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El dilema de la energía nuclear: ¿podemos prescindir de ella si las renovables no son masivas?
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El dilema de la energía nuclear: ¿podemos prescindir de ella si las renovables no son masivas?

El futuro energético de medio mundo va a ser renovable, pero hasta entonces, ¿debemos recurrir a la energía nuclear? Analizamos las posiciones a favor y en contra

Foto: Central nuclear de Garoña. Imagen: EFE.
Central nuclear de Garoña. Imagen: EFE.

La Unión Europea quiere reducir el 55% de sus emisiones de efecto invernadero para 2030. Esto pasa por un incremento sustancial de las energías renovables, cuya cuota debería alcanzar el 40% para ese año. Sin embargo, las renovables se enfrentan a varios retos: la producción, el precio, la ausencia de subvenciones, el almacenamiento...

La pregunta es la siguiente: hasta que consigamos que todas (o casi todas) sean renovables, ¿a qué otras tecnologías debemos recurrir? Es aquí donde surge uno de los debates más recurrentes de los últimos años: energía nuclear, ¿sí o no? Lo cierto es que, más allá de los debates, las nucleares son una realidad: tal y como refleja un informe de la International Atomic Energy Agency (IAEA), la generación mundial de este tipo de energía creció sustancialmente entre 1985 y 2020 y, a partir de ahí, ha venido manteniendo unos valores consolidados.

¿Qué opinan los países? A favor y en contra

El contexto europeo y mundial se debate, por tanto, entre la idoneidad o no de la energía nuclear y la realidad consolidada de esta tecnología. Prácticamente todos están convencidos de que las renovables son el futuro, pero la duda está en si la nuclear debe ser una especie de puente hacia esa transición energética. En la pasada Cumbre del Clima COP28, más de 20 países se comprometieron a triplicar su capacidad nuclear hasta 2050 teniendo en cuenta "su papel clave para lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero y mantener un límite de 1,5°C en el aumento de temperatura".

Esta postura coincide con la de la Agencia Internacional de Energía, que defiende "el potencial de la energía nuclear como fuente de electricidad de bajas emisiones para complementar a energías renovables como la eólica y la solar en la transición a sistemas eléctricos con cero emisiones netas".

placeholder Imagen: Pixabay.
Imagen: Pixabay.

Dentro de la UE, las posturas son variables. El caso de Francia es el más visible, ya que gran parte de su energía es nuclear y pretende incluirla dentro de los objetivos europeos de reducción de emisiones. Junto a ella tiene a otros aliados, como Bulgaria, Croacia, República Checa, Hungría, Finlandia, Países Bajos, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. En Bélgica, por ejemplo, el Gobierno acordó recientemente prorrogar una década la vida útil de dos reactores nucleares pese a su apuesta por las renovables, ya que entiende que las primeras serán esenciales mientras aumenta la presencia de las segundas.

En el lado opuesto se encuentran otros territorios como España, Alemania, Austria, Dinamarca, Irlanda, Luxemburgo y Portugal. Los siete países, en una carta conjunta, aseguraban en 2023 que "contabilizar la energía baja en carbono [como la nuclear] en los objetivos de energías renovables reduciría los esfuerzos climáticos y frenaría la inversión en la capacidad renovable adicional".

Alemania, por ejemplo —que anunció el cierre de sus reactores nucleares, aunque el debate ha sido reabierto por el propio partido de Angela Merkel—, ha aprobado subvenciones para construir 10.000 MW en centrales de gas. La condición de Berlín es que los promotores de las plantas incluyan en el diseño un plan para sustituir el gas por el hidrógeno verde en algún momento entre 2035 y 2040. Pero esto todavía es un futurible y mientras estos ciclos combinados emitirán CO2. Dinamarca o Irlanda, por su parte, ya ni siquiera recurren a esta tecnología y recuerdan los múltiples problemas que atravesó el parque nuclear francés en la segunda mitad de 2022, cuando más de la mitad de sus 56 reactores tuvieron que ser desconectados por reparaciones programadas y problemas de corrosión.

placeholder Central nuclear de Garoña. Imagen: EFE.
Central nuclear de Garoña. Imagen: EFE.

En España, la situación es paradigmática. Por un lado, prevé clausurar toda actividad nuclear en nuestro territorio para 2035. Por otro, lo cierto es que apoya que la nuclear forme parte de las 'tecnologías verdes' de la UE y, de hecho, esta energía es esencial en la generación eléctrica en nuestro país.

Y es que, tal y como desvelan los datos de Red Eléctrica de España (REE), el 20,3% de la electricidad consumida en España en 2023 procedió de fuentes nucleares, solo por detrás de las eólicas (23,5%). De hecho, lleva varios años siendo la segunda fuente de generación eléctrica de todo el país.

La nuclear, "un puente para la transición energética"

Entre las dos posturas predominantes, hay una intermedia: la que apuesta por las renovables... siempre que la nuclear haga de puente. El think tank medioambiental Oikos, en su informe ¿Verde, competitiva y segura? Prospectivas de la Transición Energética Española, asegura que "las renovables no son capaces de absorber toda la demanda de electricidad que las centrales nucleares cubren actualmente", ya que "su capacidad no es flexible y otras posibles tecnologías flexibles (baterías, almacenamiento, interconexión...) no se están desarrollando lo suficientemente rápido".

En ello coinciden desde el Foro Mercado Libre: "Para garantizar la transición energética, parece inevitable seguir usando la energía de origen nuclear en los próximos años hasta que las fuentes renovables puedan cubrir la que hoy es la segunda fuente de energía del país. Se trataría de una tecnología de transición".

"Parece inevitable seguir usando energía nuclear hasta que las fuentes renovables puedan cubrir la segunda fuente de energía de España"

Para establecer un orden de magnitud, "serían necesarios casi 37.000 MW de potencia solar instalada adicional (1,5 veces la actual potencia fotovoltaica y un 30% de la potencia instalada total del sistema eléctrico español) para sustituir la producción equivalente de los siete reactores nucleares en funcionamiento. Este cálculo tiene en cuenta que el rendimiento actual de la nuclear es cinco veces superior al de la solar fotovoltaica que solo genera electricidad cuando hay sol", inciden. Además, "para disponer de un MW de potencia eléctrica en una fotovoltaica se necesitan dos hectáreas de terreno, por lo que sería necesario construir placas en 74.000 hectáreas del territorio español para compensar el cierre nuclear". Para poner en perspectiva esta cifra, "supondría llenar de placas el equivalente a 1,3 veces la superficie del cultivo del arroz en España".

Por ello, en definitiva, desde el Foro consideran que "no se trata solo de enfrentar el difícil reto de sustituir una fuente significativa de energía, sino también de garantizar la seguridad, sostenibilidad y estabilidad del suministro eléctrico", concluyen.

La Unión Europea quiere reducir el 55% de sus emisiones de efecto invernadero para 2030. Esto pasa por un incremento sustancial de las energías renovables, cuya cuota debería alcanzar el 40% para ese año. Sin embargo, las renovables se enfrentan a varios retos: la producción, el precio, la ausencia de subvenciones, el almacenamiento...

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