores en la sesión que alientan las ventas: las actas de la Reserva Federal de Estados Unidos, el riesgo Italia y, como no, las últimas declaraciones de Donald Trump sobre la guerra comercial con China.

Así, mientras que el principal indicador de la bolsa española cae al cierre un 1,12% hasta los 10.025 puntos, el Cac 40 parisino, el Dax alemán y el Eurostoxx 50 han terminado también con descensos superiores al 1%. Para Italia, por su parte, las caídas son mayores que superan el 1,31% mientras se suceden las advertencias sobre el riesgo que entraña para Europa un Gobierno populista y con marcado perfil anti europeo.

De hecho, las tensiones políticas en la región se están trasladando también al mercado de deuda, donde la prima de riesgo española, que ayer se dio un respiro, vuelve a repuntar alrededor de un 4% hasta los 93 puntos básicos contagiada por la italiana, que se dispara otro 7% hasta los 188 puntos básicos, mientras que el bund alemán a diez años sube gracias a los inversores que buscan refugio y la rentabilidad baja al 0,5%.

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Pero no es el único factor que amenaza a los mercados. Esta tarde, la Reserva Federal publica sus actas y los inversores buscan pistas sobre si endurecerá su política monetaria ahora que la posible aceleración de la economía y el repunte de los precios del petróleo del 30% en lo que va de año presionan al alza la inflación, que ya se acerca al objetivo del 2%. De hecho, crecen las apuestas sobre la posibilidad de que el regulador lleve a cabo cuatro subidas de tipos en el año frente a las tres descontadas por el mercado.

En paralelo, crece el riesgo geopolítico y las tensiones comerciales, todo a cuenta de Trump. Y es que, por un lado, sus últimas declaraciones sobre Corea del Norte apuntan a un posible retraso en la cumbre prevista para el próximo 12 de junio en Singapur, mientras que esta madrugada también se ha mostrado contrariado por la evolución de las negociaciones con China para evitar la batalla arancelaria en la que se han sumido en los últimos meses y que parecía suspendida temporalmente tras un principio de acuerdo esta misma semana.