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Una de cada cuatro empresas ve probable cambiar de despacho en el próximo año
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Los 'in house' ponen deberes a las firmas

Una de cada cuatro empresas ve probable cambiar de despacho en el próximo año

La intención de los 'in house' de cambiar de bufete aumenta respecto a 2020. ¿El motivo? La necesidad de que las firmas integren la tecnología en su servicio y ofrezcan precios más competitivos

Foto: Solo el 30% de los 'in house' está muy satisfecho, mientras que la mayoría tiene una actitud neutra o está moderadamente contenta.
Solo el 30% de los 'in house' está muy satisfecho, mientras que la mayoría tiene una actitud neutra o está moderadamente contenta.
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Los bufetes aún tienen un largo camino por recorrer para adaptarse a las necesidades de sus clientes. La pandemia ha incrementado las exigencias de las empresas sobre sus departamentos jurídicos, que han tenido que adaptarse a una mayor carga de trabajo y a unos presupuestos cada vez más limitados. Los 'in house' trasladan estas presiones a las firmas, y les piden precios más competitivos y una mayor eficiencia a través de la tecnología. Se trata, no obstante, de un reto para el que los despachos parecen no estar del todo preparados: tan solo uno de cada tres abogados de empresa dice estar "muy satisfecho" con el servicio que externaliza, mientras que la mayoría se siente moderadamente contento o tiene una opinión neutra.

Esta insatisfacción ha provocado que cada vez más 'in house' se planteen cambiar de bufete. Así, mientras que el año pasado tan solo el 13% de las asesorías jurídicas veía probable cambiar de proveedor, en 2021 la cifra aumentó hasta el 24%. Según revela el informe 'El abogado del futuro 2021', elaborado por Wolters Kluwer, la falta de satisfacción se debe en gran medida a que existe un vacío entre las expectativas del cliente y lo que el bufete realmente le ofrece. Así, mientras que ocho de cada 10 asesorías jurídicas consideran muy relevante el uso de la tecnología, tan solo el 30% piensa que su firma cumple con esta característica. De igual forma, la eficiencia y la productividad son cruciales para la mayoría de los abogados de empresa, pero poco más de un cuarto, el 29%, cree que estos elementos describen muy bien a su despacho.

La macroencuesta, realizada en marzo de este año y que recoge la opinión de 700 profesionales jurídicos de Estados Unidos y nueve países europeos (entre ellos, España), señala el precio como otro de los factores que explican este descontento. En este sentido, apenas uno de cada cuatro abogados internos cree que su despacho le ofrece una buena relación calidad-precio. Un porcentaje que, según el informe, allana el camino de los proveedores de servicios jurídicos alternativos (o ALSP, por sus siglas en inglés), que ofrecen tarifas más bajas y pueden resultar opciones especialmente atractivas para las compañías.

Pero no solo eso. El informe advierte a los despachos de que, si no consiguen seguir el ritmo de cambio y adaptarse a las expectativas de sus clientes, corren el riesgo de perder negocio porque serán o bien sustituidos por otras firmas, o bien la propia asesoría asumirá internamente el trabajo que externalizaba para ahorrar costes.

Tecnología y especialización

Entre los factores que más tienen en cuenta los departamentos legales de las empresas, destaca la habilidad de utilizar tecnología para mejorar la productividad. Así, la inmensa mayoría de los departamentos legales (el 91%) piden o piensan preguntar a los bufetes que les describan la tecnología que utilizan para ser más productivos y eficientes antes de contratarlos. Esto supone un salto de 10 puntos desde el año pasado, cuando los 'in house' interesados en esta cuestión eran el 81%.

Foto: Un estudiante de la Universidad de Harvard. (Reuters)

En segundo lugar se encuentra la especialización, seguida del precio, la habilidad para entender las necesidades de los clientes, la existencia de modelos de cobro alternativos y, por último, la capacidad de innovación. De este modo, las cuestiones económicas han ganado peso en las decisiones de los 'in house', ya que en la encuesta del año se encontraban en la cola de factores a valorar. En este ámbito, también parece existir una brecha en el entendimiento, ya que los despachos creen que el elemento más valorado a la hora de elegir con quién externalizar es la habilidad de entendimiento, seguida de la especialización. Según ellos, la tecnología ocupa el tercer lugar, y el precio, el cuarto.

El efecto covid: pérdidas y más tecnología

Por otro lado, el informe pone de manifiesto el enorme impacto que ha supuesto la pandemia para los despachos. Para muchos profesionales, 2020 pasó rápidamente de ser un año donde el objetivo era hacer crecer el negocio a lograr la supervivencia. Y eso se notó. Los abogados indican que la presión aumentó en los últimos 16 meses y el 40% confiesa haber sufrido pérdidas. Uno de cada tres, en cambio, reportó beneficios, y un porcentaje similar cosechó una facturación parecida a las de periodos anteriores.

Foto: Foto: iStock.

Aunque el porcentaje de afectados es significativo, la situación de los bufetes no es ni de lejos tan drástica como en otros sectores, donde la inmensa mayoría tuvieron que apretarse el cinturón y las pérdidas fueron generalizadas en todas las empresas. El motivo es el propio modelo de trabajo de los despachos, que prestan servicios cíclicos (operaciones de M&A, salidas a bolsa, etc.) y contracícliclos (reestructuraciones de plantillas, concurso de acreedores), por lo que capean con mayor facilidad los periodos de crisis económicas. A pesar de ello, los letrados son algo pesimistas con las previsiones a futuro, y la mitad no cree que el negocio vuelva a los niveles anteriores a la pandemia hasta 2022.

La tecnología, por su parte, también ha tenido un papel protagonista en el último año. Especialmente, cuando el confinamiento envió a los profesionales a sus casas, lejos de la oficina, enfrentándoles al reto de interactuar a distancia con clientes, compañeros y tribunales. Así, nueve de cada 10 organizaciones consideran que ha sido importante o esencial para prestar su servicio en el último año y medio. En la misma línea, más de la mitad indica que aumentará su inversión en 'software' y otras soluciones digitales. Unos datos que, según el informe, confirman que los profesionales ven la transformación digital y la tecnología "como un motor clave para mejorar el rendimiento, la eficiencia y la productividad en el futuro".

Los bufetes aún tienen un largo camino por recorrer para adaptarse a las necesidades de sus clientes. La pandemia ha incrementado las exigencias de las empresas sobre sus departamentos jurídicos, que han tenido que adaptarse a una mayor carga de trabajo y a unos presupuestos cada vez más limitados. Los 'in house' trasladan estas presiones a las firmas, y les piden precios más competitivos y una mayor eficiencia a través de la tecnología. Se trata, no obstante, de un reto para el que los despachos parecen no estar del todo preparados: tan solo uno de cada tres abogados de empresa dice estar "muy satisfecho" con el servicio que externaliza, mientras que la mayoría se siente moderadamente contento o tiene una opinión neutra.

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