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Fiebre inversora en la plaza de Colón: el gran espacio gastro de Madrid cambia sus fogones
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Fiebre inversora en la plaza de Colón: el gran espacio gastro de Madrid cambia sus fogones

Los dueños de Platea Madrid llevan meses cocinando a fuego lento el alquiler y venta de este espacio gastronómico, una operación que está a punto de cristalizar con un grupo mexicano

Foto: Vista aérea de la plaza de Colón. (Reuters/Guillermo Martínez)
Vista aérea de la plaza de Colón. (Reuters/Guillermo Martínez)
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Sube la temperatura en la madrileña plaza de Colón, una de las estampas más reconocidas de toda la geografía española, donde Mutua Madrileña y Garrigues acaban de cerrar una de las operaciones inmobiliarias más importantes de los últimos años, con el alquiler de las famosas Torres Colón.

Al otro lado de la plaza, en los números 5 y 7 de la calle Goya, lleva meses cocinándose otra importante jugada empresarial: el cambio de fogones de Platea, el mayor espacio de restauración y ocio del centro de Madrid, por cuyas cocinas han pasado estrellas Michelín como Paco Roncero, Ramón Freixá, Pepe Solla y Marcos Morán.

Tritón Capital, dueño de este espacio de 5.800 metros cuadrados y con capacidad para acoger a 1.100 personas, lleva desde el pasado verano negociando tanto un nuevo alquiler como la venta de Platea con diferentes interesados, según han confirmado varias fuentes conocedoras. Y el primer objetivo parece que ya lo ha conseguido.

Este vehículo de inversión, detrás del cual están conocidas familias empresarias como García Baquero, Mahou o Aguinaga, está en avanzadas conversaciones con Grupo Mandala, gigante que bien podría definirse como Grupo Paraguas en México, al ser el mayor creador de experiencias culinarias y de ocio en su país, donde cuenta con 45 marcas y más de un centenar de restaurantes.

Foto: platea-el-nuevo-escenario-gastronomico-de-madrid
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El empresario Herminio García Baquero es quien ha liderado toda la operación. Su hoja de ruta ha ido dirigida a cerrar un alquiler por encima de los dos millones de euros y, con este acuerdo bajo el brazo, poder salir al mercado a encontrar un comprador dispuesto a poner sobre la mesa los cerca de 60 millones de euros que aspira conseguir. Un importe que viene condicionado por el elevado desembolso que han hecho los actuales propietarios en los antiguos cines Carlos III.

Esta cifra es la suma del importe que Tritón puso sobre la mesa en 2011 para hacerse con el espacio y la millonaria reforma que llevó a cabo para convertirlo en referente de la restauración y los eventos corporativos. Una arriesgada apuesta que, además, ha pasado por diferentes etapas, no todas igual de exitosas, lo que también ha provocado diferentes sensaciones entre el núcleo empresarial.

placeholder Imagen interior de Platea Madrid. (EFE/Fernando Alvarado)
Imagen interior de Platea Madrid. (EFE/Fernando Alvarado)

Cuando esta galería gastronómica abrió sus puertas en 2014, tuvo un éxito inmediato, con el espacio siempre lleno y la caja a rebosar. Pero se trató de una estrella fugaz y, apenas dos años después, llegó la primera crisis, cuando los chefs Roncero, Morán y Solla se desvincularon del proyecto. Tritón empezó a apostar entonces con fuerza por los eventos corporativos, que se han convertido en uno de los puntos fuertes del negocio.

Con sus picos y valles, el proyecto fue madurando y dando entrada a nuevas apuestas, como show-cooking, alquiler temporal para producciones audiovisuales y espectáculos que durante años permitieron alcanzar interesantes cifras. Hasta que el estallido de la pandemia del covid-19 echó por tierra todo lo conseguido y terminó de romper las costuras del núcleo accionarial, que apostó hace un año por cambiar de rumbo.

Foto: Restaurante Rosa Negra.

El momento también acompaña. Al auge de la restauración que vive la capital se ha unido la profunda metamorfosis que está viviendo la plaza de Colón, con la restauración integral de sus famosas torres, el desembarco de CaixaBank con el nuevo edificio Axis, obra del arquitecto Norman Foster, o la próxima rehabilitación de la antigua sede de Banco Madrid, que ha sido adquirida por GPF Capital.

Suma y sigue, porque en un radio inferior a un kilómetro, entre el paseo de la Castellana y la calle Velázquez, en pleno corazón del barrio de Salamanca, tienen puestos sus manteles los templos de la restauración Zuma, Amazónico o Jöel Robuchon, y ultima abrir su puertas Castellana 8, la nueva apuesta de Grupo Sounds, dueño de Vandido, Fitz o Bonded.

También fue a pocos metros de Platea, en el número 4 de Castellana, donde otro referente de la cocina mexicana, el Grupo Rosa Negra, abrió por primera vez sus puertas en Madrid con el restaurante Chambao. Una primera aventura que va acompañada de un plan de crecimiento y que, si se cumplen las apuestas, rivalizará a partir de ahora con Mandala.

Sube la temperatura en la madrileña plaza de Colón, una de las estampas más reconocidas de toda la geografía española, donde Mutua Madrileña y Garrigues acaban de cerrar una de las operaciones inmobiliarias más importantes de los últimos años, con el alquiler de las famosas Torres Colón.

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