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La desidia institucional está acabando con el Mar Menor
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Un espacio natural acosado

La desidia institucional está acabando con el Mar Menor

Continúa el nuevo episodio de mortandad masiva de peces ante la falta de voluntad política para actuar contra las verdaderas causas de la contaminación

Foto: Retirada de peces muertos en el Mar Menor. (Reuters)
Retirada de peces muertos en el Mar Menor. (Reuters)

Permitir el estado de degradación que sufre el Mar Menor es una de las mayores traiciones de las instituciones hacia nuestro patrimonio natural. Una vergüenza que solo se explica desde el analfabetismo medioambiental y la falta de sensibilidad de la clase política hacia la naturaleza.

Lejos de ser un espacio natural debidamente protegido y custodiado por las autoridades, un lugar admirado y respetado por todos, este auténtico tesoro de la naturaleza europea, la mayor laguna costera de agua salada (albufera) del continente, presenta un estado de conservación lamentable que, ahora sí, parece estar llegando al límite.

"Esta vez está siendo mucho peor que en 2019, cuando la DANA: ahora los daños son irreparables y van a ir a peor"

Las imágenes de los peces muertos flotando de nuevo en las orillas de la laguna han vuelto a ocupar estos días las portadas de todos los informativos y las redes sociales. Nada nuevo en el lamentable historial de episodios de alta contaminación que viene sufriendo este malogrado humedal murciano, pero si desesperante por advertido y denunciado.

Agresiones sin respuesta

A lo largo de los últimos años, los grupos ecologistas y las plataformas ciudadanas del Mar Menor vienen señalando que los constantes vertidos tóxicos procedentes de la agricultura intensiva y la minería, de las aguas residuales mal tratadas o del vaciado de las sentinas de las embarcaciones están provocando la eutrofización de la laguna y la desaparición del 80% de su vegetación subacuática, que acogía y daba sustento a una rica biodiversidad.

Foto: La eutrofización de los lagos (como el de la imagen, el canal St. Lucie de Florida en EEUU) libera a la atmósfera metano. EFE

Los científicos vienen avisando de que, si no se toman medidas correctoras urgentes, el Mar Menor acabará convirtiéndose en un desierto inundado, una gigantesca sopera de caldo verdoso, cada vez más espeso e inerte por la carencia de oxígeno y las emanaciones de sulfídrico. Ahí está el informe del Colegio de Biólogos de la Región de Murcia: riguroso, solemne, tan contundente como incontestable.

Más allá de las imágenes de los vecinos recogiendo con sus cubos y capazos los centenares de miles de peces muertos de las orillas, lo que angustia y resta esperanza es el vaticinio de la ciencia. Un pronóstico ante el que los expertos coinciden en elevar una sola instancia: acción conjunta e inmediata.

placeholder Los peces muertos vuelven a cubrir las orillas del Mar Menor. (Reuters)
Los peces muertos vuelven a cubrir las orillas del Mar Menor. (Reuters)

Las administraciones central y autonómica conocen perfectamente las causas que están provocando la muerte por envenenamiento y asfixia del Mar Menor: las malas prácticas de la agroindustria en el Campo de Cartagena, los constantes vertidos tóxicos a la laguna, la descontrolada especulación urbanística y el deficiente (cuando no ausente) tratamiento de las aguas residuales y la proliferación y masificación de puertos deportivos, entre otras.

El Gobierno autonómico tiene la mayor parte de competencias para resolver la situación. La carta de emplazamiento de la Unión Europea para que el Reino de España cumpliera con la Directiva de Nitratos en el campo de Cartagena exigía la actuación inmediata del Gobierno de Murcia, que pese a declararla zona contaminada no intervino al respecto.

Foto: Una trabajadora del campo recoge bayas en La Redondela, Huelva. (Getty)

Tanto el Gobierno murciano como la Confederación Hidrológica del Segura son plenamente conscientes de que en el campo de Cartagena se están pasando fincas de secano a regadío de manera ilegal: hasta 8.500 hectáreas, según los últimos cálculos del ministerio. Y, sin embargo, no fue hasta la semana pasada, con la laguna cubierta de peces muertos y las fotos de denuncia circulando por todo el mundo, cuando el Gobierno autonómico anunció que iba a empezar las actuaciones al respecto.

La culpa es del otro

Tras años de inacción, de mirar a otro lado pese a gobernar juntos a nivel autonómico y estatal, el Gobierno murciano reconoce ahora que la situación del Mar Menor es crítica y lanza sus acusaciones al ministerio parapetándose en la falta de competencias.

placeholder Protesta ciudadana en defensa del humedal. (EFE)
Protesta ciudadana en defensa del humedal. (EFE)

Nada de actuar contra los regadíos ilegales. Nada de promover la necesaria e inevitable transición del Campo de Cartagena hacia una agricultura sostenible. Nada de aumentar la vigilancia y control para evitar los vertidos tóxicos. Nada de retirar las construcciones ilegales de las zonas de inundación o los espacios protegidos, nada de poner orden en las actividades náuticas ni de aplicar los protocolos de seguridad necesarios para prevenir los episodios de contaminación.

Hace unos meses tuve ocasión de recorrer el Mar Menor junto a uno de sus principales defensores, Pedro García, director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), entidad que hace ahora 20 años exactamente presentó la primera denuncia ante la UE por la situación de deterioro que sufría el Mar Menor.

placeholder Pedro García, director de ANSE, mostrando peces recogidos en la orilla del Mar Menor. (EFE)
Pedro García, director de ANSE, mostrando peces recogidos en la orilla del Mar Menor. (EFE)

Desde entonces, esta organización ha centrado buena parte de su labor en el estudio y la conservación de la laguna y su entorno, denunciando los episodios de mortandad de peces, pero también identificando y proponiendo a las administraciones (ambas) las medidas de rescate que serían necesarias para frenar los daños y restaurar su patrimonio natural. Pero las medidas han sido en su mayor parte ignoradas. Hasta ahora. Ahora todo son prisas e intereses.

Los daños van a peor

“Esta vez está siendo mucho peor que en 2019, cuando la DANA —me cuenta Pedro García en conversación telefónica— y lo que ha pasado ya no tiene solución, es más: los daños son irreparables y van a ir a peor en los próximos días”. Las fuentes oficiales cifran el volumen de peces muertos recogidos estos días en alrededor de cuatro toneladas y media, “pero es posible que esas cifras se queden muy cortas cuando el episodio acabe”, me apunta Pedro.

Foto: Limpieza del Mar Menor en Los Urrutias. (EFE)

En su opinión la solución pasa por que los políticos se involucren de una vez por todas y decidan actuar de manera conjunta. “Los órganos de participación deben ser compartidos”, señala el director de ANSE; en caso contrario, la laguna seguirá convirtiéndose en una balsa de nitratos.

“Es como si tuvieras una piscina —me señala— y le fueras echando abono: cada vez más y más. Si a eso añades las altas temperaturas, llega un momento en que el sistema colapsa”. Y entonces es cuando los peces muertos salen a la superficie y a las portadas, cuando el 'hashtag' #SOSMarMenor se convierte en tendencia y cuando los políticos se llevan las manos a la cabeza y prometen actuar. Bueno, no todos. Algunos en el PP han decidido optar por bañarse en sus aguas para demostrar que todo lo que estamos conociendo es un montaje y que en realidad “el Mar Menor está mejor que nunca”.

Permitir el estado de degradación que sufre el Mar Menor es una de las mayores traiciones de las instituciones hacia nuestro patrimonio natural. Una vergüenza que solo se explica desde el analfabetismo medioambiental y la falta de sensibilidad de la clase política hacia la naturaleza.

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