Mal en redes, peor en SEO y SEM: los bufetes aún desdeñan internet como fuente de negocio

La generación de clientes es el gran dolor de cabeza de muchos abogados y despachos que viven con auténtica ansiedad la situación de comprobar que se agotan los asuntos en curso sin que suene el teléfono con nuevas consultas o propuestas. Sin embargo, no existe una única fórmula para ser considerado un gran generador o un letrado muy comercial. Algunos lo basan en su capacidad relacional, otros en su ámbito o grado de especialización, aunque también los hay con una intuición especial para anticiparse a las oportunidades. Sin embargo, no todos pueden presumir de estas cualidades y el estrés que crea la necesidad de estar permanentemente captando nuevos clientes es una queja recurrente en muchos profesionales.

Por ello, resulta sorprendente que haya tantos bufetes y abogados que no estén exprimiendo todas las oportunidades de negocio que les brinda internet, tal y como refleja la segunda edición del informe Radiografía de la transformación digital en los despachos. El documento, elaborado por El Confidencial y la consultora LOIS, señala algunos avances respecto del anterior estudio, de 2021, pero también muestra importantes campos de mejora en relación con el universo digital, tanto en lo que respecta a la generación de contenidos, como en los canales de comunicación con clientes o potenciales clientes, así como en lo relativo a la adopción de técnicas de posicionamiento en la red.

En su conjunto, el sector legal obtiene una calificación de un 5,2 sobre 10 puntos en presencia digital, una décima menos que en 2021, lo cual indica que, si bien no se ha empeorado, tampoco se ha mejorado. Se trata, eso sí, del segundo de los siete indicadores evaluados en el informe en el que mejor calificación logran las firmas, solo por detrás del de tecnología. [Puede acceder al documento pinchando aquí o en el siguiente visor]

Los pequeños, los más atrasados

Por tamaños de los despachos, los pequeños son los que peor situación presentan —siguen sin llegar al aprobado—, siendo los medianos los que más han progresado en los dos últimos años. Aquellos con entre 21 y 50 profesionales, de hecho, se plantan en el terreno del notable con un 7,5 de puntuación. Los grandes bufetes registran un importante bajón, aunque ello debe haberse producido antes por un cambio en las entidades con las que se ha elaborado la muestra, habiendo entrado algunas en una situación más precaria que la saliente.

En lo que respecta a técnicas como el SEO —la optimización de los motores de búsqueda en internet— o el SEM —campañas de pago para incrementar la visibilidad en buscadores—, el informe indica que se ha reducido el desconocimiento que tenían los bufetes respecto de las mismas y que, en concreto, en la segunda de ellas, se ha duplicado el número de firmas que las han contratado. Sin embargo, su uso sigue siendo muy reducido. Es significativo que tres de cada cuatro despachos de entre uno y seis abogados no sepan o no lleven a cabo ninguna de las dos técnicas, pues se trata de las firmas que, por la tipología de los asuntos a los que se dedican y el perfil de cliente que los busca, probablemente encontrarían mayores oportunidades en la red.

En el conjunto de las firmas, es llamativo que casi la mitad, o bien no tenga una página web corporativa (el 17%), o bien no cuente con métricas para calcular las visitas que recibe (el 30%). La ausencia de presencia en internet es equiparable a la inexistencia ante muchos usuarios que acuden a la red para obtener o contrastar información. Carecer de mediciones sobre la interacción de los usuarios es prescindir de una importante fuente de información para conocer sus necesidades o los atractivos que encuentran en el propio portal corporativo.

En este contexto no sorprende conocer que uno de cada tres despachos no captan ninguna oportunidad de negocio a través de internet y otro tercio genera una cada tres o cuatro meses. Solo el 15% afirma que su presencia digital les aporta más de un potencial cliente a la semana.

En relación con la presencia en redes sociales y la gestión de la comunidad de seguidores del bufete, a pesar de que la situación de las firmas más pequeñas pueda resultar preocupante, lo cierto es que el informe señala que aquellas de uno a cinco abogados han incrementado un 30% su presencia en estos canales de comunicación e interacción. También han mejorado los despachos de entre seis y 10 profesionales, que han visto como los que tienen entre 1.000 y 5.000 seguidores son un 18% más.

Por último, cabe destacar la escasa utilización de espacios de creación de contenidos propios como los blogs. El 36% de los bufetes afirma no contar con él y el 28%, a pesar de tenerlo, señala que no ha actualizado su contenido en los últimos tres meses, lo cual indica un importante grado de abandono. Quienes publican contenido semanal son el 13% y los que lo hacen de forma mensual el 15%.