Es noticia
Juan Muñoz, el gran contador de historias a través de la escultura en los años 80
  1. España
  2. Madrid
exposición

Juan Muñoz, el gran contador de historias a través de la escultura en los años 80

Una exposición en el CA2M de Móstoles analiza los primeros años del artista, uno de los más internacionales del Madrid de las dos últimas décadas del siglo pasado

Foto: La sala de exposiciones del CA2M. (Roberto Ruiz)
La sala de exposiciones del CA2M. (Roberto Ruiz)

La casa de Torrelodones que Juan Muñoz y Cristina Iglesias utilizaron como su cuartel general durante los ochenta, trayendo a algunas de las figuras más relevantes del arte internacional, hoy sigue teniendo una vida estupenda.

"Es la casa en la que yo me he criado", dice Lucia Muñoz, hija del artista y la persona que administra el legado del madrileño, fallecido hace dos décadas en Ibiza. Ahora es el estudio de su madre y la oficina que ella utiliza para dar a conocer la obra de una de las figuras más relevantes de la escena nacional. "Seguimos yendo ahí todos los días a trabajar. Lo que fue el estudio físico de mi padre es ahora la oficina del Estate".

Foto: La banda madrileña Carolina Durante, que trabaja con la discográfica Sonido Muchacho. (Sonido Muchacho)

Para su hija, la importancia de Torrelodones es fundamental, "porque les interesaba mucho hacer de este lugar un núcleo de paso internacional". Era un momento en el que había un enorme interés internacional por ver qué estaba pasando en España, “ellos hicieron de su casa un lugar al que invitar a todos sus amigos artistas internacionales y fue muy potente aquello”.

La exposición del CA2M, En la hora violeta, que puede verse hasta principios de enero, conmemora los setenta años del nacimiento del artista madrileño, uno de los más importantes de los ochenta y noventa. "En una trayectoria fulgurante desde su primera exposición en 1984 hasta su prematuro fallecimiento a los 48 años de edad. La muestra recorre su primera década de trayectoria hasta 1990”, indican desde el centro de arte. Su título, En la hora violeta, es el verso 220 de La tierra baldía de T. S. Eliot, uno de los poemas favoritos del artista: "La hora de la tarde que conduce al hogar, y devuelve a casa al marinero".

Un artista internacional

Para la comisaria de la muestra, Ana Ara, Juan Muñoz fue un artista español que conectó también con los gustos del momento a nivel internacional. "Más allá de su habilidad técnica, me parece una persona que sabía generar momentos escenográficos universales, ponerte enfrente de un objeto tan sencillo como un pasamanos y crear diferentes enfoques".

placeholder Un ejemplo de las obras de Muñoz. (Roberto Ruiz)
Un ejemplo de las obras de Muñoz. (Roberto Ruiz)

"Aunque aquella primera exposición no fue un éxito de ventas, sí lo fue para la crítica", apunta. Luego va a exhibir en la sección Aperto de la Bienal de Venecia y en CAPC de Burdeos. "Es ahí que su trayectoria –con el apoyo de grandes comisarios del norte de Europa como Rudy Fuchs, Jan Hoet o Chris Dercon– adquiere un fulgurante peso internacional".

Teatralización

La obra de Muñoz consigue que el espectador se relacione de una forma muy íntima, y a la vez muy inquietante, con el objeto. "Y eso va más allá de contemplar una obra puramente estética, te siento de una forma más relacional", coincide Ara.

Para su hija hay algo fundamental en el trabajo de Muñoz: la teatralidad y la narración. "Él mismo se definió alguna vez como contador de historias y creo que esa capacidad suya de construcción de escenas es muy única", cuenta. "Y además fue muy precursora en su tiempo". Por otro lado, en sus piezas, cuando uno las aborda, hay una especie de suspensión del tiempo. "Es esa dualidad constante, como entre la risa y la tristeza, entre lo familiar y lo incómodo", dice. "Él decía que cuando llegabas a alguna de sus instalaciones, podría parecer que había ocurrido algo antes o que podía ocurrir después de que te fueses".

Foto: La antigua Valencia. (Cedida)

Son tres los motivos que evidencian un gran interés por su arte en la España de los ochenta: recuperar la figura humana para la estatuaria, experimentar con el repertorio emocional de la exposición y plantear una reflexión sobre las posibilidades teatrales de la instalación.

Incomunicación

Y Lucía Muñoz insiste en la condición humana de la obra de su padre. "Eso hace que su discurso sea atemporal. Creo que cuando llegas a hablar de esas cuestiones esenciales de la condición humana, la obra no solo perdura, sino que encuentra maneras de comunicarse y de dialogar con problemas y lenguajes contemporáneos", desarrolla. Hace que las obras sean contemporáneas y estén vigentes, de esta forma la gente consigue "que sus problemas actuales dialoguen con ellas".

Foto: Foto de Javier Porto de un concierto con Mcnamara y Almodóvar. (Javier Porto)

La incomunicación, tan asociada a nuestro presente, es uno de los valores que mejor representan sus piezas. "La exposición está concebida como un relato circulatorio en un museo encantado, una casa del arte tomada por una ausencia ritmada, por un reconocimiento de una espectralidad inevitable", comentan desde la institución museística. Y la comisaria relata como "las primeras y últimas piezas de esta exposición son retratos sin figura y trucos de prestidigitación concebidos para que el mago, el artífice, desaparezca". Juan Muñoz, como un hechicero, como un mago, como aquel que hace trucos de magia.

La casa de Torrelodones que Juan Muñoz y Cristina Iglesias utilizaron como su cuartel general durante los ochenta, trayendo a algunas de las figuras más relevantes del arte internacional, hoy sigue teniendo una vida estupenda.

Noticias de Madrid
El redactor recomienda