Casi la mitad de los abogados ganan menos de 40.000 euros de media al año

La realidad de los abogados en Madrid es muy distinta a la de los abogados de los grandes bufetes. Aunque todos viven situaciones similares en cuanto a conciliación de su trabajo con la vida personal, en ámbitos salariales la historia es otra. Casi la mitad de los abogados de Madrid y los colegiados al Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ganan menos de 40.000 euros de media al año, suma que no llega a alcanzar el salario base de un júnior de primer año de grandes bufetes nacionales e internacionales como Pérez-Llorca, Garrigues, Cuatrecasas, Uría Menéndez, Gómez-Acebo & Pombo o los del Magic Circle que tienen como promedio los 46.000 euros para un abogado que recién ingresa al bufete.

Estas son las cifras que desvela el I Estudio sobre la situación de la abogacía madrileña realizado por el Colegio de Abogados de Madrid junto a la empresa de análisis GAD3, donde ofrecen una visión detallada de la vida profesional de los cerca de 75.000 abogados que conforman la entidad. A modo general, se analizan diferentes ámbitos de la abogacía y uno de ellos es el salario que obtienen los profesionales. Aunque sigue siendo un monto alto comparado con otras profesiones, el abogado colegiado del ICAM, y los letrados madrileños, tiene unos ingresos medios de 45.700 euros brutos al año, mientras que el 52% de ellos se sitúan en rangos de ingresos superiores a 40.000 euros brutos al año.

El informe lo divide en tres categorías principales: colegiados del ICAM, ejerciente y abogado joven. En este sentido, solo el 24% de los colegiados consiguen un salario mayor a 70.000 euros al año. Los más jóvenes (que son considerados los menores de 35 años), se concentran en la media de 20.000 y 30.000 euros, y tan solo el 9% de ellos podría llegar a ganar el máximo estimado en el estudio. El dilema radica cuando se compara por edad, donde, por ejemplo, los abogados ejercientes de 65 o más años ganan una media de 46.700 euros.

Esta semana, El Confidencial adelantaba que el bufete liderado por Pedro Pérez-Llorca subía hasta los 46.000 euros la retribución de primer año, lo que generaba más competencia y tensión dentro del sector de la abogacía de los negocios, mientras que, en paralelo, muchos de los bufetes presentes en el país barajan congelar los salarios ante las malas perspectivas para 2024. En este sentido, y según las estadísticas entregadas por el ICAM comparadas con lo que gana un júnior de un gran bufete, los mayores de 65 años ganarían 700 euros más que ellos.

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Despacho vs. empresa

El estudio también intenta dimensionar esta situación, porque refleja que, dentro de la gran variedad que existe en la profesión, existe un denominador común: la mayoría de los colegiados en el ICAM ejercen la abogacía en un despacho (el 65%), otro 19% de los abogados son de empresa, un 8% trabaja en la función pública y el 4% se dedica a la docencia o a la investigación. Aun así, el pluriempleo está muy presente en la profesión, con un 6% trabajando en más de una posición al mismo tiempo. Los colegiados de empresa son quienes más ganan, de media, unos 55.300 euros brutos anuales, seguidos por aquellos que trabajan en un organismo público con 46.000 euros brutos anuales, y, en tercera posición, los que trabajan en despachos, que alcanzan los 43.600 euros al año.

También hay saltos significativos según la dimensión del despacho en el que se trabaje: los abogados ejercientes de despachos grandes son quienes más cobran, de media, 57.000 euros brutos al año. En despacho mediano/pequeño alcanza los 47.300 euros, entre tanto los pequeños llegan a los 44.400 euros. Luego baja de forma significativa a los 33.500 euros si se trata de un despacho unipersonal. A diferencia del mencionado abogado de empresa que supera los 50.000 euros de promedio.

Contrariamente a la media, los abogados júniors, especialmente los menores de 35 años, tienden a inclinarse hacia el empleo asalariado, lo que sugiere un cambio en la tendencia laboral. Siete de cada 10 abogados jóvenes trabajan como asalariados (72%). Aunque el salario medio del abogado joven es de unos 35.000 euros brutos anuales, hay una notable diferencia según dónde ejerza la profesión: así, los abogados jóvenes que trabajan como abogados de empresa o en despachos grandes consiguen unos ingresos casi un 40% superiores, alcanzando los 43.300 euros de media. En el otro extremo se encuentran los jóvenes profesionales que ejercen en despachos medianos o pequeños, con unos ingresos medios de 27.900 euros al año, o en despachos unipersonales, con 23.900 euros brutos al año.

En la presentación del estudio, el presidente de GAD3, Narciso Michavila, comentó que cada vez hay más abogados asalariados y menos autónomos, "por lo que pierdes ingresos y libertad, pero ganas seguridad y estabilidad. En cuanto a la escala de ingresos, estos que mencionamos, además, son ingresos que luego tienen que tributar, por lo que no lo podemos comparar con el salario bruto del asalariado. Estamos hablando también de una profesión que lleva una educación muy elaborada para atrás y, si vamos a autónomos y con estudios superiores en profesiones liberales, están en la media, pero trabajando muchas más horas", sentenció Michavila. Aun así, el porcentaje de letrados que trabaja como autónomo sigue siendo muy alto: para el 68% de los abogados ejercientes y entre los mayores de 65 años, la situación laboral habitual es trabajar de esta forma, son los jóvenes los que llegan a cambiar la tendencia actualmente.

Conciliación: ¿puedo tener vida?

Además, a todos estos factores que diferencian a los grandes bufetes de la media general de los abogados, un 52% de los abogados del ICAM en Madrid declara tener algún tipo de dificultad a la hora de conciliar su trabajo con la vida personal, y en el caso de las mujeres aumenta hasta el 58%. Respecto a las principales razones que dificultan la conciliación entre la vida personal y laboral, las personas encuestadas señalan la excesiva carga de trabajo, la duración de la jornada laboral y la dificultad para establecer límites y desconectar. Los hombres destacan la extensión de la jornada laboral en mayor medida que las mujeres.

Las abogadas ponen más el foco en la falta de apoyo de políticas públicas que ayuden a la conciliación. Las mayores distancias respecto del resto de grupos entre los abogados jóvenes se dan en relación con la extensión de la jornada laboral y la falta de medidas de flexibilidad relativas al lugar de trabajo. Los jóvenes de 18 a 35 años son a los que más les cuesta pensar en tener vida personal coordinada con lo laboral (26%), seguido de los letrados de 36-45 años con un 24%. A diferencia de los mayores de 65 años, que solo un 3% de ellos piensa que hay dificultades para conciliar.

En este sentido, el decano del ICAM, Eugenio Ribón, señala la necesidad de “apoyo a la abogacía joven. Los jóvenes abogados enfrentan desafíos únicos como la precariedad laboral y la dificultad en la captación de clientes. Esto indica la necesidad de programas de mentoría, oportunidades de networking y soporte en el desarrollo de habilidades comerciales y profesionales”. Ribón también comenta que hay una proporción considerable de abogados que lucha por equilibrar el trabajo y la vida personal, por lo que "esto sugiere la necesidad" de crear políticas y prácticas que promuevan un mejor equilibrio, como puede ser tener horarios más flexibles, soporte para el cuidado de los niños y ancianos, una cultura laboral más comprensiva y, sobre todo, "normas que garanticen que los profesionales de la abogacía no estén sujetos a plazos improrrogables independientemente de su situación", señala.