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Cuando ganar la Lotería es un problema: ¿qué pasa si una pareja agraciada se separa?
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Cuando ganar la Lotería es un problema: ¿qué pasa si una pareja agraciada se separa?

Ganar el Gordo puede convertirse en un 'regalo envenenado' que destruya parejas, amistades y familias si no se toman las precauciones adecuadas

Foto: Ganadora de la Lotería de Navidad en 2014. (Archivo - EFE/Javier Fuentes)
Ganadora de la Lotería de Navidad en 2014. (Archivo - EFE/Javier Fuentes)

Hay pocos españoles que no sueñen con ganar la Lotería de Navidad, como demuestra el hecho de que un 75% de la población adulta juega algún décimo o participación en el sorteo que cada 22 de diciembre se celebra en el Teatro Real. Sin embargo, que caiga un premio no siempre es motivo de celebración y, a veces, es un 'regalo envenenado' que crea conflictos entre familiares, amigos o conocidos imposibles de curarse con dinero.

¿Qué ocurre, por ejemplo, si una pareja compra un décimo a medias y se separa antes de la rifa o momentos antes de cobrar el premio? ¿A quién le correspondería el montante? ¿Puede reclamar la otra persona si uno de los dos integrantes ha pagado a solas el décimo y se queda el dinero? En primer lugar, hay que tener en cuenta el estado civil de los agraciados, según recuerda el servicio de asesoría jurídica Legálitas.

Si se trata de personas no casadas que hayan adquirido un boleto entre ambas, las reglas serán las mismas que cuando se comparte con un familiar, amigo o conocido. En estos casos, se debe tener en cuenta que tan solo quien tenga el décimo físico puede ser tratado como poseedor del mismo a la hora de cobrarlo, de tal manera que si uno de los dos miembros de la pareja no tiene nada que acredite su participación no tendrá derecho a reclamar su parte correspondiente del premio.

Foto: Daniel Pérez Palau. (Cedida)

Por ello, es conveniente justificar por escrito que el décimo pertenece a varias personas antes de que se celebre el sorteo y especificar, también, el porcentaje del premio que correspondería a cada uno en función de su aporte. Los participantes deberán firmar dicho documento e incluir una fotocopia del DNI. Otra opción es firmar el reverso del décimo y compartir imágenes entre todos los jugadores, de manera que se pueda aportar como prueba ante un eventual conflicto. En cualquier caso, es conveniente que haya testigos directos que puedan dar fe de que el décimo se juega entre varias personas.

Si se trata de personas no casadas, habrá que tomar las mismas precauciones que cuando se comparte décimo con familiares o amigos

Tomando estas precauciones, no importa que la pareja se separe o que uno de los dos miembros sufra un arrebato de codicia y decida acaparar todo el dinero. Si la otra persona puede justificar que contribuyó a pagar el décimo, no importa que no tenga físicamente el billete, puesto que podrá demostrar que tiene derecho a cobrar una parte en función del porcentaje aportado.

Cuando se trata de un matrimonio, hay algunos otros factores a tener en cuenta. Si los dos cónyuges compran el décimo a medias, la situación es la misma que la mencionada anteriormente; es decir, bastaría con tomar las precauciones adecuadas para evitar conflictos sobre la correspondencia del premio. Ahora bien, ¿qué ocurre si uno de ellos compra un décimo por su cuenta? ¿El premio se considera un bien ganancial (compartido por el matrimonio) o privativo (exclusivo para uno de los cónyuges)?

Si hay régimen de separación de bienes, las ganancias obtenidas por el premio pertenecerán al cónyuge que realizó la compra del décimo

"Debemos atender al régimen económico matrimonial que rige el matrimonio", explican desde Legálitas. "Si fuese en separación de bienes, las ganancias obtenidas por el premio pertenecerán, de forma privativa, al cónyuge que realizó la compra del décimo premiado. No obstante, si el décimo fue comprado por ambos cónyuges, les corresponderá, de forma privativa, a los dos en el porcentaje correspondiente. Por el contrario, si el matrimonio está casado en régimen de sociedad de gananciales, el Código Civil establece de forma expresa que las ganancias obtenidas constante el matrimonio formarán parte de la sociedad de gananciales, independientemente de la procedencia del dinero con la que se adquirió el décimo", ahondan.

¿Qué pasa si me estoy divorciando?

La situación se complica más aún si un matrimonio está en proceso de divorcio. "Nuestro Código Civil establece que la sociedad ganancial se disuelve en el momento en el que se decreta el divorcio y, por tanto, puede considerarse que el décimo premiado es ganancial", aclara Legáltas. En otras palabras, si en un matrimonio sin separación de bienes el divorcio aún no se ha efectuado, el premio sería para los dos.

No obstante, el Tribunal Supremo ha establecido, a través de diversas sentencias, la posibilidad de retrotraer la fecha de disolución de la sociedad ganancial al momento de la separación de hecho, de tal manera que la persona agraciada tendrá la posibilidad de demostrar que cuando compró el décimo ya estaban separados. Para ello, deberá acreditar que antes de esas fechas existía un cese efectivo de la convivencia conyugal y una voluntad de poner fin a la sociedad de gananciales, sin que ninguna de las dos partes actuara de forma que provocara la confusión del patrimonio.

Foto: Imagen: Irene de Pablo.
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"Será el cónyuge que ha adquirido el décimo quien deba acreditar que se cumplen las condiciones expuestas anteriormente a los efectos de considerar que el premio obtenido es privativo suyo. En todo caso, esta cuestión será discutida en el procedimiento de liquidación de la sociedad de gananciales en su fase de formación de inventario, pero, en ningún caso, en el procedimiento de divorcio", valoran los expertos.

¿Y si no he pagado mi parte del décimo?

Quienes comparten décimos de manera habitual, bien sea con su pareja, con amigos, peñas o equipos deportivos, pueden vivir una situación delicada si un año cae premio y no se ha pagado la parte correspondiente del décimo. En un primer supuesto, en el que ese décimo o la participación no le han sido entregados porque no abonó el dinero, no podrá realizar reclamación alguna, independientemente de que sea habitual comprador.

Sin embargo, se puede dar el caso de que esta persona forme parte de un grupo de amigos y que los décimos que se adquieren se compartan siempre, a través de WhatsApp, correo electrónico o fotocopias; esto es, que aparezca como adquiriente de ese décimo, con independencia de que en ese momento lo haya abonado o no. En este caso, podría plantearse una reclamación judicial del importe del premio por el décimo afortunado. Habría que presentar las pruebas que demuestren la voluntad de compartirlo, así como la relación de confianza y la habitualidad, pero mejor abonarlo a tiempo y no arriesgarse, ya que, puesto en manos del juzgado, el resultado no deja de ser incierto.

He perdido mi décimo. ¿Qué hago?

Que una persona se encuentre un décimo que alguien ha perdido puede parecer un golpe de suerte, pero es una mala idea si ese número está premiado y su legítimo propietario lo reclama. Como se ha mencionado anteriormente, el portador de un boleto es quien tiene derecho a cobrar las ganancias en caso de que toque. Eso sí, quedarse con un décimo extraviado y solicitar el premio supone incurrir en un delito de apropiación indebida, tal y como dispone el artículo 254 del Código Penal, que castiga con multa de tres a seis meses, con cuota diaria de dos a 400 euros, a quien se apropie de una cosa mueble ajena.

Para que la denuncia por apropiación indebida tenga éxito, lo primero que se debe hacer es acreditar ser el titular del décimo extraviado. "Es fundamental dejar constancia de la titularidad, documentando todo lo más posible haciendo, por ejemplo, fotos al décimo comprado, capturas de pantalla de todas las gestiones realizadas para la compra 'online', anotar todos los datos del mismo como número, serie o fracción, guardando los mails o WhatsApp en los que se indique qué décimo y qué participación tiene en el mismo cada uno de los que lo compartan si se diera el caso, para así poder identificar el décimo ante las autoridades a la hora de poner la denuncia explicando los hechos con todo lujo de detalles", señala Legálitas.

"Es fundamental dejar constancia de la titularidad, con fotos al décimo, capturas de pantalla, correos o mensajes de WhatsApp"

Si el décimo hubiese sido robado, deberá interponerse la correspondiente denuncia en la comisaría de Policía Nacional más próxima, puesto de la Guardia Civil o en el juzgado de instrucción de guardia, explicando los hechos ocurridos y aportando copia de todas las pruebas que se haya podido recabar. Después de denunciar, se deberá avisar por escrito a la Asesoría Jurídica de Loterías y Apuestas del Estado para que nadie pueda cobrar el premio. Si el premio superase los 5.000 euros, será posible pedir al juzgado una orden judicial para que se paralice el pago. Concedida la orden, se deberá presentar copia de la denuncia y de la orden judicial en una Administración de Loterías.

En aquellos casos en los que el décimo premiado resultara dañado, habrá que dirigirse a una administración de lotería y cumplimentar la documentación pertinente para acreditar ser su legítimo titular. Loterías y Apuestas del Estado enviará a su vez el décimo a la Casa de la Moneda y Timbre, donde expertos lo analizarán para acreditar su autenticidad y enviarán un informe a Loterías y Apuestas del Estado, que, basándose en dicho informe, decidirá si finalmente paga el premio.

Hay pocos españoles que no sueñen con ganar la Lotería de Navidad, como demuestra el hecho de que un 75% de la población adulta juega algún décimo o participación en el sorteo que cada 22 de diciembre se celebra en el Teatro Real. Sin embargo, que caiga un premio no siempre es motivo de celebración y, a veces, es un 'regalo envenenado' que crea conflictos entre familiares, amigos o conocidos imposibles de curarse con dinero.

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