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Laguardia, la 'aldea gala' del PP vasco que se resiste a caer: "Aquí se vota a la persona"
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EL NACIONALISMO ASPIRA A LLEGAR A LA ALCALDÍA

Laguardia, la 'aldea gala' del PP vasco que se resiste a caer: "Aquí se vota a la persona"

Ni la debacle del PP en el conjunto de España ni el histórico varapalo sufrido por el partido en el País Vasco han logrado descabalgar al partido del liderazgo en la capital de La Rioja Alavesa

Foto: Un cartel a la entrada del casco histórico de Laguardia da la bienvenida a uno de los pueblos más bonitos de España. (J. M. A.)
Un cartel a la entrada del casco histórico de Laguardia da la bienvenida a uno de los pueblos más bonitos de España. (J. M. A.)

Ataviado con una llamativa camiseta negra que grita "independencia" con la firma de una ikurriña y una estelada, irrumpe en el local, se dirige a la zona de venta de periódicos, coge el diario 'Gara' y deja en el mostrador el dinero justo antes de enfilar el camino de salida sin mediar palabra de por medio. La silenciosa rutina de todos los días se rompe con una pregunta.

—¿Por qué cree que siempre gana las elecciones el PP?

Eso mismo me pregunto yo —responde casi sin dejar caer la pregunta.

Y el silencio se vuelve a imponer mientras se da la vuelta y su figura abandona el establecimiento.

Se entiendan o no las razones del porqué, la respuesta está interiorizada. Porque hace tiempo que en Laguardia, la capital de la Rioja Alavesa, dejaron de hacerse esta pregunta. Que el PP gane las elecciones forma parte de la fotografía de este municipio de 1.530 habitantes, es una realidad tan asentada como lo es que esta localidad es la Milla de Oro del vino, con el mayor número de bodegas de toda la Rioja Alavesa y de toda la Denominación de Origen calificada (DOCa) Rioja, con 57 (y subiendo).

Ni la debacle del PP en el conjunto de España en las elecciones generales ni el histórico varapalo sufrido por el partido en el País Vasco, donde se ha quedado sin representación en el Congreso de los Diputados por primera vez en la historia, han logrado descabalgar a las siglas populares del liderazgo en este municipio. Es la Milla de Oro del vino, pero también la 'aldea gala' del PP en el País Vasco que se resiste a claudicar a pesar de las bajas sumadas en la última batalla por la desastrosa campaña de Pablo Casado y la división del voto de la derecha —los apoyos se han reducido de 298 a 224 votos en relación a 2016—. "Yo pensaba que se iba a descolgar ante la caída generalizada en España, pero me he equivocado", confiesa un vecino.

Foto: Maroto y Casado, durante un mitin de campaña en Vitoria. (EFE)

Aunque no le ha faltado mucho para tener la razón porque el PP no ha sucumbido por un escaso margen de 12 votos ante el PNV, el único partido que ha sido capaz de quitar la Alcaldía a los populares, en la legislatura 2007-2011, gracias al apoyo de EA, el antiguo socio de los 'jeltzales' y hoy partido diluido dentro de la coalición EH Bildu. La única etapa del PNV en el poder dio paso a la mayoría absoluta del PP, que esta legislatura no ha gozado de esta privilegiada situación por tan solo tres votos en las elecciones de 2015.

Pero volvamos a la pregunta en mayúsculas. ¿Por qué siempre gana las elecciones el PP? "Aquí se vota a la persona". No hay dudas. La respuesta concita la mayoría absoluta. Las urnas dicen que la persona —del pueblo— está por encima de las siglas con independencia de las elecciones. "Son las personas", resuena en las calles una y otra vez. La persona y también, en gran modo, el peso del pasado, que tiene nombre de Javier Sampedro, el histórico alcalde que, valiéndose de su gran influencia política dentro del PP nacional, logró atraer importantes inversiones para el municipio, como la bodega Ysios diseñada por Santiago Calatrava. "Quienes votan al PP son más de Javier Sampedro que del PP. Los votos que tenía se han quedado por rutina", afirma Simón, un militante de EH Bildu.

Foto: La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y candidata del PP al Congreso, María del Mar Blanco. (EFE)

Frente al peso de la inercia que esgrime este 'abertzale', el alcalde de Laguardia, Pedro León, se sirve del valor de la gestión, que viene refrendada por los datos. Esos que dicen que en esta legislatura se ha logrado el mejor remanente de las últimas décadas, con 1,8 millones de euros, se han realizado inversiones por un total de 4,7 millones de euros, se ha incrementado un 36,4% el turismo, lo que ha posibilitado que la creación de empleo haya crecido un 4,7%. Y en materia vitivinícola, la rueda que mueve al pueblo, se han implantado dos bodegas privadas importantes, se han puesto en marcha cinco grandes proyectos y se han acometido más de una quincena de ampliaciones de renombre en el que es el municipio con mayor PIB per cápita de Rioja Alavesa. Además, precisa el alcalde con orgullo, está el reconocimiento como mejor municipio enoturístico de España en 2016, entre otras distinciones.

placeholder El alcalde de Laguardia en su despacho del ayuntamiento, donde es visible un retrato del lendakari Urkullu. (J.M.A.)
El alcalde de Laguardia en su despacho del ayuntamiento, donde es visible un retrato del lendakari Urkullu. (J.M.A.)

"La respuesta [a la ya sabida pregunta de por qué gana el PP] la tienes ahí en papel", afirma mientras apunta a un dosier con datos de la legislatura preparado 'ex profeso' para la ocasión. "El pueblo funciona muy bien", destaca. En su caso, es el peso de la gestión. En las hojas, queda reflejado, como bien remarca, la pésima herencia del PNV en la única legislatura que no gobernaron los populares pese a ser la fuerza más votada. "Dejó un remanente negativo de más de dos millones de euros", señala para poner de relieve el poder de las cifras. Y, en sintonía con el sentir de la ciudadanía, también está la importancia de la persona. "Estoy absolutamente convencido de que aquí se vota mucho a la persona y los del PP somos mejores representantes que los del PNV para el municipio. La gestión es más pulcra, de interés de pueblo", sentencia. No obstante, en su caso, no es propenso a colgarse medallas. "Si viene el viento a favor…", afirma para explicar la llegada de cuantiosas inversiones privadas al municipio en estos últimos años. "Ya lo decía mi abuelo: hay que regar cuando baja el agua", remarca como queriendo rehuir de personalismos.

Pero, lo quiera o no, Laguardia es "mucho de gente". Lo de que en Laguardia se vota a la persona, se escucha también con fuerza en el batzoki, la sede social del PNV, que no es ajena al ir y venir diario de turistas. "Hay que reconocer que, como embajador del pueblo, el alcalde es muy bueno. Se deja la piel por Laguardia", confiesa sin tapujos un simpatizante nacionalista. "Aquí hay mucho del PP. Es la realidad", expone un cliente. "Mucho facha querrás decir", surge una voz entre risas. "Nos hemos quitado de encima a Javier Maroto [no ha conseguido su escaño por Álava], pero con este [Pedro León] no hemos podido", se pronuncia un compañero de potes.

"Hay que reconocer que, como embajador del pueblo, el alcalde es muy bueno. Se deja la piel por Laguardia", confiesa un simpatizante nacionalista

Lo que no ha conseguido el nacionalismo, derrotar al alcalde, lo va a lograr el negocio familiar de León, que va a llevar al regidor a incumplir su propósito inicial de permanecer dos legislaturas en el ayuntamiento. "El mundo del vino tira mucho", se justifica. Eso y también que "a partir de ahora podré recuperar mi vida privada y tener vacaciones", bromea. En las próximas fechas, desde fuera del consistorio, él seguirá "mirando a las personas por encima de las siglas, de los colores políticos". Esta máxima, en su labor como alcalde, se ha traducido en una "colaboración sincera" con la oposición y una "intensa" relación institucional con el Gobierno vasco y la Diputación de Álava —gobernadas por el PNV y el PSE—, que "nos han apoyado mucho" sin mirar el color azul del Gobierno municipal.

placeholder Una pancarta a favor de la independencia y con un lazo amarillo cuelga de un balcón en Laguardia. (J. M. A.)
Una pancarta a favor de la independencia y con un lazo amarillo cuelga de un balcón en Laguardia. (J. M. A.)

Además de Laguardia, el PP también ha ganado por estrecho margen en Navaridas, un pequeño municipio situado a cinco kilómetros de apenas 200 habitantes, pero no así en la tercera localidad vasca donde gobierna —todas ellas pertenecientes a La Rioja Alavesa—, Baños de Ebro, donde el PNV ha logrado el sorpaso. Cuando se le pregunta por su valoración de los resultados del 28-A en el municipio, León pone más el foco en la pérdida de votos que en el hecho de haber salvado la quema, en especial por la cercanía de las elecciones municipales. "La pérdida de apoyos se debe mayoritariamente a que se ha repartido más el pastel", afirma para dar cuenta de la división del voto de la derecha. De la estrategia equivocada del partido a nivel nacional, de los errores de Casado, prefiere no opinar. Eso sí, se declara abiertamente 'sorayista', que en "sobradas ocasiones" ha demostrado su capacidad. No hacen falta más palabras.

Vox ha obtenido 45 votos en las generales y Ciudadanos ha logrado 35. "Quienes les han votado se van a dar cuenta de que han hecho el gilipollas", afirma, cabreado, un votante del PP. Lo dice con la mirada puesta en las municipales, en las que en Laguardia solo hay dos alternativas de poder: el PP o el nacionalismo. Porque el socialismo no está ni se le espera. El PSE ha duplicado sus votos el 28-A, situándose como tercera fuerza, pero a nivel municipal está desaparecido, ya que históricamente apenas concita el 4-5% de los votos en las elecciones municipales. "El PSE aquí no existe", constata el pueblo.

Solo hay dos alternativas de poder: el nacionalismo o el PP. El PSE apenas logra el 4-5% de los votos en las municipales (su último concejal data de 1991)

El último concejal socialista en el ayuntamiento fue en la legislatura 1991-1995. Y en esta presencia parece estar el principio del final del PSOE en este municipio. Entonces, el edil socialista tenía en sus manos decantar la balanza de la gobernabilidad del municipio hacia el PNV o el PP, y dio su apoyo a los populares frente al criterio de la dirección vasca. "La jodimos y el pueblo no ha vuelto a confiar más en el partido", habla alto y claro una de las personas que integraban la lista socialista, como número 4, para aquellas elecciones. No es solo su opinión, es el sentir generalizado de un pueblo que enterró al socialismo hace más de un cuarto de siglo —en las últimas municipales apenas lograron 38 votos—. "Ahí la fastidiaron", corrobora un veterano votante nacionalista.

De cara a las elecciones municipales del 26 de mayo, el PP aspira a mantener la tradición azul en el municipio de la mano de César García Olano, un joven que tiene sus propios viñedos y que esta legislatura ha ejercido de concejal de Agricultura. En el municipio nadie —o casi nadie— discute que los populares van a crecer en votos en relación a los resultados de las generales y que van a volver a ganar en las urnas. "Van a subir seguro", se señala de manera unánime. Ahora bien, la clave radica en el cuánto. Y a este cuánto se agarra el nacionalismo para confiar en su asalto a un ayuntamiento que en los últimos cuatro años ha estado conformado por cuatro concejales del PP, dos del PNV, otros tantos de EH Bildu y uno de Ciudadanos, si bien el edil de la formación naranja, el exintegrante del PP, José Antonio Mateo, se desvinculó del partido a mitad de legislatura para pasar a ser no adscrito.

Nadie (o casi nadie) discute que el PP va a crecer en votos y volver a ganar en las elecciones: la clave está en si será suficiente para mantener la Alcaldía

En el elegante 'batzoki' —nada que ver con las antiguas sedes sociales del PNV—, mientras se consume un vino, la clientela hace cábalas. "Esta vez el PP no lo va a lograr", asegura Simón mientras ojea los resultados de las pasadas elecciones apuntadas en el reverso de una papeleta electoral de EH Bildu. En las municipales de 2011 los populares lograron 519 votos —el 51% del total— y en las de hace cuatro años obtuvieron 375 —el 39,5%—, quedándose a las puertas de la mayoría absoluta. La última cita con las urnas les ha deparado 224 votos —el 24,4%—. El presente nada tiene que ver con aquel tiempo pasado en el que el PP contaba con una sede propia en Laguardia, y que fue visitada por José María Aznar, Rodrigo Rato o Jaime Mayor Oreja, entre otros líderes del partido. "El apoyo que tiene ahora el PP es calderilla", asevera este militante 'abertzale' convencido de que el crecimiento de los populares "no va a ser suficiente" para mantener la Alcaldía. También lo opina su compañero de poteo, que asiente con la cabeza. "Yo creo que el PP repetirá", suena una voz discordante con estas predicciones.

Con el PP en la pelea de recuperar el voto perdido, la batalla también está dentro del nacionalismo por el liderazgo de un municipio que está condenado a Logroño por proximidad y practicidad, y a Vitoria por familiaridad. En las pasadas municipales, el PNV obtuvo apenas 15 votos más que EH Bildu, que le ha ido comiendo terreno a la formación 'jeltzale' en los últimos años. En 2011, el PNV obtuvo el 30,5% de los sufragios y EH Bildu el 14,3%. "El PNV tiene que estar muy preocupado porque está perdiendo terreno a favor de EH Bildu, que está concitando el voto de los jóvenes", advierte el alcalde desde su despacho, donde no falta la fotografía del lendakari, Iñigo Urkullu, con quien mantiene una "amistad". Es más, León no tiene reparos en reconocer que se trata del mejor presidente vasco que ha tenido el nacionalismo por su talante "abierto y negociador".

placeholder Numerosos turistas junto a la casa consistorial de Laguardia. (J.M.A.)
Numerosos turistas junto a la casa consistorial de Laguardia. (J.M.A.)

Para el 26-M todos se ven con confianza. El PP confía en atraer los votos de Vox y Ciudadanos, que no se presentan a las elecciones —Laguardia fue el único municipio alavés en el que el partido de Albert Rivera obtuvo representación municipal en las elecciones de 2015—. No obstante, el antiguo concejal de la formación naranja, cuyo hermano Javier ha sido teniente de alcalde del PP esta legislatura, sí se presenta a los comicios al frente de una plataforma local independiente. Aunque en el pueblo no se le da ninguna opción de estar otros cuatro años en el ayuntamiento. Es, cómo no, el peso de la persona, más bien su historial. A José Antonio Mateo se le investiga por simular un ataque de 'kale borroka' al obrador que regentaba —en octubre del pasado año denunció que le habían quemado el local y la aparición de pintadas amenazantes como "muérete fascista"— después de que la investigación de la Ertzaintza concluyera a principios de este 2019 que su mano estaba detrás de esta acción y remitiera el caso a un juzgado de Vitoria.

Tampoco presenta lista Podemos, que ha obtenido 117 votos en las pasadas elecciones generales. "¿A dónde van a ir a parar todos esos votos?", pregunta Simón, convencido de que EH Bildu va a ser el destino de gran parte de estos votos con el historial electoral del PSE en el municipio. "Este año sí", resalta. Pero dentro del nacionalismo no todos lo ven tan claro. "Lo tenemos difícil", afirma un simpatizante del PNV, que, a los pies de un edificio en el que dos balcones claman por la independencia y en apoyo a los jóvenes condenados por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua, antepone el historial electoral de un pueblo al optimismo político. Y es precisamente la historia la que da esperanzas al PP. "Estoy convencido de que la 'película' va a cambiar radicalmente en las municipales. Ahora ha habido mucho voto del miedo", afirma un destacado dirigente del PP de la zona, que advierte del riesgo de una nueva división del electorado: "En Laguardia o sube el nacionalismo o sube el PP".

Ataviado con una llamativa camiseta negra que grita "independencia" con la firma de una ikurriña y una estelada, irrumpe en el local, se dirige a la zona de venta de periódicos, coge el diario 'Gara' y deja en el mostrador el dinero justo antes de enfilar el camino de salida sin mediar palabra de por medio. La silenciosa rutina de todos los días se rompe con una pregunta.

PNV Nacionalismo Ertzaintza Iñigo Urkullu
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