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¿Los chicles son biodegradables?
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¿Los chicles son biodegradables?

Cuántos de nosotros habremos pasado horas mascando este particular dulce... Pero, ¿masticar chicle es una opción sostenible a día de hoy? ¿Es biodegradable o perjudicial para el medio ambiente?

Foto: La 'Pared del Chicle' en Seattle. Un mosaico de plásticos de un solo uso. (Unsplash)
La 'Pared del Chicle' en Seattle. Un mosaico de plásticos de un solo uso. (Unsplash)

Ya sea que te guste masticar chicle para refrescar el aliento al mediodía, para calmar el hambre mientras llega la hora de comer o, si eres más joven, para ver quién puede hacer estallar la burbuja más grande en las horas de recreo o descanso, el acto de masticar chicle es un hábito diario para muchas personas (y no, no perjudica la mandíbula si se hace de forma moderada). Pero, ¿qué pasa cuando terminas de masticarlo y lo tiras? Por desgracia, el 80-90% de la goma de mascar o chicle no se desecha adecuadamente. Acaba normalmente pegada al suelo, en las aceras y carreteras y es una de las formas más habituales de basura en nuestras calles, como las colillas de los cigarrillos.

Teniendo en cuenta que no es realmente comida y que cada vez estamos teniendo más cuidado con los productos que utilizamos, en aras de proteger un poco más el medio ambiente, seguro que te has preguntado, ¿es biodegradable el chicle? ¿Qué pasa con él cuando lo tiramos a la calle?

"La mayoría de las personas no sabe que el chicle normal está hecho de plástico de un solo uso y no es compostable"

Está con nosotros desde el siglo XIX (gracias al científico e inventor estadounidense Thomas Adams), aunque es desde el siglo XX, justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando los químicos aprendieron a fabricar caucho sintético cuya goma, el acetato de polivinilo, empezó a reemplazar la savia de chicle natural en los chicles convencionales. Le añadieron edulcorantes, aromatizantes y suavizantes que consiguieron una mejor textura que hizo las delicias del público. Con el paso de los años, se ha convertido en una golosina habitual en nuestros bolsos y bolsillos.

¿Es biodegradable?

Pero ni el caucho natural ni el sintético son tolerables o degradados de forma natural en nuestro sistema digestivo, de ahí que se recomiende no tragárselo. Lo mismo ocurre con el medio ambiente. El chicle no es biodegradable porque está compuesto de polímeros que son los que aportan al chicle su capacidad para estirarse. Lo que conocemos como 'goma base' puede incluir cualquiera de los 46 productos aprobados por la FDA, incluidos plásticos, látex natural, caucho sintético, pegamento para madera, aceite vegetal y talco. Así que no, al incluir plásticos, el chicle se convierte en un material no biodegradable.

Se desconoce cuánto tiempo tarda el plástico inmerso en el chicle en biodegradarse, pero por ejemplo, el polímero de caucho butílico, que suele utilizarse para este fin, también se usa para fabricar neumáticos de caucho. Y no, no se biodegrada.

placeholder Iniciativa contra los chicles mal desechados en Quito. (EFE)
Iniciativa contra los chicles mal desechados en Quito. (EFE)

Además, la producción del chicle también conlleva consecuencias medioambientales. Sin ir más lejos, muchos de los ingredientes de los chicles están hechos de petróleo, un combustible fósil que contribuye a la contaminación del agua, la contaminación del aire y daño a la tierra. También es un problema en forma de basura una vez nos deshacemos de ellos. La mayoría de los chicles que desechamos acaban en el suelo o quedan adheridas a alguna superficie, por lo que miles de kilogramos de chicle acaban en el flujo de basura cada año.

Ni qué decir de su impacto en el mundo animal. Muchas veces los animales -terrestres y marinos- consumen por error, creyendo que es comida, los chicles que tiramos y, en algunas ocasiones, envenenan a quienes los ingieren por ciertas toxinas, como ftalatos, tanto ftalato de dibutilo (DBP) como ftalato de dietilhexilo (DEHP), o acaban atascando sus sistemas digestivos, provocándoles la muerte en ambos casos.

¿Reciclar el chicle usado?

Están surgiendo iniciativas para reciclar los chicles que todos nos hemos encontrado durante años en aceras, calles y hasta en las playas. Como la de la empresa Gumdrop, cuyo cometido es procesar el chicle y transformarlo en nuevos compuestos que se pueden utilizar en la industria del caucho y los plásticos y dándole una segunda oportunidad en el mercado.

¿No hay chicles biodegradables?

Existen unas cuantas iniciativas. Este mismo año, en 2021, se ha presentado una empresa, Nuud, que fabrica un chicle a base de plantas (empleando la savia de árbol recolectada de forma sostenible y que permite que el chicle se biodegrade como si fuera una cáscara de plátano), libre de plástico, y que ya está disponible en las tiendas Waitrose en todo el Reino Unido. La idea es ofrecer una alternativa natural y sostenible, pues el chicle Nuud tampoco contiene azúcar; está endulzado de forma natural con xilitol, y lo comercializan en dos sabores: menta y hierbabuena.

Foto: Proceso de fabricación del nuevo material, la 'seda de araña vegana'. Xampla

"La mayoría de las personas no sabe que el chicle normal está hecho de plástico de un solo uso y no es compostable", recuerda Keir Carnie, fundador de Nuud.

También existen otras alternativas, como Chicza Gum, elaborada por una comunidad nativa conocida como Consorcio Chiclero, que cosecha el chicle directamente de árboles chicozapote de 300 años en la selva maya (cuyo chicle es biodegradable, vegano y orgánico), o Simply Gum, una empresa con sede en la ciudad de Nueva York, que fabrica su chicle utilizando solo glicerina vegetal, azúcar sin refinar, harina de arroz orgánica y saborizantes naturales. También es biodegradable.

Ya sea que te guste masticar chicle para refrescar el aliento al mediodía, para calmar el hambre mientras llega la hora de comer o, si eres más joven, para ver quién puede hacer estallar la burbuja más grande en las horas de recreo o descanso, el acto de masticar chicle es un hábito diario para muchas personas (y no, no perjudica la mandíbula si se hace de forma moderada). Pero, ¿qué pasa cuando terminas de masticarlo y lo tiras? Por desgracia, el 80-90% de la goma de mascar o chicle no se desecha adecuadamente. Acaba normalmente pegada al suelo, en las aceras y carreteras y es una de las formas más habituales de basura en nuestras calles, como las colillas de los cigarrillos.

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