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Los expertos alertan: "Una nueva moratoria concursal destruirá empresas masivamente"
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El plazo irá más allá del 14 de marzo

Los expertos alertan: "Una nueva moratoria concursal destruirá empresas masivamente"

Pronostican que la prórroga de la suspensión desincentivará que compañías viables pero en apuros adopten medidas cuando aún están a tiempo y, así, acabarán devoradas por las deudas

Foto: Imagen de un comercio en liquidación en Granada. (EFE)
Imagen de un comercio en liquidación en Granada. (EFE)

Prorrogar la moratoria concursal es un error. El diagnóstico es prácticamente unánime entre los especialistas en el derecho de insolvencias, que creen que el Gobierno envía el mensaje equivocado a un sinfín de compañías en apuros que, esperando, no harán más que empeorar su situación, hasta el punto de volverla irreversible. La noticia de que el Ejecutivo tiene decidido alargar el plazo más allá del 14 de marzo (probablemente hasta alrededor del 30 de junio), adelantada esta semana por El Confidencial, ha caído como un jarro de agua fría entre muchos de estos profesionales, que auguran que tendrá el efecto contrario al deseado. “Provocará la destrucción masiva de mucho tejido empresarial”, vaticina Alejandro Rey Suañez, abogado experto en reestructuraciones.

“Parece que no hemos aprendido de los errores”, agrega, en la misma línea, Armando Betancor, ‘of counsel’ de la firma especialista Kepler Karst, que sostiene que retrasar la fecha originará un ‘efecto relax’ sobre las compañías, que, sin presión, dilatarán la toma de decisiones aunque ya tengan el agua al cuello. Pero, en una situación crítica, advierte Davinia Sánchez, socia del mismo bufete, “el tiempo es oro”. En muchas ocasiones, expone la letrada, la diferencia entre salir a flote o hundirse depende de escasos meses o, incluso, semanas. Por ello, su recomendación es seguir la regla del ‘cuanto antes mejor’ y acudir a un especialista que analice qué instrumentos concursales o preconcursales son los idóneos para abordar el problema.

Foto: La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. (EFE)

Los especialistas señalan varios procedimientos en los que una rápida actuación ha permitido salvar gran parte del negocio, como los casos de Dentix, Elsamex o Scytl. En todos esos casos, una buena parte de los activos de las compañías ha sido adquirida por un comprador con la aspiración de continuar el negocio.

“Nuestra legislación de insolvencias ofrece resortes de reestructuración y refinanciación que deberían haber sido puestos en consideración y en valía. Sin embargo, la idea que cala en el tejido empresarial es la invitación a no acudir al procedimiento concursal, pues nada bueno se podrá obtener allí”, resume Rey Suañez. Un mensaje que, además, refuerza la tendencia de los empresarios a retrasar la apertura del procedimiento y que explica por qué casi el 90% de los concursos que se inician en España acaba en liquidación. Al entrar tan tarde, la sociedad ya ha consumido sus recursos y le resulta imposible recuperar una situación de viabilidad. Al contrario de lo que suele decirse, en estos casos, el que resiste no gana.

"Hacer descender los concursos impidiendo su presentación es como pretender bajar el índice de contagios prohibiendo que se vaya al hospital"

Pero no se trata solo de la opinión de los letrados. La idea de que cuanto antes se actúe, más probabilidades hay de garantizar la supervivencia empresarial la comparten organismos como la OCDE, el Banco de España y las instituciones europeas. De hecho, ese espíritu es el que inspira la Directiva Europea sobre Reestructuración e Insolvencia aprobada en junio de 2019 y que España debe transponer antes del 17 de julio de 2021. Una norma que obligará a revisar el Libro II del Texto Refundido de la Ley Concursal, para incorporar algunas de las soluciones preconcursales que buscan ofrecer nuevos instrumentos a las compañías para garantizar su viabilidad.

“Habría sido una muy buena noticia que, en vez de dar una patada hacia adelante a la moratoria, se hubiera hecho coincidir su final con una reforma de la ley que incorporara los mecanismos alternativos de refinanciación y reestructuración que introduce la directiva”, reflexiona Blas A. González, exmagistrado de lo Mercantil y socio director del bufete Blas A. González. La situación actual, en cambio, resulta “muy frustrante”, porque se ha optado por esconder el problema en vez de solucionarlo. “Hacer descender los concursos impidiendo su presentación en el juzgado es como pretender bajar los índices de contagios prohibiendo que los enfermos vayan a los hospitales”, ejemplifica.

Empresas zombi

La extensión de la prórroga no solo tendrá el efecto negativo de desincentivar que actúen las empresas en apuros pero viables, sino que también multiplicará el número de empresas zombi en el tejido productivo español. “La moratoria tiene sentido para las empresas que pueden salvarse. Pero con las que no, lo mejor es que acudan a una liquidación ordenada y se cierren provocando la menor pérdida posible en sus acreedores. Es mucho más conveniente que dejar que los zombis vaguen por el ecosistema empresarial”, describe Blas A. González.

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Miriam Magdalena, socia de Toda & Nel-lo, aporta otra circunstancia que, en su opinión, debe valorarse a la hora de decidir si conviene esperar. “A día de hoy, la justicia está colapsada, pero los procedimientos avanzan. Si todas las compañías deciden aguardar y las solicitudes de declaración de concurso se instan en el mismo momento, el sistema judicial se acabará de atascar y no habrá posibilidad de movimiento ni salida. Eso también es algo a valorar”.

Prorrogar la moratoria concursal es un error. El diagnóstico es prácticamente unánime entre los especialistas en el derecho de insolvencias, que creen que el Gobierno envía el mensaje equivocado a un sinfín de compañías en apuros que, esperando, no harán más que empeorar su situación, hasta el punto de volverla irreversible. La noticia de que el Ejecutivo tiene decidido alargar el plazo más allá del 14 de marzo (probablemente hasta alrededor del 30 de junio), adelantada esta semana por El Confidencial, ha caído como un jarro de agua fría entre muchos de estos profesionales, que auguran que tendrá el efecto contrario al deseado. “Provocará la destrucción masiva de mucho tejido empresarial”, vaticina Alejandro Rey Suañez, abogado experto en reestructuraciones.

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