El ciclo de conciertos que lleva el hard techno y el reggaeton a los Teatros del Canal

Las tres viven en Madrid, se sienten cómodas pateando la ciudad y sacando adelante sus proyectos musicales. Cada una desde un territorio diferente, aunque siempre con el eje vertebrador y contemporáneo de la música urbana. Ahora, desde los Teatros del Canal, con una mirada escorada a aquellas atmósferas más agitadas, con la experimentación como punto de ebullición, se presentan en directo con un mensaje y un catálogo de sonidos verdaderamente locales. Sin perder la perspectiva de todo aquello que funciona a nivel global; es la electrónica la que mueve a estas tres figuras.

Ellas, desde Usera, Tetuan y Avenida de la Paz, diseccionan las tendencias del momento, siendo también críticas con aquello que no les gusta. Cuestionan el sistema, son feministas y componen para una nueva realidad. La Generación Z que no solo se pregunta, sino que también plantea soluciones y dice aquello con lo que no está de acuerdo.

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Xina Mora, la nueva diva del hard techno

Xina Mora aterrizó en Madrid en 2008, pero empezó a profundizar en la electrónica, en los ritmos híbridos que se mezclan con el hip hop y el rap más apegado a la calle, hace cuatro años. La escena de techno que agita a la capital es la que más seduce a esta zaragozana, que colabora con productores como Fectro. Sus bases contundentes y unas letras sensuales, donde juega con la imaginería propia de las raves, son una de sus principales bazas.

“En el directo también me gusta utilizar otros géneros, que van de lo ambiental al psytrance”, revela. Los tracks, que llevan por título números, son definitorios de algunos de sus estados interiores. “Son canciones profundas, en las que hablo de como me siento dentro de una sociedad con la que no me identifico”, dice.

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Sobre salud mental también es capaz de elaborar un discurso rico en experiencias en primera persona. “Hay un fuerte trabajo de conocerse a una misma, es un proceso duro que nunca termina”, analiza. Cuando sacó su primer tema, 444, que se hizo viral en TikTok con más de cinco millones de reproducciones y cien mil escuchas en Spotify en menos de una semana, nadie pensaba que iba a triunfar. “Al final hice lo que sentía, sin guiarme por números u opiniones. Hay que hacerlo desde el corazón”, se sincera.

“La música de este último lanzamiento, mezcla de los sonidos techno más vanguardistas con el urbano bailable más actual, la convierte en la pionera de la música urbana techno en España”, comentan desde la organización de los Teatros del Canal, donde se la podrá ver este viernes a partir de las ocho y media de la tarde. “No la pierdan de vista, va a ser la próxima diva del nuevo pop”.

Orovega, eclecticismo sefardí

Claudia Vega, más conocida como Orovega, echa la vista hasta los doce años cuando quiere hablar de sus inicios en la música. “Es cuando comencé a escuchar las primeras guitarras”, apunta, sin nombrar a sus tíos, Nacho y Antonio Vega, los miembros de Nacha Pop, una de las formaciones más deslumbrantes de la Movida.

Sin embargo, lo de Orovega es mucho más ecléctico, como ella misma define a sus composiciones. En concierto va con un guitarrista de flamenco y un productor, Al blanco, que lanza beats y está atento a la percusión. Para Canal Urbano actuará el viernes 20 de octubre. “Una artista que ha conseguido crear un imaginario complejo lleno de referencias culturales de lo más diversas”, destacan desde la organización. “Las fuentes que nutren su trabajo viajan desde el cancionero sefardí hasta los proyectos de artistas coetáneos que le sirven de inspiración”.

Esas raíces son las que afloran en su último tema, Sababa, aparecido hace dos semanas y que ya va por el millón de visualizaciones en Youtube. “Todo surgió en un encuentro familiar sefardi. Mi abuela celebra todos los viernes el shabat, que es la cena propia de los judíos donde se reúne toda la familia alrededor de la mesa. Allí descubrí la palabra sababa, que es un término que viene a decir que todo está bien. Por eso quise hacer esa canción”, termina.

Lil Ella, el reggaeton más íntimo

El primer largo de Lil Ella, publicado el año pasado, se llamaba MYHYV, en honor al programa de televisión Mujeres Y Hombres Y Viceversa. “En ese disco quise jugar con la heteronormatividad y las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres desde mi visión de chica trans”, confiesa esta artista, a la que se podrá ver el 27 de octubre en la Sala de Cristal, un espacio de reducidas dimensiones donde apreciar mucho mejor su música.

“Esta influenciada por el reggaetón más clásico y primario que representan artistas como Ozuna o Plan B, aunque sus letras y su manera de entender la música comparten camino con el nuevo pop más sentido y cotidiano, ese que habla del amor, la melancolía y las cosas sencillas de la vida, redefiniéndolo como bedroom reggaetón o reggaetón suave, romántico y emocional”, enumeran desde Teatros del Canal.

A su lado tiene a uno de los valores más en alza de la electrónica madrileña, Juguete, quien se encarga de las bases y la producción de gran parte de la música que la acompaña. Con 23 años, seis de ellos en la capital, donde emigró desde Andújar, Jaén, ha sabido encontrar su lugar. “Madrid significa la oportunidad, es un espacio donde pueden pasarte muchas cosas, hay que estar atenta e intentarlo siempre”, desvela.