Gómez-Acebo lanza su propia filial 'low cost' para el trabajo de bajo valor añadido

Gómez-Acebo & Pombo se suma a la tendencia de constituir una filial low cost para que asuma el trabajo menos rentable; una medida que, en España, puso en marcha el año pasado Cuatrecasas y que, fuera de nuestro país, ha anunciado recientemente Linklaters. Este ALSP —proveedor alternativo de servicios legales, por sus siglas en inglés—, sin embargo, será una unidad de trabajo ubicada dentro de la estructura del despacho, y no una sociedad o un equipo externo independiente, según ha podido confirmar El Confidencial.

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Un elemento esencial para comprender la función que cumplirá la filial de Gómez-Acebo es que no ofrecerá servicios al mercado, sino que actuará como un proveedor interno al que el despacho derivará el trabajo recurrente o de menor valor añadido. De este modo, al igual que sucede con Rauda ALSP de Cuatrecasas, el bufete no se presentará ante sus clientes con dos marcas, una sofisticada y otra low cost. El objetivo del bufete, como explicó en una entrevista en El Confidencial su socio director, Íñigo Erláiz, es ser la referencia en España y Portugal de los asuntos de máxima calidad y, en este sentido, lanzar una marca blanca introduciría confusión en esa meta. Ahora bien, dentro del trabajo más sofisticado existen tareas repetitivas o commoditizadas de las que el despacho pretende liberar a sus asociados de carrera.

Fuentes de Gómez-Acebo explican que son dos las razones que les han empujado a crear su estructura low cost. En primer lugar, para poderle derivar el trabajo recurrente y de escaso valor añadido, y así poder enfocar a sus abogados de carrera en las tareas más complejas y más sofisticadas dentro de los asuntos. Una medida que se enmarca dentro de los distintos proyectos puestos en marcha por la firma para mejorar la satisfacción y las condiciones de sus profesionales, más allá de las alzas retributivas. "La estructura y los equipos del bufete están diseñados para el trabajo de alto valor añadido y no queremos que nuestros abogados inviertan su tiempo en tareas que no respondan a dicha premisa", señalan desde la organización.

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En segundo término, la creación de la filial también forma parte de las medidas aprobadas por la firma para ganar en eficiencia y productividad, pues contar con una estructura interna más flexible y de un menor coste se traduce en un mejor servicio al cliente y a un precio más competitivo. Por su organización y plantilla, su ALSP está preparada para resolver de forma más rápida y eficaz las tareas de menor valor y, además, sus horas de trabajo son más baratas, lo cual también tendrá un reflejo en la factura que se cobra al cliente. "En Gómez-Acebo no hemos querido trasladar todo el impacto de la inflación a nuestros honorarios, por lo que hemos desarrollado medidas para mejorar en eficiencia y productividad", señaló Erlaiz en su conversación con este diario. Una de esas mejoras era esta estructura.

Asimismo, contar con una filial low cost interna también permite a los bufetes atender aquellos asuntos de menor valor que, si bien no encajan con el perfil de trabajo al que se enfocan —y, por tanto, no les resultan rentables—, son peticiones de clientes a las que difícilmente pueden decir no. Tejer una relación de estrecha confianza y garantizar la satisfacción de los buenos clientes, o los de larga duración, también conlleva este tipo de peajes.

Distintos modelos de ALSP

El modelo diseñado por Gómez-Acebo & Pombo tiene similitudes y diferencias con Rauda ALSP de Cuatrecasas, en funcionamiento desde febrero de 2022. Se asemejan en que se trata de una filial que solo prestará servicios a la firma y no al mercado, pero se distinguen en que Cuatrecasas optó por constituir una sociedad independiente y crear una organización separada del bufete; no comparten ni espacio físico ni hay circulación de profesionales entre una estructura y otra.

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Quienes sí han optado por crear marcas que capten en el mercado el trabajo de menor valor añadido son los bufetes anglosajones. Es el caso de Linklaters, que hace unas semanas lanzó Limitless, firma que pone a disposición de los clientes "soluciones integradas" y de alta especialización, con ahorro de tiempo y mayor eficiencia, y fórmulas de pricing innovadoras, explicó el despacho. Esta filial ofrecerá servicios de trabajo masivo y de bajo coste, como la realización de due diligences, e-discovery u otras tareas que impliquen el manejo de gran cantidad de documentación.

Antes que Linklaters, otros despachos ya contaban con este tipo de marcas blancas o unidades internas para el trabajo low cost como Allen & Overy, con su centro en Belfast y que forma parte de su gama de servicios Advanced Delivery; Eversheds con Konexo, o Ashurst con Ashurst Advance. Otros bufetes han optado por lanzar ALSP propios que ofrecen fuerza laboral flexible a bajo coste, como también tiene Allen & Overy a través de Peerpoint. Con estas estructuras, los grandes bufetes pretenden responder a la amenaza que ya suponen los ALSP internos, unas firmas que cada vez están acaparando una mayor porción de la tarta del negocio jurídico. Según el último informe de Thomson Reuters al respecto, la cifra de facturación de estos proveedores superó ya los 20.000 millones de dólares en 2021.