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Audio: aves de cabotaje frente a las costas de Galicia
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Audio: aves de cabotaje frente a las costas de Galicia

Cada primavera, de sur a norte, oleadas de alcatraces, charranes de todas las especies, pardelas, págalos, araos, frailecillos y todas las gaviotas abandonan la alta mar y se acercan a tierra siguiendo los vientos y las corrientes

Foto: Cormorán moñudo en las costas gallegas. (SEO/Birdlife)
Cormorán moñudo en las costas gallegas. (SEO/Birdlife)

Un trasiego continuo de aves marinas vuela frente a las costas de Galicia. Se acercan a los cabos, ciñen al viento y pasan por oleadas, en bandadas o en un frente disperso, con una ruta y un destino grabados en su memoria genética. Cada primavera, de sur a norte, oleadas de alcatraces, charranes de todas las especies, pardelas, págalos, araos, frailecillos y todas las gaviotas abandonan la alta mar y se acercan a tierra siguiendo los vientos y las corrientes marinas.

Van con prisa, su vuelo es rápido, tenso, sin pausas. Unas viajan altas, flotan en el viento; otras, como los negrones, patos del mar, o los álcidos aletean con fuerza, a ras de agua, siempre a punto de chocar contra la cresta de una ola; las pardelas, en fin, se deslizan sin esfuerzo sobre las sutiles corrientes que levantan y arrugan la superficie del océano.

Todas ellas se dirigen a sus respectivas áreas de cría, diseminadas por las costas de la Europa atlántica y más allá, doblando al norte de la península escandinava hacia las aguas que bañan el verano ártico. Muchas de ellas, como los cormoranes moñudos y comunes y varias especies distintas de gaviotas, paran en los acantilados de la Costa da Morte para criar. Desde sus plataformas, colgadas del vacío, observan el continuo ir y venir -dentro de unos meses- del resto de aves marinas que sobrevuelan las olas.

Foto: Webcam Territorio Lince (WWF)

Las cifras del tránsito de aves frente a los acantilados son abrumadoras. Como muestra, en la mañana que dedicamos a estas grabaciones -apenas cinco horas asomados al fin del mundo desde el cabo de Fisterra-, ante nuestros ojos pasaron más de tres mil quinientos alcatraces y dos mil quinientos negrones, un millar y medio de gaviotas sombrías, además de charranes patinegros, págalos, pardelas… y un discreto grupo de delfines mulares.

Las cifras de esta migración las pone Antonio Sandoval, que se encuientra a cargo del proyecto Mar Ártabro III y esta considerado como uno de los principales expertos europeos en seguimiento de aves marinas. Se trata de la persona que más tiempo ha pasado observando, contando y transmitiendo entusiasmo por estos bandos de esforzadas viajeras aladas, capaces de encontrar su camino a través de las inmensidades de la mar.

Un trasiego continuo de aves marinas vuela frente a las costas de Galicia. Se acercan a los cabos, ciñen al viento y pasan por oleadas, en bandadas o en un frente disperso, con una ruta y un destino grabados en su memoria genética. Cada primavera, de sur a norte, oleadas de alcatraces, charranes de todas las especies, pardelas, págalos, araos, frailecillos y todas las gaviotas abandonan la alta mar y se acercan a tierra siguiendo los vientos y las corrientes marinas.

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