El euríbor supera el 3,6% por primera vez desde 2008 y asfixia aún más a los hipotecados

Las malas noticias no cesan, mes tras mes, para aquellos hipotecados a tipo variable en nuestro país. El euríbor cerró el mes de enero en el 3,33% y este miércoles supera el 3,6% al situarse sobre el 3,625%, máximos desde diciembre de 2008, dejando la media mensual provisional de este mes a las puertas del 3,5%. Así, los hipotecados sufrirán una nueva subida en la cuota que pagan aquellos que tengan que revisarla con el cierre de este mes.

Los que optaran por comprar un activo inmobiliario y se hipotecaran sufrirán las consecuencias, sobre todo si les toca este mes la revisión. Por ejemplo, aquellos que suscribieran una variable por 180.000 euros a 25 años, con un diferencial de euríbor +1%, pasarán de pagar una cuota de unos 650 euros alrededor de 1.000 euros. Es decir, sufrirán un incremento de unos 350 euros al mes.

Las previsiones, para lamento de los hipotecados, no son nada halagüeñas. Los expertos de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) prevén que el euríbor prosiga al alza durante los próximos meses y se mantenga en estos niveles (3,51%) a cierre de año. Algo más optimistas para el interés de los que compraron una vivienda son en CaixaBank Research, que prevé que cierre 2023 el euríbor a 12 meses en el 3,44%, cayendo hasta el 2,56% en el próximo curso.

De hecho, estas previsiones podrían sufrir revisiones al alza. ¿El motivo? Diferentes miembros del Banco Central Europeo (BCE) han señalado que las subidas de los tipos de interés no cesarán hasta que se logre estabilizar la inflación. Su presidenta, Christine Lagarde, advirtió hace una semana en el Parlamento Europeo de que la actividad económica seguirá "débil" y confirmó que subirá otro medio punto los tipos de interés en su reunión de marzo para intentar doblegar la inflación y, después, le tocará "evaluar la senda posterior de la política monetaria".

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Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, también alertó de que las ayudas contra la inflación emprendidas por distintos gobiernos en su lucha avivan el riesgo de que suba el euríbor. Su argumento se fundamenta en que la autoridad monetaria tiene que hacer todo lo posible para contener el episodio inflacionista, tanto en intensidad como en duración. Y, si se ponen en marcha medidas fiscales que provocan más inflación o alargan esta crisis, la respuesta del BCE será una política contractiva aún más intensa.

El euríbor ha escalado con fuerza durante los últimos meses tras el cambio de hoja de ruta del BCE para combatir la inflación. Así, y tras la irrupción de la guerra de Rusia en Ucrania, los precios se dispararon en Europa y Christine Lagarde decidió combatir dicho repunte incrementando los tipos de interés en julio desde el 0% hasta el 0,5%. En sus dos próximas reuniones, dichos aumentos fueron más fuertes, del 0,5% al 1,25% y del 1,25% al 2% para, posteriormente, aplicar otras dos subidas de más de 50 puntos básicos y situar el precio del dinero en el 3%.