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El auge de las bombas de calor: por qué están recortando terreno a las calderas
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El auge de las bombas de calor: por qué están recortando terreno a las calderas

Las calderas de gas son el sistema que mayoritariamente calienta las viviendas de los españoles, pero te mostramos los motivos por los que las bombas de calor no paran de crecer

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¿Cómo calientan los españoles sus casas? Según la Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 80,6% tenía en 2021 algún tipo de calefacción en su vivienda. Dentro de ese margen, el 40,3% recurre al gas natural, el 34,1% a la electricidad, el 13,4% al petróleo y sus derivados y el 12,1 a otras formas de calentamiento. Es cierto que, en este sentido, hay diferencias territoriales, ya que el gas suele ser predominante en el centro y norte del país, mientras que en el sur, donde menos calefacción hay, se suele optar por métodos eléctricos como la bomba de calor.

Más allá de la estadística nacional, lo cierto es que hay varias razones para afirmar el crecimiento de las bombas de calor a un ritmo mucho más elevado que sus competidores. Para empezar, la Agencia Internacional de la Energía (AIE, por sus siglas en inglés) ha afirmado en un informe reciente que las ventas de bombas de calor crecieron a nivel global un 41% en 2021 y un 49% en 2022, lo que da buena cuenta del aumento de su volumen.

Un auge que también se percibe en el sector residencial español. Tal y como verifica el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), desde 2014 no han parado de crecer tanto el número de plantas de bombas de calor como la potencia energética de estas en los hogares de nuestro país.

Por otra parte, hay una diversidad de factores que motivan este crecimiento:

1.- Eficiencia. Según diversas evaluaciones, por cada kWh eléctrico que consume la electricidad de origen renovable, se generan cuatro kWh de energía útil, lo que implica una mejora de la eficiencia de un 50% de las necesidades energéticas de calefacción y aire acondicionado, junto con el factor de que no emiten Gases de Efecto Invernadero (GEI).

placeholder Diagrama del funcionamiento de una bomba de calor.
Diagrama del funcionamiento de una bomba de calor.

Y es que "la aerotermia es más eficiente que la caldera de gas más avanzada", señalan fuentes de Foro Mercado Libre, think tank que aboga por electrificar los sistemas de calentamiento y refrigeración en nuestro país: "El recurso económico de los estados es limitado y tiene que concentrarse en medidas tecnológicas de descarbonización directa que ya existen; y no en soluciones contaminantes intermedias que alimentan el círculo vicioso".

Por ello, "no sustituir calderas fósiles por electricidad implica que las calderas nuevas sigan emitiendo CO2 durante años y obligará a otros sectores a seguir incrementando sus esfuerzos para compensar sus emisiones y los objetivos de renovables, algo que se puede evitar". En su opinión, "en un momento en el que el compromiso contra el cambio climático y la sostenibilidad de las economías es inequívoco, la necesidad de una transición energética, rápida, eficiente y económica se ha convertido en una obligación para las economías avanzadas".

2.- Sostenibilidad. A finales del año pasado, Red Eléctrica informó de que la electricidad generada a través de energías renovables ya era mayoritaria en España y, además, era superior a toda la producida el año anterior. Optar por la electricidad de las bombas, por tanto, es una opción más sostenible. Por otro lado, los cálculos de IDAE estiman que las bombas de calor permiten que el 56,8% de la energía del sector del comercio y servicios, el 24,9% de la del industrial y el 18,3% de la del residencial sea renovable. Además, las bombas de calor ya son el octavo sistema que más energía de este tipo consume en España, según Eurostat.

3.- Adiós (progresivo) a las calderas. El 14 de marzo de 2023, la Unión Europea firmó el certificado de defunción progresiva de las calderas. En su plan para hacer más eficientes los edificios, establece que, para 2035, las calderas de gas y diésel sean historia en todo el territorio europeo. Pero los plazos, en algunos detalles, son incluso más repentinos: desde este 2024, ya no hay subvenciones dirigidas a las comunidades de vecinos que empleen calderas. Y para 2028, los nuevos edificios en construcción tendrán prohibido optar por este sistema.

Ya lo hemos visto. En nuestro país, las calderas de gas siguen siendo la tecnología predominante para calentar los hogares y empresas de todo tipo, pero este sistema está viendo por el retrovisor a las bombas de calor, que para muchos se perfilan como una mejor opción a corto, medio y largo plazo.

¿Cómo calientan los españoles sus casas? Según la Encuesta de Características Esenciales de la Población y Viviendas, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 80,6% tenía en 2021 algún tipo de calefacción en su vivienda. Dentro de ese margen, el 40,3% recurre al gas natural, el 34,1% a la electricidad, el 13,4% al petróleo y sus derivados y el 12,1 a otras formas de calentamiento. Es cierto que, en este sentido, hay diferencias territoriales, ya que el gas suele ser predominante en el centro y norte del país, mientras que en el sur, donde menos calefacción hay, se suele optar por métodos eléctricos como la bomba de calor.

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