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El submundo de las bandas callejeras del Madrid de posguerra de la mano del boxeador Dum Dum Pacheco
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TESTIGO DE UNA ÉPOCA

El submundo de las bandas callejeras del Madrid de posguerra de la mano del boxeador Dum Dum Pacheco

'Todo el odio que tenía dentro', editado por La Felguera, escarba en lo que es el submundo de las pandillas que surgieron hace seis décadas en el Madrid del desarrollismo

Foto: Entrada al Club Porra del cerro del Tío Pío. (Madrid, Circa, 1960)
Entrada al Club Porra del cerro del Tío Pío. (Madrid, Circa, 1960)

A Servando Rocha hay que agradecerle que escriba de Madrid y sus bajos fondos. Su último libro, Todo el odio que tenía dentro, es una historia plagada de personajes y escenas que habían permanecido ocultas, tapadas por lo que era el brilli brilli de la época. Rocha se acerca a la vida de Dum Dum Pacheco, uno de los boxeadores españoles más importantes de los setenta, campeón del peso welter, legionario, personaje público que, gracias a sus puños de acero y una mirada que podía desmontar a cualquiera, se hizo un hueco en lo que era esa España que intentaba abandonar el franquismo. Con él recorre barrios como Usera y agita el mapa de nuestra ciudad. De ahí salen otros individuos: putas, matones, asesinos, delincuentes, yeyes y gente de malvivir.

Aprovechando que el escritor tendrá un encuentro en Usera, este viernes a las 19:15 horas, en la Biblioteca Pública Municipal San Fermín (Av. de San Fermín, 10), intentamos desentrañar la grandeza de su obra, que lo mismo alude a las primeras bandas juveniles que hubo en Madrid como a todo aquello que ha permanecido en su subsuelo todos estos años.

Una historia de España

Su interés por Dum Dum Pacheco y Los Ojos Negros, la banda juvenil a la que perteneció el boxeador, comenzó hace una década, más o menos. "En esos años las aportaciones sobre la historia de Los Ojos Negros y otras pandillas madrileñas era muy menor", confiesa el autor. Y menciona un mítico artículo, escrito por Grace Morales para la revista Mondo Brutto, y la biografía de Dum Dum Pacheco, Mear sangre, que en esos momentos se encontraba descatalogada y "estaba a precios astronómicos".

Foto: La moda de importación 'british' y parisina llegó a la España de los años 20. (Cedida)

Es en 2014, a lo largo de todo el año, cuando decide quedar con el boxeador y tener diferentes entrevistas. "Reconozco que al principio, Dum Dum Pacheco era una persona muy excesiva, con una vida tremenda. No había ningún tipo de relato feliz en lo que contaba", rememora de esos encuentros. Sin embargo, su voz interior de escritor comenzó a llevarlo hacia otros terrenos. "Empecé a tener claro que no quería hacer un libro sobre el personaje, solamente con datos muy chillones, sino que lo que me apetecía era contar una historia mayor a partir de su relato".

placeholder Chabolas cerca de Antonio López en 1945. (Memoria de Madrid)
Chabolas cerca de Antonio López en 1945. (Memoria de Madrid)

De este modo, Rocha empieza a ver un abanico de posibilidades, donde la juventud madrileña del extrarradio se abría paso de cualquier manera. "Creo que hay que rehuir de todo eso e intentar contextualizar todo lo posible, entender que él fue un producto de su tiempo y de la España de entonces", explica. Es así como Todo el odio que tenía dentro se despliega en sus casi 500 páginas, mostrando al lector una miríada de figuras y nombres que no habían sido relevantes dentro de lo que es la historiografía más convencional. "La historia de este boxeador era realmente la historia de la España de esos años", cuenta. "Porque es auge y caída. Una España que sueña con un progreso, con ser libre, salir de la dictadura y de pronto llega la Transición y todo se viene abajo".

Pandillas madrileñas

El personaje de Dum Dum solo es la punta del iceberg. "Cuando Los Ojos Negros empiezan a operar Dum Dum es muy joven, a sí que me da por investigar a todos los demás", relata. Rocha descubre cómo en el estreno de West Side Story en la Gran Vía madrileña, algunas bandas comienzan a imitar todo lo que salía en la película. Peleas de bailes y navajas. Y desde ahí, Rocha comienza a tirar del hilo y a ver como el desarrollismo de determinados planes urbanos marcan a la chavalería del momento.

Foto: Una foto antigua de la tienda. (Mantequerías Bravo)

"El fenómeno de las pandillas fue un producto del franquismo. Un producto en el sentido de que hay dos modelos urbanísticos de la posguerra en Madrid. Uno es el modelo franquista, que es el de una ciudad tipo Toledo, y otro modelo que es el de Banús, uno de los constructores más importantes de la época", señala de unas construcciones que son las que van a definir el extrarradio madrileño, "unos mamotretos gigantes, sin servicios, sin infraestructura, donde viven los hijos de los que han perdido la guerra".

Los barrios bajos

Marcelo Usera va a ser una de las zonas por donde la banda de Los Ojos Negros se mueva. Y resulta especialmente bello ver como lo cuenta Rocha. "Todavía hay restos. Están ahí, a la vista de todos. La memoria del pasado no ha desaparecido", cuenta. Uno de los mejores ejemplos es Los Boys, la legendaria discoteca de Usera, cuartel general de Los Ojos Negros y que Rocha descubre en lo que hoy día ocupa una oficina de Hacienda.

“Fue la sala donde empieza a cantar Camilo Sexto con su grupo, Los Botines. Y es también el momento en el que Los Ojos Negros se convierten en sus guardaespaldas”, describe de una escena que también cuenta el propio Camilo en sus memorias, escritas a mediados de los ochenta. "Entonces busqué la dirección y vi que allí había una oficina de Hacienda. Pillo un número, me siento y cuando me toca turno, le comento todo esto a la persona que me atiende. Entonces él se levanta y llama a otra un poco más mayor. Todos eran conscientes de esto que yo les estaba contando".

placeholder Los Diablos Negros en El Parral.
Los Diablos Negros en El Parral.

A Rocha le llevan hasta el despacho del director y hay un altillo: "Era el escenario de Los Boys". Su relato se ve trufado de todos estos descubrimientos, visitando bares de viejo, preguntando a vecinos, gentes del mercado y demás. Y es entonces cuando su relato se hace mucho más rico y vivencial. También único. Es cuando el Madrid de Carabanchel, Legazpi, Orcasitas y Pan Bendito resuena en el libro, con robos y peleas. También con aquellas bandas a las que nadie había olvidado, pero que no tenían su lugar en la historia madrileña. Los Látigos, Los Trompas de Vallecas, Los Comilleros, Los Chonis, Los Yess, La Banda del Ratón Blanco o Los Deans, en honor a James Dean, entre muchos otros.

Los Ojos Negros

Los Ojos Negros van a ser de los primeros, surgen en el año 61. Uno de sus líderes, Mariano Revilla, va a ser uno de los protagonistas tangenciales de la obra de Rocha. "Estuve a punto de contratar un detective privado, porque sabía que seguía vivo", confiesa. "El principal problema que he tenido, es que es una historia en la que uno debe de ir contrarreloj, porque cuando se habla de principios de los sesenta, y encima la mala vida, muchas de estas personas terminan en la cárcel, huyen a otros lugares, escapando de los delitos que cometieron, o directamente están muertos".

Foto: La antigua Valencia. (Cedida)

Los Ojos Negros estaban liderados por Ángel Luis Tello (que fue asesinado en 1985), todo tenían los ojos oscuros, y contaban con una pandilla de chicas, inspiradas en Nancy Sinatra, "iban con minifaldas y botines, también van armadas y se enfrentaban a otras pandillas". La mayoría de ellas han desaparecido. Pero Rocha es capaz de encontrar a Revilla en un paraje verdaderamente extraño: "Fue el testimonio más fiel, más directo y más claro. Una persona que no quiere saber absolutamente nada. Vive en Orihuela, tiene dos metros de cicatrices en el cuerpo. Es decir, es literal, dos metros, que cuesta imaginar eso. Le han disparado, le han acuchillado y él sigue ahí. Y él me contó la historia, la historia tal como fue".

El libro de Rocha bucea en todos estos personajes, conoce sus historias y las cuenta lo más cerca de ellos que puede. También se acerca a los primeros rockeros que surgieron y que fue de ellos, como el caso de Manolo Pelayo, el líder de Los Diablos Negros, que con 84 años toca versiones de Johnnie Cash en un piano bar para turistas en Puerto de la Cruz. Y luego está Dum Dum Pacheco, pero para eso mejor leer el libro. Uno de los textos que puede ayudar mejor a entender de dónde venimos y hacia dónde vamos.

A Servando Rocha hay que agradecerle que escriba de Madrid y sus bajos fondos. Su último libro, Todo el odio que tenía dentro, es una historia plagada de personajes y escenas que habían permanecido ocultas, tapadas por lo que era el brilli brilli de la época. Rocha se acerca a la vida de Dum Dum Pacheco, uno de los boxeadores españoles más importantes de los setenta, campeón del peso welter, legionario, personaje público que, gracias a sus puños de acero y una mirada que podía desmontar a cualquiera, se hizo un hueco en lo que era esa España que intentaba abandonar el franquismo. Con él recorre barrios como Usera y agita el mapa de nuestra ciudad. De ahí salen otros individuos: putas, matones, asesinos, delincuentes, yeyes y gente de malvivir.

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