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Candidatos amarrateguis: por qué ni el PNV ni Bildu van a hacer ruido en la campaña de las vascas
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Candidatos amarrateguis: por qué ni el PNV ni Bildu van a hacer ruido en la campaña de las vascas

La Asamblea Nacional del PNV designa a Imanol Pradales candidato a lendakari. Su nombramiento y el de Pello Otxandiano (Bildu) responde a una apuesta conservadora

Foto: Imanol Pradales se dirige a los 2.500 afiliados que asistieron a su proclamación. (Europa Press)
Imanol Pradales se dirige a los 2.500 afiliados que asistieron a su proclamación. (Europa Press)
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Imanol Pradales, candidato del PNV a las elecciones vascas, y Pello Otxandiano, cabeza de cartel de Bildu, tienen muchas cosas en común. Los dos representan un cambio de ciclo, son el relevo generacional en el que los dos principales partidos vascos han depositado su futuro. Y aunque su designación abre un nuevo ciclo político, son una apuesta conservadora. Candidatos amarrateguis, serios, con un punto gris, la misión del primero es contener el desgaste que han acusado las siglas jeltzales en las dos últimas citas con las urnas, las municipales del 28-M y las generales del 23-J; el segundo, con el viento de cola a su favor, no tiene más que seguir la inercia que empuja a la coalición abertzale desde que abrazó el pragmatismo.

"En ambos casos, el objetivo ha sido poner a una persona que no haga ruido y que sea transparente. A través de ellos ves el partido. Pardales no aporta nada nuevo al PNV y Otxandiano, lo mismo", explica el sociólogo Imanol Zubero. Las dos fuerzas encaran unas elecciones ―todavía sin fecha, aunque previsiblemente se celebrarán en abril― reñidas, y en las que la teoría apunta a que la mejor estrategia es no hacer ruido para no romper nada, según considera Zubero. "Si hubieran optado por una mujer, o por una persona procedente de algún movimiento social, eso podría haber aportado novedad y una ampliación de sus respectivos espacios electorales, pero también ruido", apunta el especialista.

Pradales (Santurtzi, 1975) fue proclamado este sábado candidato a lendakari por la Asamblea Nacional del PNV y su perfil responde, según explicó el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, al "retrato robot" que el partido había esbozado para afrontar las tres próximas legislaturas, consciente de la necesidad de un cambio de rostro. "Responde a una generación más joven que la que yo represento, alguien con experiencia contrastada, en política y en gestión, alguien que sepa moverse en el ámbito internacional, plurilingüe y que tenga conocimiento de la política institucional y de partido", defendió Ortuzar en una entrevista en Radio Euskadi tras el convulso fin de semana de noviembre en el que se precipitó el anuncio de que el lendakari, Íñigo Urkullu, no repetiría, y la formación se vio obligada a responder a la contra con la designación del todavía diputado de Infraestructuras de Bizkaia.

Pero fundamentalmente, como remarcó este sábado el presidente de los jeltzales, Pradales es el "nuevo eslabón de la cadena Aguirre-Leizaola-Garaikoetxea-Ardanza-Ibarretxe-Urkullu". El elegido para la "sucesión". El candidato transmite una imagen muy similar a la de su predecesor: seriedad y gestión. Es la versión 2.0 del actual lendakari y que resume a la perfección el mantra que esbozó Ortuzar ante los 2.500 afiliados que asistieron a la proclamación del candidato: "No somos ni de parálisis, ni de revoluciones, lo nuestro es la evolución, para seguir avanzando como país y mejorando como sociedad". El propio Pradales tampoco dejó espacio a la duda, reivindicó los valores que encarna el PNV de trabajo, disciplina y compromiso, y aseguró estar preparado para continuar el camino emprendido por el partido hace 128 años, el de "la construcción de la nación vasca".

Foto: Imanol Pradales, durante el acto de presentación de su candidatura. (Europa Press)

Tanto el PNV como Bildu, aunque con algún sobresalto, "han controlado sus respectivos relevos", apunta Braulio Gómez, director del Deustobarómetro. "No se ha producido una ruptura generacional que haya obligado a un cambio, son candidatos arropados, dirigidos, ahora empezaremos a ver su autonomía, pero han sido los herederos directos y señalados", remarca. Son las piezas de una “transición tranquila”, añade Zubero. Y aunque el PNV perdió el control del proceso de designación cuando El Correo reveló que Urkullu no volvería a ser candidato, provocando un terremoto en el seno del partido y en la política vasca, una vez extinguido el fuego, todo ha vuelto a su cauce.

El acto de proclamación de Pradales sirvió fundamentalmente para esbozar las coordenadas vitales de un candidato conocido en Bizkaia, donde es el diputado de Infraestructuras, pero una incógnita para el resto de Euskadi. Pradales, como relató él mismo, procede de una familia humilde y trabajadora, con raíces en Burgos. "En casa nunca tuvimos demasiado, pero éramos felices", precisó y recordó cómo la crisis de los 80 golpeó a su padre, que se quedó en paro, y su madre cuidaba de él y de sus otros hermanos mientras fregaba escaleras. Si pudo estudiar en la universidad fue gracias a la indemnización que recibió uno de sus abuelos tras haber luchado en la Guerra Civil en el bando perdedor.

"El espacio de Bildu cada vez es más grande, pero no es un partido transversal", dice una politóloga

La historia vital de Otxandiano (Otxandio, 1983) también pasa por la Guerra Civil. Dos abuelos y un bisabuelo fueron víctimas de los bombardeos de la Legión Cóndor. Familiar de Juan de Ajuriaguerra, el presidente del PNV en el exilio, su designación responde a la culminación de la estrategia pragmática que Bildu emprendió en 2019 y de la que es su principal ideólogo. "Es un hombre de Sortu [la matriz de Bildu], con mucha experiencia interna. Hasta ahora ha trabajado fundamentalmente en el mundo de las ideas, de los programas, de la estrategia del partido. Y su marca es esa, no la de una persona carismática o cercana", describe Gómez. Si hasta ahora Pradales había permanecido en la retaguardia, a la espera de que el PNV concluyese formalmente el proceso de designación de candidato, Otxandiano ya lleva varias entrevistas como candidato y ha dejado varios titulares. El primero, un ofrecimiento al PNV para permitir que gobierne la lista más votada, el segundo, polémico, cuando aseguró que "ETA ya ha asumido toda su responsabilidad política" y las que todavía no se han ausmido "son las del terrorismo de Estado y las de la tortura".

La lucha por la transversalidad

Uno de los factores que marcarán las elecciones vascas será la capacidad de Pradales y Otxandiano por atraer votantes de otros partidos. Lo más probable es que Bildu absorba gran parte del electorado de Podemos, lo que contribuirá al crecimiento de la coalición y a esa senda ascendente por la que ha transitado las últimas elecciones. La transversalidad siempre ha sido uno de los atributos del PNV, pero ahora también la izquierda abertzale planta batalla en este terreno, aunque con peros.

Foto: Pello Otxandiano (i) y Arnaldo Otegi en una imagen de archivo. (Europa Press/Unanue)

"El espacio de Bildu cada vez es más grande, pero no es un partido transversal", apunta la politóloga Eva Silván. La estrategia pragmática ha ayudado a la izquierda radical a situarse en un espacio al que antes no podía aspirar, según coinciden Silván y Gómez, pero todavía queda camino por recorrer. Aunque "el fenómeno Podemos en Euskadi enseñó a Bildu que existía un sujeto político al que podía aspirar con un cambio de discurso", explica la politóloga, todavía es el PNV, con sus diferentes almas, la liberal, la socialdemócrata, la conservadora, el que mejor situado está para abarcar un mayor número de votantes.

Las fuentes consultadas consideran que para que se produzca el anunciado sorpaso de Bildu haría falta algo más. Es obvio que las siglas del PNV arrastran cierto desgaste, pero "no hay una enmienda a la totalidad. De hecho, en Euskadi se valora positivamente la situación política y económica actual", apunta Gómez. La imagen de Otxandiano "no se corresponde con la de un líder que viene a solucionar un gran problema. Es un deseo de cambio que igual tarda más tiempo y se produce dentro de cuatro años. Representa un cambio tranquilo, que puede esperar", destaca el director del Deustobarómetro. Tampoco cree en el sorpasso Zubero. Bildu (21 escaños actualmente), está convencido, subirá, pero no superará al PNV (41), que podrá volver a gobernar con el PSOE (10).

Imanol Pradales, candidato del PNV a las elecciones vascas, y Pello Otxandiano, cabeza de cartel de Bildu, tienen muchas cosas en común. Los dos representan un cambio de ciclo, son el relevo generacional en el que los dos principales partidos vascos han depositado su futuro. Y aunque su designación abre un nuevo ciclo político, son una apuesta conservadora. Candidatos amarrateguis, serios, con un punto gris, la misión del primero es contener el desgaste que han acusado las siglas jeltzales en las dos últimas citas con las urnas, las municipales del 28-M y las generales del 23-J; el segundo, con el viento de cola a su favor, no tiene más que seguir la inercia que empuja a la coalición abertzale desde que abrazó el pragmatismo.

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