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El feminismo mantiene el pulso en la calle frente a la división y la bronca política
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la lluvia dio tregua

El feminismo mantiene el pulso en la calle frente a la división y la bronca política

Abrigos, guantes y bufandas: miles de mujeres volvieron a manifestarse este 8-M pese al mal tiempo. La Delegación del Gobierno cifra en 30.000 personas la participación en ambas marchas, un número superior al año anterior

Foto: Miles de mujeres salen a manifestarse en Madrid. (EFE/Juanjo Martín)
Miles de mujeres salen a manifestarse en Madrid. (EFE/Juanjo Martín)

Madrid, 20:32 de tarde, siete grados a temperatura ambiente. Bufandas moradas, guantes, abrigos largos y muchos clínex. El frío no impidió que miles de mujeres salieran a la calle este 8 de marzo en la capital. El feminismo le ganó el pulso a un viernes de lluvia poco apetecible para estar fuera de casa. Ni Celia, ni Andrea, ni Yaiza dudaron en venir. "Yo estoy enferma, pero paracetamol y listo", explica la segunda mientras asciende por el Paseo del Prado.

La peculiaridad de esa concentración ha sido la dispersión de la masa. Si bien a primera vista pudiera parecer que la participación era menor a la de otros años, la realidad es que la distancia entre asociaciones y colectivos era más evidente que en convocatorias pasadas. Una hora y media después del inicio de la protesta, centenas de personas seguían apareciendo de la Estación de Atocha para unirse a la marcha.

"Madrid será la tumba del machismo" o "no estamos todas, faltan las asesinadas" fueron algunos de los lemas que corearon las manifestantes. Las banderas de Palestina y de la comunidad transexual eran un reflejo de las otras causas que defendían las mujeres presentes en la convocatoria oficial. Además, la separación entre grupos de gente benefició a más de una. "¡Nos hemos encontrado a la primera, un milagro!", gritaron dos colegas que consiguieron localizarse en mitad de la manifestación. La Delegación del Gobierno cifró el número de asistentes en 30.000, doce mil más que el año anterior. Las organizadoras dicen que se acercó al medio millón.

Foto: Carmen Calvo, Isabel Rodríguez, Andrea Fernández, Ana Redondo, Francina Armengol y Pilar Alegría, en la última manifestación del 25-N. (Europa Press/Jesús Hellín)

Este era uno de los temores de mujeres como Ana, de 53 años. "Una compañera de trabajo hoy ha dicho que estaba harta de tanta división y que no venía", señala a este diario. "Pero veo mucha gente. Nosotras hemos estado paradas casi 40 minutos", continúa. En 2023, la bronca del Gobierno del PSOE y Podemos con temas como ley trans o el sí es sí repercutió en la salida masiva a las protestas. Esta vez, y como viene siendo habitual desde hace dos convocatorias, en la capital se han celebrado dos manifestaciones distintas a la misma hora, pero con recorridos diferentes.

Por un lado, la Comisión 8M, que lleva más de 40 años organizando la marcha oficial en la capital. Por otro, la escisión radical del Movimiento Feminista de Madrid, que argumenta no sentirse identificada con las premisas de la comisión. Las primeras abogan más por la inclusión y defienden la idea de feminismos en plural, mientras que cuestiones como la legalización de la prostitución no caben dentro de las posturas de las segundas. "No queremos vivir en un Estado proxeneta que se lucra con la explotación y violencia ejercida contra las mujeres", versa el manifiesto de las abolicionistas. La cifra oficial de participantes en la concentración de Gran Vía es de 4.000, seis mil personas menos que en 2023.

placeholder Celia, Andrea, Yaiza y sus amigas. (A. F.)
Celia, Andrea, Yaiza y sus amigas. (A. F.)

Sin embargo, sí existe cierto temor en cuanto al sentir de las nuevas generaciones. De hecho, un jovencísimo se acercó a la Plaza de Cibeles causando revuelo, enfrentándose a los manifestantes y lanzando cortes de manga. Poco le duró la gloria; en menos de tres minutos, le echaron de la concentración. Elena, de 77 años, caminaba con su amiga Pepa entre la gente: "Esta mañana, había unos chicos de unos 15 años riéndose mientras estábamos gritando lemas feministas. Eran superpequeños, de la edad de mi nieto" continúa. "Me acerqué a explicarle que ya lo entenderían el día de mañana", sentencia. Por su parte, Claudia, estudiante de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, reconoce que "en la facultad hay menos actividades" al respecto y que percibe "menos compromiso" de los cursos inferiores.

Los datos reflejan este fenómeno. La primera encuesta elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la percepción de la igualdad entre hombres y mujeres evidenció el sentir de los españoles. A la afirmación de si "se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres", más de la mitad de los hombres entre 16 y 24 reconoció sentirse afín a dicho eslogan.

placeholder Elena y Pepa en la concentración. (A. F.)
Elena y Pepa en la concentración. (A. F.)

No obstante, nada de esto enturbió el 8-M. Había gente de todas las edades. "Seguimos combativas a pesar de las adversidades y la división. Hay que hacer acto de presencia, siempre", reseña Esther, de 32 años, originaria de Canarias. "Y cuando vamos todas juntas, nos damos calorcito", comenta su amiga mientras se abrocha el plumas. Esther se refiere, además, a los sucesos ocurridos a lo largo del año pasado. El lema Se Acabó, en apoyo a la jugadora Jenni Hermoso, inundó la opinión pública en el mes de agosto. La dimisión de Rubiales, a regañadientes, fue concebida como una victoria del movimiento y un avance en materia de derechos de las mujeres. En este reportaje de El Confidencial, la socióloga Rosa Cobo explica cómo "hace 10 años", el escándalo del expresidente de la Federación "nos lo hubiéramos comido con patatas".

La estatua de Cibeles y Neptuno volvieron a teñirse de morado y la jauría avanzaba horas más tarde. Tampoco faltó la población extranjera. Un colectivo de mujeres cubanas alzaban sus pancartas con nombres y apellidos de presas políticas en su país. "Antes de las protestas 11 de julio de 2021, había 14 políticas en la cárcel. Desde aquel día, más de 100", explica su portavoz, Yanelis Núñez. Por su parte, Petri, de 67 años, está especialmente crispada. Reflexiona sobre los sueldos mientras sostiene una pancarta: "Si alguna no se anima a venir a esto... ¡Ya se darán cuenta a la hora de cobrar!", dice refiriéndose a la brecha salarial.

placeholder Un niño portando una pancarta. (A. F.)
Un niño portando una pancarta. (A. F.)

El trasfondo político siempre acompaña. La manifestación se produce horas después de que destacadas militantes socialistas impulsarán un manifiesto para expulsar a los puteros del PSOE. Susana Díaz, expresidenta de la Junta de Andalucía, o Adriana Lastra, exvicesecretaria de organización y mano derecha de Ábalos, aparecen entre las firmantes más destacadas.

"Exigimos que el Código Ético incorpore el rechazo explícito al ultrajante negocio de la prostitución, y lo exigimos como condición inexcusable para el cumplimiento del principio de ejemplaridad de los cargos públicos, siendo su incumplimiento motivo de expulsión de todo aquel que solicite, acepte u obtenga un acto sexual de una persona a cambio de una remuneración o beneficio del tipo que sea", explican en el escrito. El escándalo del Tito Berni, una trama de corrupción del partido socialista, involucraba visitas con frecuencia a prostíbulos.

placeholder Mujeres cubanas demandan la libertad de las presas políticas desde el 11-J. (A. F.)
Mujeres cubanas demandan la libertad de las presas políticas desde el 11-J. (A. F.)

Se trata, también, del primer 8 de marzo con Ana Redondo a la cabeza de la cartera de Igualdad. Este jueves, la ministra socialista quiso defender la pluralidad del feminismo, destacando que "lo importante es estar en la calle, cada uno detrás de su pancarta". Redondo y el PSOE han acudido a la concentración oficial convocada en Atocha, pero sin querer ahondar en la división.

Por ello, el sector radical le recriminó a la ministra que "no se puede sorber y soplar al mismo tiempo". El Movimiento Feminista de Madrid fue especialmente crítico con la exministra de Podemos, Irene Montero. Los reproches contra la líder de Igualdad por normas como la ley trans marcaron la agenda de la división del movimiento. Por su parte, la Comisión 8-M defiende que los avances en materia de derechos de las mujeres trans forman parte de la lucha feminista.

Madrid, 20:32 de tarde, siete grados a temperatura ambiente. Bufandas moradas, guantes, abrigos largos y muchos clínex. El frío no impidió que miles de mujeres salieran a la calle este 8 de marzo en la capital. El feminismo le ganó el pulso a un viernes de lluvia poco apetecible para estar fuera de casa. Ni Celia, ni Andrea, ni Yaiza dudaron en venir. "Yo estoy enferma, pero paracetamol y listo", explica la segunda mientras asciende por el Paseo del Prado.

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